Comandante José Lorca, Subprefecto Administrativo,Prefectura de Carabineros de Linares
Antes de la fusión de 1927, en Chile existían dos instituciones que actuaban por separado en materia policial, aunque en sectores diferentes, uno urbano y el otro rural, bajo regímenes administrativos dispares: uno civil y el otro, militar. En tanto, la necesidad de fusión que Ibáñez intuía no era una idea nacida de un día para otro, ya que la expresaban diversas opiniones formuladas, ya a partir de 1916, ocasión en que la Comisión de Gobierno de la Cámara de Diputados proponía refundir los servicios de Policía y del Cuerpo de Carabineros bajo una dirección común. Una idea que tuvo sus primeros adelantos en 1924, con la unificación de la Policía Fiscal: la creación de una policía única para todo el país.
Esta iniciativa cobró fuerza en diversos sectores políticos y administrativos, sin que se tomara ninguna medida conducente a materializarla hasta que el Vicepresidente, Carlos Ibáñez del Campo, diera a conocer su resolución el 30 de marzo de 1927, cuando fue invitado a una comida ofrecida por la Policía Fiscal de Santiago en el Casino de Oficiales de la 4ª Comisaría. En ella estaban presentes el Prefecto de Santiago, Manuel Concha Pedregal y el Director General de Policías, Coronel Bartolomé Blanche Espejo. Allí, Ibáñez, durante un discurso, señaló que “el Gobierno está estudiando la forma de que los servicios de Carabineros y la Policía puedan unirse, desde Tacna hasta Punta Arenas”. Este hecho fue refrendado, no sin oposición de algunos sectores políticos e internos del Ejército, con la firma del Decreto con Fuerza de Ley N° 2.484 de 27 de abril de 1927, que en su artículo primero señala: “Fusiónense los servicios de Policías y Carabineros, formando con su personal, dependencias, armamentos y demás elementos, una sola Institución que llevará el nombre de ‘Carabineros de Chile’”, citando un extracto de la historia de nuestra Institución publicada en el sitio web del Museo Histórico de Carabineros de Chile.

Cuando nace a la vida Carabineros de Chile, surge junto a él no sólo una Institución policial garante de la seguridad y el estado de derecho, sino que para sus componentes surge algo más que una profesión, nace un estilo de vida que los acompañará hasta en el retiro. Cuando uno decide cruzar el umbral de las puertas de la Institución, abraza también una decisión de entrega, sacrificio, y extensas jornadas, cumpliendo funciones desde la frontera en el norte del país en las alturas de Visviri hasta los confines del continente, donde Chile se hunde en las aguas del Pacífico.

Por qué hablo de un estilo de vida que va más allá de una profesión, pues bien, es algo tan simple que a pesar de las zozobras y de los escollos propios del quehacer policial que se presentan en el camino, algunos de los mejores momentos de la vida suceden siendo Carabinero, Ingresé a Carabineros y vi a mis padres felices por lo que había logrado, me case siendo Carabinero, mis hijos nacieron siendo yo Carabinero, he logrado mis sueños siendo Carabinero, he sufrido mis penas siendo Carabinero, mis mejores amigos y compañeros son Carabineros, y siendo Carabinero debo ser sin excusa, transparente, probo, solidario y veraz, entre otros muchos valores que esta profesión demanda. Cuando esté afuera miraré hacía atrás y con orgullo habré vivido importante parte de mi vida siendo Carabinero.




Entonces les puedo señalar a cada una de las personas que un Carabinero es más que una profesión, es un estilo de vida que se decide de forma voluntaria con cada una de las condiciones ya descritas y que les puedo decir a mis Carabineros, que se sientan orgullosos de ser lo que son, son parte de la historia de Carabineros que han escrito con sus valientes acciones, sus familias son el calor que enciende el fuego de esta vida llena de momentos inolvidables y la sociedad a quienes nos debemos profundamente, debe recibir lo mejor de nosotros, porque para ellos existimos.

Es por eso que al cumplir 94 años de vida, deseo que la comunidad sienta más que nunca que sus Carabineros son profesionales y personas normales, pero con un estilo de vida que muy pocos comprenden y que estamos ahí para servir y proteger, entregando la vida como muchas veces lo han hecho y el recuerdo de nuestros camaradas caídos trasciende nuestros corazones, así también estoy seguro que cada Carabinero se siente orgulloso de serlo, porque pocos tienen la posibilidad de abrazar tan noble profesión y llevar este estilo de vida que se impregna hasta más allá del retiro.

Feliz Aniversario a cada Carabinero y a sus familias, porque son parte de esta historia y a la comunidad les envío un fraterno saludo y gratitud por el reconocimiento permanente hacía nuestra labor, lo que nos da las fuerzas necesarias para seguir abrazando este estilo de vida.