19-04-2025
Nataly Rojas Seguel, Seremi de Gobierno, Región del Maule
En un país que avanza hacia un Chile más justo e inclusivo, es un verdadero motivo de orgullo destacar las transformaciones que ha vivido el Programa de Alimentación Escolar (PAE). No se trata solo de cifras, sino de una visión de Estado que entiende que la alimentación es mucho más que un plato servido: es un acto de cuidado, equidad y cultura.
Hoy, más de 1 millón 500 mil estudiantes de casi 9 mil establecimientos reciben alimentación gracias al PAE. Detrás de ese número hay historias, realidades y territorios que ahora son reconocidos y valorados. La actualización de los menús según las particularidades geográficas, es un ejemplo concreto de respeto por las culturas locales. Preparaciones como la calapurca en el norte, el po’e de plátano en Rapa Nui, o el charquicán de cochayuyo en el sur, no solo alimentan el cuerpo, también refuerzan identidad y pertenencia.
Pero las mejoras van más allá del sabor. Se han hecho ajustes pensando en todos los estudiantes: quienes tienen necesidades alimentarias especiales, como alergias, celiaquía o condiciones como el Trastorno del Espectro Autista, ahora cuentan con opciones adaptadas. Además, una vez por semana, los estudiantes de educación media pueden acceder a un menú basado en plantas, libre de productos de origen animal, fomentando hábitos saludables y sostenibles. Esta adaptación no solo mejora la calidad de vida de niñas, niños y adolescentes, sino que también promueve la inclusión educativa desde una perspectiva alimentaria.
El impacto positivo también llega a las manos que producen los alimentos. Un porcentaje de las compras se destina a pequeños productores locales, incluyendo la agricultura familiar campesina e indígena, y se ha dado un impulso al consumo de productos del mar, promoviendo así la economía local y una dieta balanceada.
Asimismo, se han impulsado modificaciones en las bases de licitación pública que impactan directamente en las condiciones laborales de las manipuladoras de alimentos y en la inclusión de pequeñas y medianas empresas en el sistema, generando así un círculo virtuoso de justicia social y económica.
Estos cambios hablan de un país que quiere construir igualdad desde la base, con acciones concretas y con una mirada que reconoce que la alimentación es un derecho, no un privilegio. El Programa de Alimentación Escolar, en su versión actualizada, es una herramienta de equidad y desarrollo, que sitúa al bienestar estudiantil en el centro de la acción pública, garantizando que cada estudiante, sin importar su origen o condición, acceda a una alimentación saludable, culturalmente pertinente y socialmente justa.
http://www.diarioelheraldo.cl/noticia/una-alimentacion-escolar-con-sentido-avances-que-nutren-el-presente-y-el-futuro | 19-04-2025 07:04:04