domingo 22 de septiembre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 06-12-2022
APAGAR LOS OJOS Y VOLVER A DORMIR

(Marcelo Sepúlveda, profesor de Retiro)


En los ojos, lágrimas y en el rostro, una sonrisa; transitamos, a diario, entre uno u otro: Norte-sur, arriba o abajo; la cotidianidad del día a día nos enfrenta a diversos grados de realidad consciente, pues cuando cerramos la mirada al mundo real y nos dirigimos al estadio de los sueños hipotecamos el sentido, aquellas habilidades que nos permiten escudriñar en la realidad y contingencia.
Es posible que la luz de la distancia se apague, que el agua escasee, que la luna se extravíe, que despidamos en el cementerio a nuestros seres queridos ya fallecidos, que la guerra asesine sin misericordia, que seamos un concepto en la inmensidad del universo, que redireccionemos la brújula vital de cada uno hacia un espacio inconmensurable y desconocido; entonces, asume valor la palabra humana, aquella que florece en los versos curiosos diseñados por los niños más pequeños de cada comunidad, aquella que busca un receptor capaz al otro lado de la línea comunicativa, comprender y comprenderse, apagar los ojos y volver a dormir.
Aquí, en el ahora de la lucidez; mientras nuestro cerebro decodifica sentidos y vincula cada ser de la creación en una realidad vigente capaz de acceder a conocimientos más allá de la realidad virtual del avance tecnológico al que nos vinculamos a diario; que a su vez y sin lugar a réplica, es privilegio de algunas comunidades en nuestro país y la sociedad moderna de este mundo, pues la sociedad segmentada discrimina a algunos y dota privilegios para otros.
Al caer la tarde, volveré a dormir para que se alcen los sueños casi imposibles en la realidad consciente, es cuando recuperamos energía para la vigilia del nuevo día, para cada desafío y propósito, anhelo u afán, tarea cotidiana del ser vivo e inteligente. Más allá de los sueños, durante el viaje interestelar cuando podemos mirar las constelaciones, frente a frente, es cuando asumimos la aliteración de cada concepto, cada conjetura, contradicción e hipótesis probable que nos permita resolver los conflictos y cuestionar los problemas de la contingencia real.
Me apego a las palabras como si fueran terrones de azúcar, pan recién tostado, mantequilla y grano café, ellas traslucen vivencias, se domestican y cumplen su propósito trascendental: Comunicar a unos y otros; así mismo, las palabras cruzan la barrera del consciente para traducirnos el ensueño y sus hazañas fantásticas, extraordinarias y casi imposible; por tanto, la barrera crucial se manifiesta entre sueño y vigilia y viceversa. No usurpemos el tiempo, éste está determinado y en acuerdo…
Freddy Mora | Imprimir | 446