viernes 18 de octubre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 18-10-2024
EL MINISTRO SERGIO MUÑOZ GAJARDO
Jaime Gonzàlez Colville
Academia Chilena de la Historia


En el año 2014, último de mi gestión como Directivo de Municipio de Villa Alegre, sugerí al entonces Alcalde Arturo Palma, declarar Hijo Ilustre de Villa Alegre al recién nombrado Presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz Gajardo. Desde luego, la autoridad comunal aceptó y cursamos las invitaciones.
Como ya había sucedido con otros personeros que recibieron el pergamino de honor (digo “pergamino” y no el papel extraído de un computador que hemos visto entregar en los últimos años), concurrí hasta el Palacio de los Tribunales a hacer entrega de la invitación. Me recibió el Ministro Muñoz en su oficina, con su sobriedad y sencillez provinciana no disminuida por el rango o la investidura. Me obsequió, dedicado, un libro con la Historia del Poder Judicial que conservo.
Desde luego, aceptó con emoción sincera la convocatoria y distinción e hizo recuerdos del Villa Alegre que él conoció: los naranjos, más tarde sus viajes hasta Villa Alegre por la atracción de la piscina, abierta en 1969, los juegos y los amigos de entonces.
Me precisó que su nacimiento en Villa Alegre pudo ser casual, por cuanto su padre, profesor de una escuela de esa comuna, y familia vivían en San Javier, pero el médico que trataba el embarazo de su madre se trasladó a la ciudad vecina y ella, confiando en su ciencia, prefirió que su hijo naciera en la Casa de Socorro (así se llamaron los hospitales antes) y de esta forma, don Sergio Muñoz se convirtió en villalegrino.
Acordada la fecha, el Presidente de la Corte Suprema volvió a recorrer las calles de su pueblo natal, no ya como el chiquillo que sacaba naranjas o se daba chapuzones en la piscina, sino que escoltado por Carabineros y en un recinto pleno de gente.
Al llegar, acompañándole, me dijo no “romper” las filas de personas que ingresaban y esperó su turno pacientemente.
Su designación fue largamente aplaudida y la Corte de Apelaciones de Talca en pleno, abogados y miembros del poder judicial lugareños, se apretujaron para saludarle y más de uno me pidió, “como favor especial”, poder intercambiar algunas palabras con él a solas o entregarlo un grueso sobre con documentos. Lamentablemente no estaba el momento para ello.
El Ministro Sergio Muñoz habló con sencillez y emoción de sus vivencias en estas tierras. Hizo recuerdos, deslizó algunas bromas y, en general, causó simpatía entre el público, para quienes la imagen del juez, seguramente, era muy distinta.
En la recepción, compartió con todos. Lo vi dialogar animadamente con alumnos del Liceo, mientras abogados y jueces trataban de ganar el quien vive, pero me mantuve firme y les pedí dejar al alto magistrado conversar con la juventud, el más cierto de los surcos en que pueda caer la semilla de la sabiduría.
Esta tarde, alguien, no de muy buena fe, me llama para aludir al triste y vergonzante episodio del Congreso que privó a Chile de una de sus magistrados de más ato coturno, que tuvo la acuciosidad y laboriosidad de ejercer el mandato de la ley: hacer justicia, y desentrañar atroces delitos que llevaban años sin resolverse.
Le digo a mi interlocutor que su retrato seguirá en la galería de Hijos Ilustres de la Comuna y vigilaré asiduamente si alguno de los que temporalmente nos gobiernan se atreve a removerlo.
Citando a Sócrates, digamos que Sergio Muñoz ejecutó las cuatro máximas que debiesen inspirar a un juez: escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.
El juez Sergio Muñoz, Hijo Ilustre de Villa Alegre, fruto ejemplar del esfuerzo, como lo fueron otros provincianos, es acogido fraternalmente por Villa Alegre, que honrará su memoria y enaltecerá su labor.



Freddy Mora | Imprimir | 79