Mg. Adrián Núñez González
Mg. Marcela Sirguiado Davis
Docente Carrera de Enfermería
Universidad Autónoma de Chile
Talca


La influenza es una enfermedad respiratoria aguda causada por el virus de la influenza, más grave que el resfriado común. Aunque generalmente la enfermedad es "autolimitada", puede ocasionar complicaciones serias como neumonía, especialmente en adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, niños, lactantes y embarazadas (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2018). El contagio ocurre principalmente a través de gotitas de saliva emitidas al toser o estornudar. Las manos contaminadas pueden llevar el virus a la cara, por lo que es crucial lavarse las manos frecuentemente y cubrirse la boca al toser (Centers for Disease Control and Prevention [CDC], 2021). El período de incubación varía entre uno y cuatro días, y se puede contagiar desde uno o dos días antes de los síntomas hasta cinco días después (Ministerio de Salud de Chile, 2023).
La influenza se manifiesta habitualmente de manera súbita con una fiebre alta que supera los 38 grados Celsius, durando generalmente de dos a tres días, aunque puede prolongarse hasta una semana. Los síntomas incluyen cansancio extremo, dolor de cabeza, dolor al tragar, tos, dolores musculares y articulares, y sensibilidad a la luz. En algunos casos, pueden aparecer síntomas estomacales y otitis, más comunes en niños. La influenza puede agravar enfermedades preexistentes como insuficiencia cardíaca y diabetes (OMS, 2018). La vacunación anual es la medida más efectiva para prevenir la influenza, especialmente en grupos de riesgo como adultos mayores, embarazadas, lactantes y personas con enfermedades crónicas. Además, la higiene básica, como lavarse las manos y cubrirse al toser, es fundamental. La mayoría de las personas se recupera con reposo, hidratación y antipiréticos, aunque en casos graves se pueden usar antivirales (CDC, 2021).
El Instituto de Salud Pública (ISP) reporta que en la semana epidemiológica N°22 de 2024 se analizaron 5,021 casos de virus respiratorios, resultando 2,680 positivos. De estos, 1,495 fueron casos de Influenza A, siendo el virus más detectado; y la población más afectada el grupo etario de 15 a 54 años (Instituto de Salud Pública de Chile, 2024).
Recientemente, Chile enfrenta un desafío adicional con el reporte de casos de la bacteria Streptococcus Pyogenes, conocida como la "bacteria asesina"; cuyo brote ha llevado a un aumento significativo en los casos, pasando de 66 en el mismo periodo del año pasado a 191 en lo que va del año (Ministerio de Salud de Chile, 2023). Aunque esta bacteria forma parte de la microbiota normal de entre el 10% y el 15% de la población sana, sin generar molestias o síntomas asociados, su presencia concomitante con un cuadro de influenza puede agravar significativamente la enfermedad, lo cual estará determinado por la cepa, la posible sinergia con el virus y las condiciones inmunitarias de la persona, especialmente si pertenecen a grupos de riesgo como niños menores de cinco años, adultos mayores o inmunodeprimidos. La buena noticia es que esta bacteria es altamente sensible a antibióticos, lo que permite un tratamiento fácil y seguro si se diagnostica a tiempo (CDC, 2021).
La prevención mediante medidas de higiene y la consulta médica temprana ante síntomas graves son esenciales para controlar esta amenaza. Los síntomas graves de la influenza que requieren atención médica inmediata incluyen dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho, mareos, confusión, vómitos severos y fiebre alta persistente. En niños, signos de alerta adicionales son respiración rápida, coloración azulada de la piel, irritabilidad extrema y fiebre con erupción (Ministerio de Salud de Chile, 2023). Con información precisa y acciones preventivas, podemos enfrentar la influenza y sus complicaciones con mayor efectividad, protegiendo nuestra salud y la de nuestras comunidades.