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lunes 25 de noviembre del 2024
Nacional 02-06-2024
Atlántida, la verdad revelada (PARTE 4) Moisés Castillo, poeta linarense
El año 1954, arrieros encontraron mastaba, con niño momificado. A 5400 metros de altura, en cumbre del cerro El Plomo, Santiago de Chile.
La momia está depositada como primer tesoro de esta especie en el Museo de Historia Natural y conservada entre 2 y 4 grados bajo cero.
El niño momificado en la cumbre del cerro, no fue una ofrenda a los dioses, como sostienen los investigadores. El niño pertenecía a la elite gobernante de la etnia quechua y fue dejado allí, en la cumbre del cerro El Plomo, que constituye, un eficiente portal energético interdimensional. Lo dejaron allí, atlantes, para que al ascender en ese portal interdimensional, el niño llegara a la Atlántida, en el Sol.
El niño se trasladó en proyección espiritual al Sol, y allí en la Atlántida, se le entregaron todos los conocimientos que necesitaba. Se le instruyó en cosmogonía, arquitectura, avanzadas técnicas de cultivos (agricultura); calendario solar y lunar, para determinar periodos de siembras y cosechas. Se le instruyó en metalurgia, y el dominio mental sobre ciertos elementos de la naturaleza.
Este pequeño niño, momificado del Cerro el Plomo, regresó, posteriormente en cuerpo espiritual y reencarnó en Alto Perú, con todo el conocimiento adquirido. Así el pequeño niño quechua, momificado en el portal interdimensional de la cumbre del cerro el plomo; se convirtió en el emperador inca Pachacútec.
Pachacútec significa “el que renueva la tierra”.
A Pachacútec le toco renovar y fortalecer el imperio inca, después de la última glaciación.
Nota: La embajada de atlantes, que culturizó la zona central de Chile, residía en el valle del cerro Huelén, y cavaron bajo tierra, un intrincado complejo de túneles y refugios para que la población indígena sobreviviera a la glaciación.
La momia está depositada como primer tesoro de esta especie en el Museo de Historia Natural y conservada entre 2 y 4 grados bajo cero.
El niño momificado en la cumbre del cerro, no fue una ofrenda a los dioses, como sostienen los investigadores. El niño pertenecía a la elite gobernante de la etnia quechua y fue dejado allí, en la cumbre del cerro El Plomo, que constituye, un eficiente portal energético interdimensional. Lo dejaron allí, atlantes, para que al ascender en ese portal interdimensional, el niño llegara a la Atlántida, en el Sol.
El niño se trasladó en proyección espiritual al Sol, y allí en la Atlántida, se le entregaron todos los conocimientos que necesitaba. Se le instruyó en cosmogonía, arquitectura, avanzadas técnicas de cultivos (agricultura); calendario solar y lunar, para determinar periodos de siembras y cosechas. Se le instruyó en metalurgia, y el dominio mental sobre ciertos elementos de la naturaleza.
Este pequeño niño, momificado del Cerro el Plomo, regresó, posteriormente en cuerpo espiritual y reencarnó en Alto Perú, con todo el conocimiento adquirido. Así el pequeño niño quechua, momificado en el portal interdimensional de la cumbre del cerro el plomo; se convirtió en el emperador inca Pachacútec.
Pachacútec significa “el que renueva la tierra”.
A Pachacútec le toco renovar y fortalecer el imperio inca, después de la última glaciación.
Nota: La embajada de atlantes, que culturizó la zona central de Chile, residía en el valle del cerro Huelén, y cavaron bajo tierra, un intrincado complejo de túneles y refugios para que la población indígena sobreviviera a la glaciación.
Freddy Mora | Imprimir | 395
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