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viernes 10 de enero del 2025
Opinión 10-01-2025
CASAS PRESIDENCIALES Y LAS OTRAS
Jaime Gonzàlez Colville
Academia Chilena de la Historia
No nos referiremos al debate provocado en el país, transversalmente, por la fracasada venta de las residencias de los Ex Presidentes Allende y Aylwin, las dos ubicadas una en la comuna de Ñuñoa y la otra en Providencia.
Estimamos que la iniciativa era (y es) buena. Pero se despertaron las naturales suspicacias, una por el valor, en especial la del Presidente Allende, el hecho de estar involucrados miembros de sus familias en el gobierno y, alguien me dice, por la bajo, “estar en el último año del Presidente”.
En Estados Unidos las casas de los mandatarios pasan inmediatamente a ser museos y especialmente bibliotecas y archivos para guardar los documentos de gobierno. Se conservan, además, las casas natales de quienes ocuparon la Casa Blanca. Todo se resguarda y se cuida.
En Chile se han creado ministerios de las culturas y las artes, se ha reformulado el consejo de monumentos nacionales, pero los avances son escasos. En 1977 o poco después, tras celebrarse el centenario del natalicio del Presidente Ibañez del Campo, se volvieron los ojos hacia la casa natal del Mandatario. Carabineros instaló placas, se hicieron lucidos discursos y aún no se sacaban las sillas de la ceremonia, cuando el antiguo inmueble de Independencia 77 fue demolido para alzar una multitienda. Debo reconocer que hice un fallido intento por lograr la declaración de monumento histórico (era la alcaldía de don Luis Navarrete) pero surgieron diversas cortapisas, incluso del propio orden municipal, allegar permisos, etc. Nada sucedió y hoy sólo quedan fotografías.
Pero que ahí había nacido don Carlos se sabía desde 1927, cuando don Julio Chacón lo proclamó a los cuatro vientos en la prensa local. En Longavì se mantuvo la primitiva choza en que vino al mundo don Arturo Alessandri, donde más tarde su padre, don Pedro Alessandri edificó una amplia residencia de corredores. Vino la subdivisión de la hacienda Quinta, no se llegó a acuerdos y la casa debió demolerse, pese a que don Arturo, en 1922, ungido Presidente, la visitó con numerosa comitiva, donde incluso lo esperaba la partera que lo trajo al mundo.
En Llancanao estaba (digo estaba, porque ya desapareció) la casona del General Pedro Pablo Dartnell Encina, quien integró y fue Presidente de la Junta que gobernó Chile en enero y febrero de 1925 y se le debe el acertado gesto de traer de vuelta a Chile al Presidente Alessandri, quien se ausentó tras las delicadas circunstancias políticas de septiembre de 1924.
Volvió el Mandatario en marzo del 25 (un siglo se entera luego) y, pese a que se le quiso investir de omnímodos poderes, decidió dictar una Constituciòn y endilgar a su patria por una democracia sana.
En Cauquenes estaban las residencias de los Vicepresidentes Manuel Trucco Franzani (¿lo recuerda alguien?) y de don Sòtero del Río. En Curicó tuvo su hogar don Juan Esteban Montero Rodríguez y en Pelarco residía don Pedro Opaso Letelier, el Vicepresidente de Chile que ocupó la Moneda por exactas 18 horas, desde el 26 al 27 de julio de 1931.
En Petorca se conserva, muy cuidada, la casa natal del Presidente Manuel Montt. Un ejemplo. También lo es la mantención hasta hoy del hogar nativo de don Pedro Aguirre Cerda, en Pocuro, Provincia de Valparaíso.
En San Javier, alcanzamos a conocer, por indicación de nuestro recordado profesor don Perpetuo Labra Alfaro, la casona donde nació don Miguel Aylwin Gajardo, más tarde Presidente de la Corte Suprema y padre del Presidente Patricio Aylwin.
La casa natal de O’Higgins, en Chillan, cayó en uno de los terremotos de esa zona, pero en San Francisco del Monte está la casa que fue de la familia Carrera y en Zig Zag de principios del siglo XX, vi una fotografía del hogar de Manuel Rodríguez, ubicado cerca de la Moneda.
En un verano de vacaciones en Pichilemu, hicimos esfuerzos y diligencias por ubicar la casa natal del Cardenal Josè María Caro. La encontramos en el sector de Ciruelos, pero en franca ruina aunque reparable. Un encargado de cultura del municipio, tras decirnos en primer lugar que ignoraba tal hecho, nos expresó que no era posible su mantención, “por ser recinto particular”. Pero en el cementerio del sector estaba el mausoleo de los padres del purpurado.
Falta en Chile una política en este orden patrimonial. No bastan las leyes dictadas.
Y como añadidura, agregar la asignatura de historia local en las escuelas de cada región. Soñar no cuesta nada.
Academia Chilena de la Historia
No nos referiremos al debate provocado en el país, transversalmente, por la fracasada venta de las residencias de los Ex Presidentes Allende y Aylwin, las dos ubicadas una en la comuna de Ñuñoa y la otra en Providencia.
Estimamos que la iniciativa era (y es) buena. Pero se despertaron las naturales suspicacias, una por el valor, en especial la del Presidente Allende, el hecho de estar involucrados miembros de sus familias en el gobierno y, alguien me dice, por la bajo, “estar en el último año del Presidente”.
En Estados Unidos las casas de los mandatarios pasan inmediatamente a ser museos y especialmente bibliotecas y archivos para guardar los documentos de gobierno. Se conservan, además, las casas natales de quienes ocuparon la Casa Blanca. Todo se resguarda y se cuida.
En Chile se han creado ministerios de las culturas y las artes, se ha reformulado el consejo de monumentos nacionales, pero los avances son escasos. En 1977 o poco después, tras celebrarse el centenario del natalicio del Presidente Ibañez del Campo, se volvieron los ojos hacia la casa natal del Mandatario. Carabineros instaló placas, se hicieron lucidos discursos y aún no se sacaban las sillas de la ceremonia, cuando el antiguo inmueble de Independencia 77 fue demolido para alzar una multitienda. Debo reconocer que hice un fallido intento por lograr la declaración de monumento histórico (era la alcaldía de don Luis Navarrete) pero surgieron diversas cortapisas, incluso del propio orden municipal, allegar permisos, etc. Nada sucedió y hoy sólo quedan fotografías.
Pero que ahí había nacido don Carlos se sabía desde 1927, cuando don Julio Chacón lo proclamó a los cuatro vientos en la prensa local. En Longavì se mantuvo la primitiva choza en que vino al mundo don Arturo Alessandri, donde más tarde su padre, don Pedro Alessandri edificó una amplia residencia de corredores. Vino la subdivisión de la hacienda Quinta, no se llegó a acuerdos y la casa debió demolerse, pese a que don Arturo, en 1922, ungido Presidente, la visitó con numerosa comitiva, donde incluso lo esperaba la partera que lo trajo al mundo.
En Llancanao estaba (digo estaba, porque ya desapareció) la casona del General Pedro Pablo Dartnell Encina, quien integró y fue Presidente de la Junta que gobernó Chile en enero y febrero de 1925 y se le debe el acertado gesto de traer de vuelta a Chile al Presidente Alessandri, quien se ausentó tras las delicadas circunstancias políticas de septiembre de 1924.
Volvió el Mandatario en marzo del 25 (un siglo se entera luego) y, pese a que se le quiso investir de omnímodos poderes, decidió dictar una Constituciòn y endilgar a su patria por una democracia sana.
En Cauquenes estaban las residencias de los Vicepresidentes Manuel Trucco Franzani (¿lo recuerda alguien?) y de don Sòtero del Río. En Curicó tuvo su hogar don Juan Esteban Montero Rodríguez y en Pelarco residía don Pedro Opaso Letelier, el Vicepresidente de Chile que ocupó la Moneda por exactas 18 horas, desde el 26 al 27 de julio de 1931.
En Petorca se conserva, muy cuidada, la casa natal del Presidente Manuel Montt. Un ejemplo. También lo es la mantención hasta hoy del hogar nativo de don Pedro Aguirre Cerda, en Pocuro, Provincia de Valparaíso.
En San Javier, alcanzamos a conocer, por indicación de nuestro recordado profesor don Perpetuo Labra Alfaro, la casona donde nació don Miguel Aylwin Gajardo, más tarde Presidente de la Corte Suprema y padre del Presidente Patricio Aylwin.
La casa natal de O’Higgins, en Chillan, cayó en uno de los terremotos de esa zona, pero en San Francisco del Monte está la casa que fue de la familia Carrera y en Zig Zag de principios del siglo XX, vi una fotografía del hogar de Manuel Rodríguez, ubicado cerca de la Moneda.
En un verano de vacaciones en Pichilemu, hicimos esfuerzos y diligencias por ubicar la casa natal del Cardenal Josè María Caro. La encontramos en el sector de Ciruelos, pero en franca ruina aunque reparable. Un encargado de cultura del municipio, tras decirnos en primer lugar que ignoraba tal hecho, nos expresó que no era posible su mantención, “por ser recinto particular”. Pero en el cementerio del sector estaba el mausoleo de los padres del purpurado.
Falta en Chile una política en este orden patrimonial. No bastan las leyes dictadas.
Y como añadidura, agregar la asignatura de historia local en las escuelas de cada región. Soñar no cuesta nada.
Freddy Mora | Imprimir | 98