Hoy
miércoles 20 de noviembre del 2024
Opinión 20-11-2024
Cómo afrontar la neurodiversidad y la inclusión en niños y niñas
Alejandro Delgado Horta
Académico Facultad de Educación, U. Central
La neurodiversidad en el aula, refiere a la idea de que niños y niñas tienen diferentes formas de procesar la información y de experimentar el mundo, es reconocer y destacar la diferencia, específicamente en las formas de funcionamiento cerebral y su expresión.
Los espacios educativos, cada día cobran mayor relevancia en este tema, un cambio tan importante, implica por ejemplo que los educadores deban adaptar sus estrategias de enseñanza y entornos de aprendizaje a respetar las necesidades individuales de cada estudiante. Para ello, debemos comprender que la inclusión no es solo para unos pocos “beneficiados”, sino que también enriquece a una comunidad en general. Afrontar la neurodiversidad y promover la inclusión en los establecimientos educacionales es esencial para garantizar el acceso a una educación de calidad.
Algunas estrategias y enfoques que hemos podido observar para que este cambio ocurra, es contar con un personal educativo capacitado que comprenda mejor las necesidades de los estudiantes; entender que la enseñanza que se imparte debe ser diversificada, respetar los estilos de aprendizaje para que cada estudiante acceda al contenido, como también, incluir el uso de materiales visuales, actividades prácticas y tecnologías educativas.
Paradójicamente, los establecimientos de alta vulnerabilidad, presentan un mayor compromiso frente a la neurodiversidad, donde los docentes deben generar ambientes de aprendizaje inclusivos, intencionando entornos acogedores y seguros, donde se fomente la empatía y el respeto por las diferencias. Esto incluye la implementación de normas de convivencia inclusivas que provoquen la colaboración de toda la comunidad educativa. Pero lo cierto, es que las escuelas deben flexibilizar sus formas de evaluar, ofrecer un abanico de posibilidades en los procesos, que se adapten a las capacidades, potencialidades y estilos de aprendizaje de cada estudiante, permitiendo que todos puedan demostrar su comprensión y adquisición de los mismos.
Lamentablemente somos un país al debe en esta materia, esperamos que el MINEDUC proponga programas vinculados a la neurodiversidad, desde el curriculum nacional hasta la capacitación docente en estrategias metodológicas y evaluativas, y que las universidades la consideren en sus planes formativos, proporcionando herramientas en atención a la diversidad en todos los contextos de aprendizaje.
Académico Facultad de Educación, U. Central
La neurodiversidad en el aula, refiere a la idea de que niños y niñas tienen diferentes formas de procesar la información y de experimentar el mundo, es reconocer y destacar la diferencia, específicamente en las formas de funcionamiento cerebral y su expresión.
Los espacios educativos, cada día cobran mayor relevancia en este tema, un cambio tan importante, implica por ejemplo que los educadores deban adaptar sus estrategias de enseñanza y entornos de aprendizaje a respetar las necesidades individuales de cada estudiante. Para ello, debemos comprender que la inclusión no es solo para unos pocos “beneficiados”, sino que también enriquece a una comunidad en general. Afrontar la neurodiversidad y promover la inclusión en los establecimientos educacionales es esencial para garantizar el acceso a una educación de calidad.
Algunas estrategias y enfoques que hemos podido observar para que este cambio ocurra, es contar con un personal educativo capacitado que comprenda mejor las necesidades de los estudiantes; entender que la enseñanza que se imparte debe ser diversificada, respetar los estilos de aprendizaje para que cada estudiante acceda al contenido, como también, incluir el uso de materiales visuales, actividades prácticas y tecnologías educativas.
Paradójicamente, los establecimientos de alta vulnerabilidad, presentan un mayor compromiso frente a la neurodiversidad, donde los docentes deben generar ambientes de aprendizaje inclusivos, intencionando entornos acogedores y seguros, donde se fomente la empatía y el respeto por las diferencias. Esto incluye la implementación de normas de convivencia inclusivas que provoquen la colaboración de toda la comunidad educativa. Pero lo cierto, es que las escuelas deben flexibilizar sus formas de evaluar, ofrecer un abanico de posibilidades en los procesos, que se adapten a las capacidades, potencialidades y estilos de aprendizaje de cada estudiante, permitiendo que todos puedan demostrar su comprensión y adquisición de los mismos.
Lamentablemente somos un país al debe en esta materia, esperamos que el MINEDUC proponga programas vinculados a la neurodiversidad, desde el curriculum nacional hasta la capacitación docente en estrategias metodológicas y evaluativas, y que las universidades la consideren en sus planes formativos, proporcionando herramientas en atención a la diversidad en todos los contextos de aprendizaje.
Freddy Mora | Imprimir | 108