sábado 14 de septiembre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Opinión 01-09-2024
Conectados, pero sin Energía: La Lucha por un Suministro Eléctrico

Alejandra Astete Belmar

¡Esta semana he estado full en terreno! Aprovecho de agradecer a todas las personas que me han contactado con sus buenos deseos, quienes están leyendo nuestros artículos y aquellos que se han tomado el tiempo para compartir sus observaciones respecto a las oportunidades de mejoras aún pendientes en nuestro querido Linares.

El miércoles me encontraba en terreno en la localidad de Las Obras, analizando con la comunidad algunos proyectos pendientes en el sector. Una familia muy cercana a mí, de mi época escolar me compartió el verdadero drama que están viviendo respecto a la calidad del servicio de energía eléctrica, tanto desde el punto de vista suministro de energía eléctrica como la variabilidad del voltaje en el sector. Con esta preocupación me fui a hablar con varios expertos en electricidad para entender mejor el problema, analizar las responsabilidades involucradas y revisar los requerimientos necesarios para solucionar este tema, ya que esta queja ha sido recurrente en varios sectores en que he estado conversando con los vecinos.

Contar con un suministro de energía eléctrica seguro, no solo mejora la vida en los hogares, sino que también facilita el acceso a una mejor calidad de vida, crea más oportunidades de trabajo e impulsa el desarrollo local sustentable de las comunidades. Sin embargo, a medida que los barrios se expanden, especialmente en áreas rurales y periurbanas, las redes de distribución eléctrica se ven sobrecargadas. La falta de inversión en infraestructura adecuada convierte lo que debería ser un servicio básico en un lujo intermitente. Es común que, en estas áreas, los residentes experimenten caídas de voltaje que les impiden utilizar electrodomésticos esenciales como refrigeradores o hervidores, o dependan de que electrodomésticos están usando los vecinos para poder realizar las tareas propias en sus hogares. Estos problemas no solo son molestos, sino que también generan un desgaste prematuro en los equipos y aumentan el riesgo de accidentes eléctricos.

La familia del sector de Las Obras me relató que, a medida que han llegado más vecinos al sector, el suministro de energía eléctrica se ha visto interrumpida cada vez más frecuentemente. “No puedo planchar, lavar la ropa y encender la televisión al mismo tiempo. Apenas prendo el microondas apenas funciona, si es que se enciende”, cuenta con frustración. Este tipo de situaciones, más que un inconveniente, es un reflejo de una pobreza energética que se esconde detrás de las estadísticas de acceso a la electricidad. Esto ocurre a pesar de que todos los propietarios tienen sus instalaciones en regla y cuenta con sus respectivos certificados TE1, certificado emitido por la superintendencia de Electricidad y combustible (SEC).

¿Por qué ocurre esto?, La expansión urbana sin la adecuada modernización e inversiones requeridas en infraestructura de distribución eléctrica, es un problema que afecta a varias comunidades en nuestra ciudad, Huapi Alto, Palmilla, Camino a Panimávida entre otros sectores. Las autoridades locales suelen aprobar nuevos proyectos habitacionales sin actualizar los requerimientos de la red de acuerdo con la demanda adicional generada. Como resultado, los residentes se enfrentan a cortes de energía frecuentes, voltajes inestables y una red eléctrica que simplemente no está a la altura de las necesidades actuales.

En términos simples, hay que pensar en la corriente eléctrica como el caudal de agua que fluye por una manguera: no importa cuán grande es el área que necesito regar, no cabe más agua por la manguera en un momento que lo que su capacidad le permite. El voltaje sería el análogo a la presión de agua que se le mete a la maguera, ambas variables están limitadas por el tamaño del sistema. Por lo tanto, si le exijo más a un sistema que es limitado este sencillamente deja de funcionar o lo hace mal.

En sectores rurales, la situación es aún más crítica. Comunidades pequeñas, muchas veces aisladas, dependen de infraestructuras obsoletas que no han sido actualizadas en décadas. Esto se traduce en largos períodos sin electricidad, especialmente durante tormentas o condiciones climáticas adversas, y en una calidad de vida que se ve gravemente deteriorada.

¡Consecuencias! La baja calidad energética no solo afecta la comodidad de los hogares, sino también su economía. Los electrodomésticos dañados por bajas y alzas de voltaje deben ser reparados o reemplazados, un costo adicional que muchas familias simplemente no pueden afrontar. Además, la ineficiencia del sistema aumenta el consumo, llevando a facturas eléctricas más altas para servicios deficientes.
Las comunidades que sufren estos problemas también ven afectada su salud y seguridad. La inestabilidad del suministro eléctrico puede comprometer el funcionamiento de dispositivos médicos en el hogar, como respiradores o refrigeradores para medicamentos, además de los almacenes locales que pierden toda su mercadería congelada o refrigerada. En sectores rurales, las largas distancias y la falta de transporte agravan aún más la situación, dejando a las familias más vulnerables expuestas a riesgos innecesarios.

¿Como se soluciona esto? Es imperativo que se tomen medidas para mejorar la infraestructura de distribución de energía en estas áreas, tanto por parte de las empresas de distribución como las autoridades comunales, sectoriales y regionales. Inversiones en la modernización de la red eléctrica, junto con políticas públicas que prioricen la calidad del suministro, son esenciales para garantizar un servicio estable y seguro para todos. Además, es crucial involucrar a las comunidades en la planificación y desarrollo de estas inversiones, asegurando que las soluciones propuestas respondan a las necesidades reales de los residentes.

En este caso la pobreza energética no puede ser abordada solo desde la óptica del acceso a la energía eléctrica. La calidad del suministro es igualmente importante y debe ser considerada en las políticas energéticas. Todos los ciudadanos tienen derecho a un suministro que no solo esté disponible, sino que sea confiable y seguro.

“Hoy hacemos un llamado a la acción”

Freddy Mora | Imprimir | 251