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martes 26 de noviembre del 2024
Agricultura 13-07-2022
Conozca los tomates resistentes a sequía y salinidad
En Chile existen alrededor de mil 500 hectáreas que presentan problemas de salinidad y alta presencia de carbonatos, debido principalmente a las condiciones áridas de la zona central y norte de nuestro país, acentuadas por las prácticas agrícolas como riego con aguas de elevado contenido de sales, fertilización inadecuada, entre otros factores.
El Valle de Lluta se caracteriza por poseer altos contenidos de salinidad y presencia excesiva de Boro, tanto en suelo cultivable como en el agua de riego. Según los estudios realizados por el INIA, el tomate tiene una conductividad eléctrica (CEs) que podría llegar 11,5 dS/m.
El Dr. Juan Pablo Martínez, investigador de INIA La Cruz, Región de Valparaíso, especialista en Fisiología y Biología Molecular Vegetal, explica que la salinidad de los suelos continúa siendo en la actualidad uno de los más importantes estreses abióticos que perjudica la productividad y calidad en cultivos y hortalizas como el tomate. “Las cantidades excesivas de sal en el suelo producen un efecto adverso sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas donde procesos biológicos como germinación de la semilla, vigor, crecimiento vegetativo, floración y desarrollo del fruto son efectados”.
Dada estas condiciones, actualmente se está requiriendo soluciones que ayuden a mitigar los efectos de la salinidad y sequía en los cultivos. Por esto, un grupo de investigadores de INIA La Cruz, la Universidad de Chile y la Universidad Arturo Prat, que forman parte del proyecto Anillo de Investigación en Ciencia y Tecnología “PASSA” de Conicyt (ACT 192073), se encuentran desarrollando diferentes estrategias a través de distintas formulaciones para aumentar la tolerancia de tomates a la falta de agua o a la salinidad, con lo que se podría ahorrar agua en este cultivo y seguir cosechando en terrenos que actualmente se ven afectados por este tipo de estreses abióticos.
¿De qué se trata este tipo formulaciones? En el caso del llamado “biomodulador”, éste incorporará una serie de compuestos naturales, en especial ácido lipoico y carotenoides, que tienen propiedades antioxidantes. Asimismo, se sumarán moléculas químicas que han demostrado promisorios resultados en investigaciones previas desarrolladas en la Universidad de Chile por parte del equipo del proyecto.
“En el caso del ácido lipoico y carotenoides, son dos fuertes antioxidantes que se encuentran presentes en las plantas. Debido a que el estrés por sequía y salinidad causan a su vez un estrés oxidativo en las células es de esperar que, al aplicar de manera foliar estos antioxidantes, las plantas puedan amortiguar estos efectos”, explica Michael Handford, co-director del proyecto PASSA e investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Además, se está desarrollando otra formulación, la cual contendrá rizobacterias obtenidas desde plantas que crecen en el Desierto de Atacama y, de acuerdo con investigaciones previas desarrolladas por la Universidad Arturo Prat, confieren resistencia a la salinidad, permitiendo que vivan en ambientes tan adversos para la fauna como éste.
De manera paralela, INIA La Cruz, se encuentra trabajando con promotores de crecimiento de plantas a partir de rizobacterias nativas (“PGPR in ingles”) obtenidas del Banco de Microrganismo de INIA donde en experimentos se ha demostrado que al aplicarlas en tomate bajo condiciones de invernadero favorecen el crecimiento en salinidad.
Complementariamente, se están haciendo ensayos en consorcio. Uno corresponde al consorcio de diferentes cepas de bacterias Pseudomonas y el otro ensayo, con otro consorcio, con distintas cepas de Staphylococcus.
El Valle de Lluta se caracteriza por poseer altos contenidos de salinidad y presencia excesiva de Boro, tanto en suelo cultivable como en el agua de riego. Según los estudios realizados por el INIA, el tomate tiene una conductividad eléctrica (CEs) que podría llegar 11,5 dS/m.
El Dr. Juan Pablo Martínez, investigador de INIA La Cruz, Región de Valparaíso, especialista en Fisiología y Biología Molecular Vegetal, explica que la salinidad de los suelos continúa siendo en la actualidad uno de los más importantes estreses abióticos que perjudica la productividad y calidad en cultivos y hortalizas como el tomate. “Las cantidades excesivas de sal en el suelo producen un efecto adverso sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas donde procesos biológicos como germinación de la semilla, vigor, crecimiento vegetativo, floración y desarrollo del fruto son efectados”.
Dada estas condiciones, actualmente se está requiriendo soluciones que ayuden a mitigar los efectos de la salinidad y sequía en los cultivos. Por esto, un grupo de investigadores de INIA La Cruz, la Universidad de Chile y la Universidad Arturo Prat, que forman parte del proyecto Anillo de Investigación en Ciencia y Tecnología “PASSA” de Conicyt (ACT 192073), se encuentran desarrollando diferentes estrategias a través de distintas formulaciones para aumentar la tolerancia de tomates a la falta de agua o a la salinidad, con lo que se podría ahorrar agua en este cultivo y seguir cosechando en terrenos que actualmente se ven afectados por este tipo de estreses abióticos.
¿De qué se trata este tipo formulaciones? En el caso del llamado “biomodulador”, éste incorporará una serie de compuestos naturales, en especial ácido lipoico y carotenoides, que tienen propiedades antioxidantes. Asimismo, se sumarán moléculas químicas que han demostrado promisorios resultados en investigaciones previas desarrolladas en la Universidad de Chile por parte del equipo del proyecto.
“En el caso del ácido lipoico y carotenoides, son dos fuertes antioxidantes que se encuentran presentes en las plantas. Debido a que el estrés por sequía y salinidad causan a su vez un estrés oxidativo en las células es de esperar que, al aplicar de manera foliar estos antioxidantes, las plantas puedan amortiguar estos efectos”, explica Michael Handford, co-director del proyecto PASSA e investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Además, se está desarrollando otra formulación, la cual contendrá rizobacterias obtenidas desde plantas que crecen en el Desierto de Atacama y, de acuerdo con investigaciones previas desarrolladas por la Universidad Arturo Prat, confieren resistencia a la salinidad, permitiendo que vivan en ambientes tan adversos para la fauna como éste.
De manera paralela, INIA La Cruz, se encuentra trabajando con promotores de crecimiento de plantas a partir de rizobacterias nativas (“PGPR in ingles”) obtenidas del Banco de Microrganismo de INIA donde en experimentos se ha demostrado que al aplicarlas en tomate bajo condiciones de invernadero favorecen el crecimiento en salinidad.
Complementariamente, se están haciendo ensayos en consorcio. Uno corresponde al consorcio de diferentes cepas de bacterias Pseudomonas y el otro ensayo, con otro consorcio, con distintas cepas de Staphylococcus.
Freddy Mora | Imprimir | 832
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