jueves 26 de septiembre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 26-09-2024
Crónicas de viajes y de libros V.


Rodrigo Biel, abogado y docente
Paseo de la Castellana.

Quienes visiten Madrid, deben caminarlo, no solo por la Gran Vía, sino también por las calles estrechas del barrio viejo de la vieja ciudad, que nos llevan a la Plaza Mayor; también debe andarse por el Paseo de La Castellana.
Es a este paseo, al que les invito y lo iniciamos desde La Cibeles en dirección al norte por el paseo de Recoletos, que nos llevará hasta la Plaza de Colón.
La diosa Cibeles, de la cual hablaremos en otra crónica, la hemos visto mil veces cuando la televisión nos muestra a los madrileños celebrando los triunfos del Real Madrid y de la selección española de futbol, sin embargo, la multitud la respeta y nunca la vandaliza, como ocurre en nuestro país con el patrimonio de nuestras ciudades.
Caminando por Recoletos, nos detenemos en el N°10, que corresponde a un edificio mandado a construir por don José de Salamanca, el marqués de Salamanca para tener allí su residencia; hoy alberga a la fundación del banco BBVA.
Después de admirar el palacio y sus jardines, seguimos admirando las construcciones de ambos lados de Recoletos, al llegar al N°22 nos topamos con el edificio de la Biblioteca Nacional, en su escalinata nos reciben Alfonso X el sabio y San Isidoro y, al pasar la puerta, nos saludan Nebrija, Vives, Lope de Vega y Cervantes.
En ese emplazamiento, estuvo el convento que le da el nombre al paseo, el de los recoletos; atrás de la biblioteca, por la calle Serrano, se encuentra el Museo Arqueológico.
Vamos llegando a la plaza de Colón, desde la cual podemos acceder a varias calles que tienen su propia historia, como la de Génova que nos acerca al barrio Justicia, donde se ubica la Audiencia Nacional y la Suprema Corte de España; también están las calles muy comerciales de Goya y de Serrano.
En el centro de la plaza de Colón, admiramos el magnífico monumento al almirante Cristóbal Colón cuya figura está en su cúspide. En la plaza encontramos una serie de obras relacionadas con el descubrimiento de América; desde un par de años atrás, en la esquina frente a la biblioteca, apreciamos una escultura de grandes dimensiones consistente en una cabeza de mujer, del artista Jaume Plensa, de un material de color blanco, que se llama Julia. Y, frente a la plaza, al inicio (o quizás término) de la calle Génova, encontramos una escultura de Botero, llamada “La mujer con espejo” y, en su entorno, las llamadas Torres de Colón. Esta plaza y el centro cultural que está en el subsuelo da para permanecer un buen rato en ella, viendo, también, ondear una bandera de España de grandes dimensiones.
Desde esta plaza de Colón, en dirección norte, comienza el paseo de La Castellana; dice la historia que toma ese nombre por una fuente que existía en dicho lugar llamada Castellana, seguimos deleitándonos de la arquitectura de los edificios que están a cada lado del paseo; como también de un museo al aire libre, debajo de una vía elevada, con obra de escultores de la talla de Joan Miró.
En el N°34 de Las Castellana, encontramos un hermoso edificio, de estilo sevillano, que hoy es una galería comercial con salida también a la calle Serrano, se nos señala que antes fue la sede del antiguo diario ABC de Madrid; vale la pena detenerse, conocerlo, dar una mirada a la calle Serrano, paralela al paseo y degustar un buen café en el centro comercial.
Durante nuestro recorrido encontramos estatuas, monumentos y fuentes, nos detenemos en la de San Juan de la Cruz, en su cercanía, una nueva obra de Botero, en este caso, “La mano”. Del mismo modo, vemos varios palacios o casas-palacios, dicen que en toda La Castellana, quedan una docena de estas construcciones. En nuestro caminar nos encontramos con dos, en los N°54 y N°58, este último cobija a la embajada de Portugal.
Pasemos a la vereda del frente, donde se emplaza el llamado complejo Azca, deslumbrándonos con un grupo de edificios financieros, como las torres Picasso, Castellana y Titanio, deteniéndolos a servirnos una merienda en uno de los locales del complejo.
Retomamos nuestra caminata y nos maravillamos, con el estadio Santiago Bernabeau, de propiedad de Real Madrid; ha estado en remodelación los últimos años y, aún en julio de este año, todavía hay obras por terminar. Tiene capacidad, prácticamente, para 80.000 personas, es tan antiguo como este articulista, inaugurado en diciembre de 1947. Su fachada con láminas curvas envolventes, con cubiertas rígidas y flexibles que nos aleja de la visión que tenemos de un estadio.

Crónicas de viajes y de libros V.
Paseo de la Castellana II
Dejamos el Bernabeu, siguiendo nuestro andar en dirección al norte, pasamos por el complejo de edificios llamados Nuevos Ministerios; he pasado mil veces por fuera de ellos, y recién sé que los diseñó el arquitecto Secundino Zuazo, que le da el nombre a la avenida donde vive mi hijo; en verdad se ven grandiosos, pero no es la arquitectura que, en lo personal me agrade.
Ya, divisamos el obelisco dorado, obra de Santiago Calatraba, de 92 metros de altura, un verdadero cilindro, dicen que debería moverse, pero no ocurre. Mirado desde lejos, se le ve entre dos torres que están inclinadas una respecto a la otra, frente a frente, como haciéndose una venia, se llama la Puerta de Europa.
Delante del obelisco se ubica un monumento dedicado a Calvo Sotelo, político asesinado antes del inicio de la guerra civil.
Frente al obelisco y al monumento, en la vereda de los números impares se encuentran los edificios que albergan 54 juzgados de instrucción criminal de Madrid.
Entre las torres ya mencionadas está el intercambiador de transporte conocido como plaza de Castilla, tanto en la calzada como en el subsuelo.
Desde la plaza de Castilla, caminando por la calle Agustín de Foxá, llegaremos a la estación de trenes Chamartín, cuyo nombre completo es Clara Campoamor, una abogada, activista, que se destacó en la lucha por la reivindicación de los derechos de las mujeres.
Nos queda poco para terminar nuestra caminata por el paseo de La Castellana, dejamos la plaza de Castilla, nos vamos por la vereda de los números impar y llegamos al emplazamiento de cuatro torres, muy modernas, las que se ven prácticamente de cualquier lugar de Madrid; precisemos, en realidad que, frente a nosotros, tenemos cinco torres.
Una de las torres, es la Cristal, la más alta de Madrid y de España con 249 metros de altura, con un jardín en su azotea, otra de las torres, es la llamada Emperador Castellana, que en unos de sus pisos altos tiene una capilla católica. En otra de las torres hay un hotel y en sus pisos superiores un restaurante. Dejaremos para una próxima oportunidad entrar a alguna de ellas, pero digamos que la quinta torre que referíamos, se llama Caleido, que en griego significa “bella imagen” y alberga a una universidad privada, y un centro médico.
Siguiendo hasta el final del paseo de La Castellana nos topamos con el hospital universitario de La Paz, sin darnos cuentas hemos caminado un poco más de 7 kilómetros, desde la Cibeles hasta el mencionado hospital; nos volvemos hasta la plaza Castilla y nos subimos al bus N°27, para retornar al lugar desde donde partimos.
Desde la ventana del transporte en que viajamos, apreciamos el monumento a la reina Isabel La Católica, montada a caballo; también el erigido en homenaje al presidente Castelar, la plaza del doctor Marañón con la estatua ecuestre del marqués del Duero. En el edificio de la esquina, puedo contarles, que hay una placa, que nos ilustra que en esa casa vivió y murió el mencionado médico, político y pensador español.
Pasamos, también, por fuera de la sucursal más grande de la tienda “El Corte Inglés”, donde se ubican muchos restaurantes. Les sugeriría bajarse y pasar a ese centro comercial, vale la pena, y luego en la zona gourmet pasar al restaurante Sua, y degustar unas gambas de miedo.
Siguiendo por la misma vereda impar, en el N°5 hay un hermoso palacio, ocupado ahora por el Ministerio del Interior.
Ya en el paseo de los Recoletos, por esta misma acera, en el N°13 podemos de admirar una casa palacio, de propiedad privada, que habría sido de una familia López Dóriga.
Cuando nos bajemos del bus, conozcamos el palacio de Linares, cuyos dueños fueron los primeros marqueses de Linares, de apellido Murga, y donde actualmente tiene su sede la Casa de América, una institución destinada a propender la cultura de la américa ibérica y de España. En un restaurante que allí tienen, pueden degustar comida de nuestro continente.
Desde la fuente de la Cibeles, hemos transitado de sur a norte, primero, por el paseo de Recoletos y luego seguimos por el paso de la Castellana, hasta llegar al hospital de la Paz.
Será otro día, en que partiendo de la Cibeles, caminemos hacia el sur por el paseo del Prado y, lleguemos, por lo menos hasta la fuente del dios Neptuno y la estación de Atocha.










Freddy Mora | Imprimir | 171