miércoles 19 de febrero del 2025
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 11-11-2023
CUENTOS QUE PARECEN CUENTOS El pequeño gigante de la canción
Publicidad 12

Carlos Yáñez Olave, escritor

Un verano de anochecer tibio y estrellado. Luna llena la cual recién se había entregado con amor y pasión incontrolable al rey Sol para dotarse de luz cristalina, transparente, natural y bella apoyada por coquetas estrellas las cuales alumbraron mi alegría apagada y escondida.
En ese entonces se iniciaba el Festival de verano en el bellísimo Embalse Ancoa, despertando las conquistas con las cuales nacieron hermosos romances perfumados por la primavera, quien había emprendido su retirada dejando los campos floridos. Aquellos que entibian los corazones rebelando los inocentes besos a principios tímicos y finales apasionados.
Aventurera y deseada etapa la cual quisiéramos eternizar; pero con inevitables tropiezos que lloran y destrozan corazones terminando con latidos de amargura... A cuántos no les ha sucedido?
En aquellos tiempos descubrí a bellas y encantadoras jovencitas que, con su mirada de ojos sonrientes y mirada encantadora, entregaban un beso a la distancia depositando alegría, amor y aquel placer de caricias con apariencias de pecados. Teniendo presente que amar no es delito.
Atraído por la fama de este Festival y la hermosura encantadora del lugar precordillerano, fácilmente me integré al entusiasta público. Y en el camino me percaté que un lolo de rostro triste con huellas de lágrimas que hacía un tiempo las había marcado un llanto. Avanzaba a paso lento, dejando en el sendero una tela de amargura y llanto oculto.
Después lo perdí por observar a una bella rubia de corta falda y verdes ojos que competían con el tierno color de los montes,ojitos que me sonrieron cuando los míos se posaron en su encanto...
Llegaba al lugar del escenario cuando una lluvia de comentarios alegres y juveniles anunciaban la pronta participación del "Pequeño Gigante de la Canción"... Todo era alegría. Algunas lolas se jactaban orgullosas...¡El me dió un beso en la mejilla! ...-Le tomé la mano! •-El me sonrió! ... Es mi amigo!

Música, gritos, cantos y bailes... Llegaba al escenario el esperado “EDUARDO PATRICIO OLAVE OLATE" ...EL Pequeño Gigante de la Canción"...
Mi sorpresa fue tan enorme como las ovaciones brindadas al artista que revolucionaba hasta a los copihues que colgaban en las quebradas del Embalse Ancoa ... Quien subía al escenario, era nada menos que el joven de rostro apenado con huellas de lágrimas descubierto en el camino. Ahora había escondido su tristeza disfrazando su cara de felicidad entregando sonrisas y besos al público. Las niñas gritaban su nombre ¡!Eduardo Patricio!!!


Era la primera vez que asistía a ese gran evento. Jamás imaginaba que este joven lolo cantara como el mejor de los profesionales. Era una voz que invitaba a entonar sus cantos. El entusiasmo general obligaba a los linarenses a dejar abandonada la ciudad para estar en aquel grato lugar. Las Comunas aledañas también se hacían presente orgullosas de tener en la provincia de linares un Festival de tan destacado nivel y con talentoso artista de atracción grata y sencilla, con aquella especial melodía en su voz que llevaba el canto al alma.
Obviamente que la tentación de la curiosidad me condujo a preguntar su nombre y el origen de su pena oculta...
"Mi pena es triste y amarga, la cual trato de evitarla cantando para olvidarlo. Mi hermano mayor (Carlitos) a temprana edad nos dejó en e1 hogar un espacio de llanto y dolor permanente, cuando falleció en un accidente cruzando en moto la línea férrea, junto a un amigo de infancia...Pronto al poco tiempo, accidentalmente, se nos fue nuestra madre querida, hermosa y tierna. Solo el cantar me permite soportar aquel dolor que aprieta el pecho y ahoga el alma..."
Eduardo Patricio Olave Olate, termina su relato con los ojos húmedos y su voz de canto llorando.
Han pasado muchos años de este suceso, pero ahora afloran en las aguas del río Ancoa, pues en los megas temporales abrieron puertas de rincones donde estaban escondidos los recuerdos y ecos de virtuosos valores del canto y la poesía.
Tantos veranos de alegría y amores que se han ido y otros que han formado hogares fraternos, dulces ,tiernos e inseparables.
Deduzco que es la hora de otra vez ser felices, reintentando revivirlos con otros festivales.
Freddy Mora | Imprimir | 714