sábado 29 de junio del 2024
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Opinión 27-06-2024
Daños del tornado en Linares Miércoles 27 de junio de 1962
Manuel Quevedo Méndez

La información quedó registrada el jueves 28 de junio de 1962, en diario La Nación de Santiago. El Instituto Politécnico de Linares, fue el edificio que sufrió con mayor fuerza los efectos del tornado que azotó la ciudad. El grabado muestra a los alumnos y a un profesor tratando de poner orden en las planchas del techo y la armazón de madera derribados por el viento y que correspondían a la Sección Comercial del establecimiento. Las autoridades, encabezadas por el Intendente, Sebastián Barja, con la actuación inmediata de la Escuela de Artillería, la Dirección de Vialidad. Pavimentación, la Municipalidad y los Bomberos, devolvieron la normalidad a Linares en menos de cuatro horas. El Intendente fue autorizado primero por teléfono y, luego, por telegrama del ministro del Interior Dr. Sótero del Río, para invertir fondos con cargo al 2 por ciento constitucional, y atender las necesidades de la población.
Las líneas anteriores vienen, como pie de la fotografía que acompaña estas líneas, y están bajo el nombre de ZAVALA. Corresponsal. Creemos que corresponden, texto y fotografía, al profesor Víctor Zavala Yáñez del citado establecimiento -Instituto Politécnico de Linares-, docente en Aritmética Comercial; posteriormente Inspector General en el mismo establecimiento.
Luego viene el desarrollo de la noticia, señalando que el tornado, alcanzó una velocidad de 240 kilómetros aproximadamente y dañó 150 casas, a siete de las cuales les voló la techumbre.
El tornado se originó por sobre el edificio del Instituto Politécnico y arrojó vigas de la techumbre a 600 metros de distancia. Las planchas de zinc, con el ciclón, volaron a un kilómetro de distancia. El viento continuó en dirección al sector de San Antonio, donde está ubicado el aeródromo. Un avión estuvo a punto de ser alcanzado por la manga huracanada de 40 metros de ancho, pero su piloto alcanzó a divisarla y desvió el rumbo de la máquina.
La ciudad estaba en calma y fue sorprendida por el tornado alrededor de las once horas. Cinco minutos después, al recuperarse, los habitantes observaron que el viento había volado techos, arrancado postes, árboles y quebrado vidrios de 150 viviendas.
Los alumnos del Instituto Politécnico, 900 en total, estaban en clases, fueron cogidos por el pánico al sentir que el viento desgarraba el techo, hasta el maderamen, arrancándolo de cuajo.
Una pérgola situada cerca de la estación, esquina de Bellavista con Januario Espinosa, voló impulsada por el viento y se hundió el piso. Cuatro personas que estaban en el interior quedaron heridas. El tornado destructor recorrió las calles Nacimiento, Yerbas Buenas, Carampangue, Bellavista y Januario Espinosa, de oeste a este, perdiéndose en dirección a la cordillera. Se teme que en el interior de la provincia haya causado más destrozos, que solamente se conocerán hoy.
Las pérdidas materiales alcanzan a trescientos mil escudos. Cuadrillas de operarios electricistas de San Javier reforzaron las de Linares para reparar líneas y postes arrancados por el viento. La compañía de teléfonos perdió 23 de sus líneas.
En el hospital en construcción, otro de los edificios más seriamente dañados, volaron las planchas de zinc del techo y los vidrios quedaron hechos añicos. En la estación ferroviaria se cortaron las líneas de comunicación.
El tornado arrancó dos casas de cuajo y dejó un herido, Wenceslao Espinoza, quien se encontraba en un refugio cercano a la estación de ferrocarriles.
En el sector de las poblaciones de empleados particulares y Malaquías Concha, volaron los techos de siete casas. Las viviendas deterioradas pertenecen a Augusto Zúñiga, Estela Gutiérrez Tapia, Manuel Venegas, Genaro González, Sergio Retamal (ex Alcalde), Manuel Cuesta y Luis Canto. Numerosas otras viviendas quedaron en muy mal estado.
No hubo víctimas y los daños no fueron mayores, porque el fenómeno afectó un sector despoblado. De todas maneras, provocó alarma entre los habitantes de la zona, que por primera vez presenciaban un fenómeno de tal naturaleza. Durante el paso del tornado se interrumpió la lluvia que caía en la zona.
En total, se estima que hay unas 600 personas damnificadas por el tornado y Carabineros inició el empadronamiento de cada una de ellas. De ese modo, se establecerá el monto de materiales necesarios para la reconstrucción.
Militares de la Escuela de Artillería, a cargo de oficiales que actuaban como enlaces con la Intendencia, iniciaron la faena de despeje de las calles, estimándose que la situación quedará normalizada hoy.
Los tornados causaron grandes destrozos en Linares y Chillán, mientras que el mal tiempo aumentó en dos el número de víctimas. Además de las inundaciones en varias ciudades del país, las lluvias ocasionaron también dos derrumbes en la capital (Santiago). Uno de ellos aplastó diez automóviles. El mal tiempo completó ayer su quinto día consecutivo en la zona comprendida entre Coquimbo y Chiloé. En la capital, las lluvias, hasta el mediodía,
De los últimos tornados, dos se registraron en Chillán y Linares. El primero se produjo en Cato, a cinco kilómetros al Este de Chillán, en el camino que va a la cordillera. El viento botó árboles y partió en dos un gigantesco eucalipto que obstruyó la ruta. También botó el techo de la vivienda de un campesino. No hubo víctimas y los daños no fueron mayores, porque el fenómeno afectó una zona despoblada.
El otro se registró en Linares, y duró cinco minutos, atravesando la ciudad de noroeste a sureste, levantando techos y quebrando vidrios de más de casas, mientras caía una intensa lluvia. (Bibliografía: Diario El Heraldo, Revista Linares; diario La Nación)



Freddy Mora | Imprimir | 569