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martes 05 de noviembre del 2024
Opinión 05-11-2024
Deuda pendiente con la niñez y juventud
Dra. Jessica Candia
Directora Carrera de Trabajo Social, Universidad de Las Américas, Sede Concepción
Desde hace años, diversos medios de comunicación y organizaciones sociales han alertado sobre la situación de niños, niñas y adolescentes (NNA) bajo el cuidado del Estado en nuestro país. Los reportes oficiales evidencian casos de negligencia, abusos y, lamentablemente, homicidios. Recientemente, un reportaje de Ciper reveló que, entre 2018 y 2024, el 52% de los homicidios de menores de 18 años correspondieron a NNA que estaban bajo la protección de algún programa estatal.
Inexplicablemente, todos estos antecedentes no han podido derivar en políticas sociales que garanticen un mejor presente y futuro para quienes nacen en un contexto desfavorable y riesgoso para sus vidas. Además, esto implica no avanzar en el abordaje de otras problemáticas derivadas. Los datos muestran que cada año más de 400 jóvenes, que cumplen su mayoría de edad bajo un programa proteccional, deben abandonar lo que hasta ese momento fue su hogar, sin tener necesariamente las condiciones, ni las redes de apoyo necesarias para comenzar una vida independiente.
Por otro lado, varios cientistas sociales llevan décadas argumentando la necesidad de transitar desde políticas focalizadas hacia estrategias universales con enfoques sistémicos. Este cambio permitiría abordar de manera más efectiva las problemáticas complejas que afectan a las personas a lo largo de sus ciclos de vida, reduciendo el impacto de las condiciones socio-familiares en las que nacen.
En este sentido, Chile debería avanzar hacia una propuesta integral de protección a la niñez, que contemple un proceso de transición para quienes alcanzan la mayoría de edad. Esto implicaría un acompañamiento en su inserción social, educativa y laboral, facilitando su camino hacia la vida independiente. Además de ser un imperativo ético y humano, esta medida ayudaría a evitar que los jóvenes queden expuestos a organizaciones delictivas.
Directora Carrera de Trabajo Social, Universidad de Las Américas, Sede Concepción
Desde hace años, diversos medios de comunicación y organizaciones sociales han alertado sobre la situación de niños, niñas y adolescentes (NNA) bajo el cuidado del Estado en nuestro país. Los reportes oficiales evidencian casos de negligencia, abusos y, lamentablemente, homicidios. Recientemente, un reportaje de Ciper reveló que, entre 2018 y 2024, el 52% de los homicidios de menores de 18 años correspondieron a NNA que estaban bajo la protección de algún programa estatal.
Inexplicablemente, todos estos antecedentes no han podido derivar en políticas sociales que garanticen un mejor presente y futuro para quienes nacen en un contexto desfavorable y riesgoso para sus vidas. Además, esto implica no avanzar en el abordaje de otras problemáticas derivadas. Los datos muestran que cada año más de 400 jóvenes, que cumplen su mayoría de edad bajo un programa proteccional, deben abandonar lo que hasta ese momento fue su hogar, sin tener necesariamente las condiciones, ni las redes de apoyo necesarias para comenzar una vida independiente.
Por otro lado, varios cientistas sociales llevan décadas argumentando la necesidad de transitar desde políticas focalizadas hacia estrategias universales con enfoques sistémicos. Este cambio permitiría abordar de manera más efectiva las problemáticas complejas que afectan a las personas a lo largo de sus ciclos de vida, reduciendo el impacto de las condiciones socio-familiares en las que nacen.
En este sentido, Chile debería avanzar hacia una propuesta integral de protección a la niñez, que contemple un proceso de transición para quienes alcanzan la mayoría de edad. Esto implicaría un acompañamiento en su inserción social, educativa y laboral, facilitando su camino hacia la vida independiente. Además de ser un imperativo ético y humano, esta medida ayudaría a evitar que los jóvenes queden expuestos a organizaciones delictivas.
Freddy Mora | Imprimir | 91