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sábado 15 de marzo del 2025
Opinión 15-03-2025
Día Mundial de la Vida Silvestre: un llamado urgente a la conservación

Carolina Contreras Académica Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía Universidad de Las Américas
A comienzos de marzo se conmemora el Día Mundial de la Vida Silvestre. Esta efeméride fue proclamada en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para rememorar la firma de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en 1973, una fecha para reflexionar sobre la importancia de la biodiversidad y la necesidad urgente de proteger los ecosistemas.
La vida silvestre no solo representa una riqueza natural invaluable, sino que también desempeña un papel fundamental en el equilibrio del planeta. Sin embargo, en las últimas décadas, la acción humana ha generado un impacto devastador en los hábitats naturales, alterando el delicado balance ecológico que sostiene la vida.
La expansión descontrolada de la actividad humana ha causado la pérdida de bosques, humedales, arrecifes de coral y otros ecosistemas vitales. La deforestación, impulsada por la agricultura intensiva, la urbanización y la tala indiscriminada, han reducido drásticamente el ecosistema de innumerables especies, llevándolas al borde de la extinción. A esto se suma el tráfico ilegal de fauna y flora, una industria clandestina que ha reducido poblaciones de animales emblemáticos como el rinoceronte, el tigre y el elefante.
El cambio climático agrava aún más esta crisis, alterando patrones y afectando los ecosistemas. El aumento de temperaturas, la desertificación y el deshielo de los polos, modifican drásticamente el ambiente de muchas especies, que deben adaptarse o enfrentarse a la extinción. Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), más de un millón de animales corren el riesgo de desaparecer en las próximas décadas si no se toman medidas inmediatas.
Proteger la vida silvestre no es solo responsabilidad de los gobiernos o las organizaciones ambientales, sino de cada uno de nosotros. Pequeñas acciones como evitar productos que contribuyan a la deforestación, apoyar iniciativas de conservación, disminuir el consumo de plásticos y fomentar la educación ambiental, pueden marcar la diferencia. La clave está en adoptar un estilo de vida sostenible y respetuoso con nuestro planeta.
El lema de este año resalta la necesidad de una coexistencia armoniosa entre humanos y naturaleza. Dado que solo con un compromiso global y una acción decidida lograremos preservar la biodiversidad para las futuras generaciones.
A comienzos de marzo se conmemora el Día Mundial de la Vida Silvestre. Esta efeméride fue proclamada en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para rememorar la firma de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en 1973, una fecha para reflexionar sobre la importancia de la biodiversidad y la necesidad urgente de proteger los ecosistemas.
La vida silvestre no solo representa una riqueza natural invaluable, sino que también desempeña un papel fundamental en el equilibrio del planeta. Sin embargo, en las últimas décadas, la acción humana ha generado un impacto devastador en los hábitats naturales, alterando el delicado balance ecológico que sostiene la vida.
La expansión descontrolada de la actividad humana ha causado la pérdida de bosques, humedales, arrecifes de coral y otros ecosistemas vitales. La deforestación, impulsada por la agricultura intensiva, la urbanización y la tala indiscriminada, han reducido drásticamente el ecosistema de innumerables especies, llevándolas al borde de la extinción. A esto se suma el tráfico ilegal de fauna y flora, una industria clandestina que ha reducido poblaciones de animales emblemáticos como el rinoceronte, el tigre y el elefante.
El cambio climático agrava aún más esta crisis, alterando patrones y afectando los ecosistemas. El aumento de temperaturas, la desertificación y el deshielo de los polos, modifican drásticamente el ambiente de muchas especies, que deben adaptarse o enfrentarse a la extinción. Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), más de un millón de animales corren el riesgo de desaparecer en las próximas décadas si no se toman medidas inmediatas.
Proteger la vida silvestre no es solo responsabilidad de los gobiernos o las organizaciones ambientales, sino de cada uno de nosotros. Pequeñas acciones como evitar productos que contribuyan a la deforestación, apoyar iniciativas de conservación, disminuir el consumo de plásticos y fomentar la educación ambiental, pueden marcar la diferencia. La clave está en adoptar un estilo de vida sostenible y respetuoso con nuestro planeta.
El lema de este año resalta la necesidad de una coexistencia armoniosa entre humanos y naturaleza. Dado que solo con un compromiso global y una acción decidida lograremos preservar la biodiversidad para las futuras generaciones.
Freddy Mora | Imprimir | 135