Carlos Cabezas Gálvez.
Escritor, poeta y ensayista chileno.


Fue un verano de amor
en alguna playa de atardeceres
arreboladas y de brillos plateados
sobre las crestas de las olas
en sus noches temperadas.

Aprovechábamos correr por la playa
de la mano, volábamos y nos besábamos,
los efímeros arreboles se fugaban
tras horizonte, donde aparecían
danzantes las estrellas dirigidas
por su Gran Dama Plateada.

Los te amo al ritmo
del viene y va del oleaje
era nuestra música de fondo
las gaviotas regresaban a sus resguardos
y nosotros rozábamos
nuestras pieles desnudas
en algún lugar donde la gran dama
no nos delatara son sus rayos.

Fue un verano de amor
en costas de alegres atardeceres
rebosadas de besos y placeres,
vivimos tú y yo en algún lugar
para completar feliz aquel paisaje
de amor comprometidos
con mágico arreboles.


Fue un verano de amor
donde se besan el cielo y el mar,
hoy el amor dio sus frutos
los traemos a volar y soñar
junto a las gaviotas, la playa,
los atardeceres y el mar
que nos abrieron las puertas
mágicas de nuestro inolvidable
verano de amor.