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jueves 09 de enero del 2025
Opinión 09-01-2025
Durmiendo al calor de las masas
Jaime González Sanhueza.
jaimegonzalezs@gmail.com
Periodista
Calores extremos. Soluciones con escaso efecto. Líderes mundiales impávidos. Un pronóstico tan demoledor que si no revertimos esta situación entre todos ahora , de aquí a 50 años seremos sólo cenizas del ayer, al menos eso dice la ciencia.
Entramos en un punto de no retorno frente al calentamiento global. El avión de la humanidad no puede volver atrás. Tampoco vemos un aeropuerto cerca, solo un bosque en llamas. ¿Difícil aterrizaje forzoso? . La ciencia advierte un escenario muy complejo, quizás mucho más fatal (a largo plazo) que el de la pandemia. Tal cual como Gustavo Cerati canta en su álbum Bocanada “cerca del nuevo fin, tabú, fuego y dolor”
Se trata de una situación de emergencia con diversas aristas, desde Bio-política, bio-ética, climáticas, científicas,comunitaria.Depende de mi,de usted,de todos. Ya pues no se me arranque. No se duerma en al calor de las masas. Ni piense que soy fan de Nostradamus. Ni que vengo a tomar un actitud mesiánica. Con suerte leo el Horóscopo. Y si me apreta un poco soy hastanihilista. Por ahora olvidaré nihilismo en pro de la causa.
Al grano. ¿Ha sentido el alza de las temperaturas en estos días? ¿Siempre fue así? Parece que el clima realmente se desquició. Advierto, esto no es una trasnochada conspiración de Juan Andrés Salfate (Con quien tenemos muy buena onda) Ojalá fuera una teoría estilo “reptilianos”, sería hasta divertido. Esto es serio-mal, tanto que la palabra "serio" no interpreta la seriedad más oscura de este problema global. El más blanco de los chistes no cabe en este problema climatológico y medioambiental.
Sí, sabemos que el cambio climático cuenta con una amplia divulgación (difusión), pero con una leve seriedad por parte de varios actores sociales, sobre todo los líderes mundiales, y por supuesto, todos nosotros. Lo más cómodo es decir “que se encarguen otros, los gobiernos, les pagan bien, hagan su pega”. Lo paradójico de tomar esta cómoda postura,onda, “bueno, flaco, que los científicos lo resuelvan”, es que inefablemente estamos dentro de esta emergencia climática y, si esperamos a que el vecino haga la pega, al cabo de unos años no habrá ni vecino , ni yo, ni usted, ni hijos, ni nietos. Vamos todos dentro del avión sin punto de retorno, sin aeropuerto a la vista y como si todo fuera ironía, nos queda poco combustible y hay que aterrizar en un par de minutos.
Si hubiese un ranking de problemas medioambientales que nos encaminan rápidamente a la extinción como especie o qué como mínimo se presentan ya como un gran dilema bioético, ese es el cambio climático. Por su rápido avance, porque cada verano es peor, cada invierno es más frío que el anterior, y ahí, cae justo esa frase de Jorge González, “y aquí estoy congelándome”.
Jaime, ¿de verdad la cosa es tan seria? Me encantaría decirle: “No se preocupe, viva su vida”. Pero no. Y sí, es bastante complejo , tanto que si uno lee los estudios, comienza a concluir que con suerte quedarían 100 años de vida al ritmo en que la temperatura aumenta globalmente. ¿Y qué estamos haciendo?. Ya voy a ese punto. Deme unos segundos.
Ahora Imagine por unos minutos al pensador francés Michel Foucault. Si estuviese vivo y se le pidiera su opinión sobre el cambio climático, el francés seguramente diría que “esa problemática ya está normalizada comunicacionalmente por el poder hegemónico , por ende pareciera que se está trabajando por una solución (supuestamente) , pero que si usted sigue investigando un poco más a fondo, vislumbrará en las sombras de este relato mediático del poder hegemónico, hay una gran ausencia de compromiso bioético, biopolítico por parte de los gobiernos en general . ¿Qué se acabe el mundo?. “No sé, hablemos de economia”. Que quede claro: no es un tema ideológico. Aunque claro, si me pongo de parte de los petroleros y sus ambiciones mercantilistas, por ahí podrá ser medio ideológico. ¿Es necesario que el mundo deba producir tanto para subsistir? ¿O hemos normalizado un sistema de vida totalmente en contra del cuidado del planeta? Es más fácil imaginar el fin del mundo, que el del capitalismo productivo.
Siguiendo con el querido Foucault, este pensador fue enfático en que los estados-gobiernos tienen el deber de impulsar y ayudar para encontrar soluciones a este tipo de problemas, bajo un criterio ético y de vida. Cabe la pregunta. ¿Bajo qué discernimiento se decide lo imperante o no? ¿Que la economía siga intacta es prioridad? ¿Quién decide lo que es más conveniente para la humanidad? ¿Bajo qué parámetros el poder decide por todos nosotros? ¿Es confiable Putin y Trump?
Haciendo una revisión de prensa, salen a la luz alguno que otro congreso climático por aquí, por allá. Activistas, artistas británicos como Thom Yorke denunciando la situación. Creativas propuestas,una que otra medida muy mediatizada y con algún encargado de turno de gobierno; rara vez un mandatario ha tomado la voz del cambio climático. Por algo será. ¿Con quién no querrán pelear?
Salgamos de este embrollo de cuestionar todo. Vamos a los datos. Según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), hay un 80 % de probabilidades de que la temperatura media anual del planeta supere transitoriamente en 1,5 °C los niveles preindustriales en al menos uno de los próximos cinco años. Ello constituye una advertencia inequívoca de que nos acercamos cada vez más a los objetivos establecidos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático, que se refieren a los aumentos de temperatura a largo plazo durante décadas, no de uno a cinco años (repito: “No de uno en cinco años”). ¿Qué está pasando? Como siempre, estamos ignorando las cifras.
Quizás recuerde aquel informe que vaticinaba una posible pandemia. No lo inflamos ni por si acaso. Cuando nos vimos con la muerte barriendo el planeta, sacamos nuestro mejor rostro humanitario: Cristianos, empáticos, rezamos , preocupados, que había que cambiar el sistema de vida. Terminó la pandemia y nos pusimos más , como dice ese argentinismo, “boludos”. (Perdón, queridas y queridos lectores, no quise decir Hue...). Dato freak: con el detenimiento de autos, oficinas y las cuarentenas , durante la pandemia disminuyó la temperatura del planeta. Piénselo.
Tal cual planteó el primer pensador postmoderno, Frederic Nietzsche en “Así habló Zaratustra”, libro que cuenta la historia de un profeta incomprendido y adelantado a su época (todos se ríen de sus predicas) En el texto aquel puede leerse : “El desierto crece, el desierto avanza”. Más allá de la metáfora existencial, lo cierto es esto: el desierto crece y avanza. El calentamiento global aumenta las temperaturas, lo que exacerba la aridez y promueve la desertificación. Mientras ha leído esta columna, el desierto ya ha crecido. El interior y el exterior.
O como cuando la banda chilena Ases Falsos, en el track uno de su álbum “Mala Fama”, canta: “Qué calor, cada vez hace más calor. Si tuve alguna duda, ahora no; ya sé, así es como termina”.
La canción estuvo inspirada en los incendios de Santa Olga, y su compositor, Cristobal Briceño, ya enojado con el tema, ofrece la siguiente solución: “Y la tierra una plegaria elevará , llena de anhelo, rabia y humildad. ¡Venerable sol, no demores más en aniquilar, fue suficiente! … Maldita gente. Para Briceño está claro que el problema siempre hemos sido nosotros. Y le pide al sol que haga su trabajo de una vez.
Y va por más, Ases Falsos; en ese “Así es como termina” deja entrever que la banda ve que el calentamiento global puede rápidamente convertirse en nuestro final como especie. Pero, ¿A quién le importa? Al final es solo una canción, ¿no?
La pregunta es: ¿Nos seguimos haciendo los desentendidos o comenzamos a cooperar desde usar menos electricidad en casa, tener horas de no uso de luces, dar flexibilidad laboral para ejercer el teletrabajo y evitar el movimiento excesivo de tráfico?
Yo tengo fe en que la ciencia dará con una gran solución. Además de comenzar a tomar medidas ahora ya, aquí mismo. Vamos usando más la bicicleta, menos el computador; apaguemos lo que no estamos usando: más libros, menos TV, disfrutar el silencio. Que en cada hogar del mundo se aporte a la disminución del uso de petróleo y electricidad.
Otra solución que suena fuerte son las energías renovables: el cambio de combustibles fósiles a fuentes de energía renovable como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica es crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Se deben plantar árboles y proteger los bosques existentes; ayuda a absorber CO2 de la atmósfera. Programas como REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques), buscan incentivar la conservación forestal.
Además, los gobiernos pueden implementar regulaciones más estrictas sobre emisiones y promover políticas que incentiven la sostenibilidad y la energía limpia.
Y cómo no comenzar con la adaptación al cambio climático, es decir, desarrollar infraestructuras y prácticas que permitan a las comunidades adaptarse a los impactos del cambio climático, como inundaciones y sequías. En 1995 , el grupo chileno La Ley en la
canción "Hombre" cantó. “ ¿A dónde vamos? Hacia un sin control en este mundo, hacia un gran temblor en las entrañas”. Profetas y chilenos.
Y es que la temperatura media mundial de los últimos meses (junio de 2023 a mayo de 2024) también es la más alta jamás registrada: 1,63 °C por encima del valor promedio del período preindustrial (1850-1900). ¿ Es cierto que el planeta registró temperaturas más altas en otras épocas? Claro que sí, un pequeño gran detalle. No había humanos presentes. Como dijo el filósofo alemán Martin Heidegger: "Sólo un Dios podrá salvarnos". Martin, cada vez más creo en que tu frase es cierta.
El físico Stephen Hawking advirtió sobre un futuro desalentador para nuestro planeta: en el documental «The Search for a New Earth», afirmó que para el año 2600, la Tierra podría
transformarse en una «enorme bola de fuego». Qué coincidencia la visión del científico con la planteado acá.
La temperatura media mundial de los últimos meses (junio de 2023 a mayo de 2024) también es la más alta jamás registrada: 1,63 °C por encima del valor promedio del período preindustrial (1850-1900). ¿ Es cierto que el planeta registró temperaturas más altas en otras épocas? Claro que sí, un pequeño gran detalle. No había humanos presentes. Quizás mañana tampoco los haya. Sólo los vestigios de una hoguera. Una humanidad que se durmió al calor de las masas.
jaimegonzalezs@gmail.com
Periodista
Calores extremos. Soluciones con escaso efecto. Líderes mundiales impávidos. Un pronóstico tan demoledor que si no revertimos esta situación entre todos ahora , de aquí a 50 años seremos sólo cenizas del ayer, al menos eso dice la ciencia.
Entramos en un punto de no retorno frente al calentamiento global. El avión de la humanidad no puede volver atrás. Tampoco vemos un aeropuerto cerca, solo un bosque en llamas. ¿Difícil aterrizaje forzoso? . La ciencia advierte un escenario muy complejo, quizás mucho más fatal (a largo plazo) que el de la pandemia. Tal cual como Gustavo Cerati canta en su álbum Bocanada “cerca del nuevo fin, tabú, fuego y dolor”
Se trata de una situación de emergencia con diversas aristas, desde Bio-política, bio-ética, climáticas, científicas,comunitaria.Depende de mi,de usted,de todos. Ya pues no se me arranque. No se duerma en al calor de las masas. Ni piense que soy fan de Nostradamus. Ni que vengo a tomar un actitud mesiánica. Con suerte leo el Horóscopo. Y si me apreta un poco soy hastanihilista. Por ahora olvidaré nihilismo en pro de la causa.
Al grano. ¿Ha sentido el alza de las temperaturas en estos días? ¿Siempre fue así? Parece que el clima realmente se desquició. Advierto, esto no es una trasnochada conspiración de Juan Andrés Salfate (Con quien tenemos muy buena onda) Ojalá fuera una teoría estilo “reptilianos”, sería hasta divertido. Esto es serio-mal, tanto que la palabra "serio" no interpreta la seriedad más oscura de este problema global. El más blanco de los chistes no cabe en este problema climatológico y medioambiental.
Sí, sabemos que el cambio climático cuenta con una amplia divulgación (difusión), pero con una leve seriedad por parte de varios actores sociales, sobre todo los líderes mundiales, y por supuesto, todos nosotros. Lo más cómodo es decir “que se encarguen otros, los gobiernos, les pagan bien, hagan su pega”. Lo paradójico de tomar esta cómoda postura,onda, “bueno, flaco, que los científicos lo resuelvan”, es que inefablemente estamos dentro de esta emergencia climática y, si esperamos a que el vecino haga la pega, al cabo de unos años no habrá ni vecino , ni yo, ni usted, ni hijos, ni nietos. Vamos todos dentro del avión sin punto de retorno, sin aeropuerto a la vista y como si todo fuera ironía, nos queda poco combustible y hay que aterrizar en un par de minutos.
Si hubiese un ranking de problemas medioambientales que nos encaminan rápidamente a la extinción como especie o qué como mínimo se presentan ya como un gran dilema bioético, ese es el cambio climático. Por su rápido avance, porque cada verano es peor, cada invierno es más frío que el anterior, y ahí, cae justo esa frase de Jorge González, “y aquí estoy congelándome”.
Jaime, ¿de verdad la cosa es tan seria? Me encantaría decirle: “No se preocupe, viva su vida”. Pero no. Y sí, es bastante complejo , tanto que si uno lee los estudios, comienza a concluir que con suerte quedarían 100 años de vida al ritmo en que la temperatura aumenta globalmente. ¿Y qué estamos haciendo?. Ya voy a ese punto. Deme unos segundos.
Ahora Imagine por unos minutos al pensador francés Michel Foucault. Si estuviese vivo y se le pidiera su opinión sobre el cambio climático, el francés seguramente diría que “esa problemática ya está normalizada comunicacionalmente por el poder hegemónico , por ende pareciera que se está trabajando por una solución (supuestamente) , pero que si usted sigue investigando un poco más a fondo, vislumbrará en las sombras de este relato mediático del poder hegemónico, hay una gran ausencia de compromiso bioético, biopolítico por parte de los gobiernos en general . ¿Qué se acabe el mundo?. “No sé, hablemos de economia”. Que quede claro: no es un tema ideológico. Aunque claro, si me pongo de parte de los petroleros y sus ambiciones mercantilistas, por ahí podrá ser medio ideológico. ¿Es necesario que el mundo deba producir tanto para subsistir? ¿O hemos normalizado un sistema de vida totalmente en contra del cuidado del planeta? Es más fácil imaginar el fin del mundo, que el del capitalismo productivo.
Siguiendo con el querido Foucault, este pensador fue enfático en que los estados-gobiernos tienen el deber de impulsar y ayudar para encontrar soluciones a este tipo de problemas, bajo un criterio ético y de vida. Cabe la pregunta. ¿Bajo qué discernimiento se decide lo imperante o no? ¿Que la economía siga intacta es prioridad? ¿Quién decide lo que es más conveniente para la humanidad? ¿Bajo qué parámetros el poder decide por todos nosotros? ¿Es confiable Putin y Trump?
Haciendo una revisión de prensa, salen a la luz alguno que otro congreso climático por aquí, por allá. Activistas, artistas británicos como Thom Yorke denunciando la situación. Creativas propuestas,una que otra medida muy mediatizada y con algún encargado de turno de gobierno; rara vez un mandatario ha tomado la voz del cambio climático. Por algo será. ¿Con quién no querrán pelear?
Salgamos de este embrollo de cuestionar todo. Vamos a los datos. Según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), hay un 80 % de probabilidades de que la temperatura media anual del planeta supere transitoriamente en 1,5 °C los niveles preindustriales en al menos uno de los próximos cinco años. Ello constituye una advertencia inequívoca de que nos acercamos cada vez más a los objetivos establecidos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático, que se refieren a los aumentos de temperatura a largo plazo durante décadas, no de uno a cinco años (repito: “No de uno en cinco años”). ¿Qué está pasando? Como siempre, estamos ignorando las cifras.
Quizás recuerde aquel informe que vaticinaba una posible pandemia. No lo inflamos ni por si acaso. Cuando nos vimos con la muerte barriendo el planeta, sacamos nuestro mejor rostro humanitario: Cristianos, empáticos, rezamos , preocupados, que había que cambiar el sistema de vida. Terminó la pandemia y nos pusimos más , como dice ese argentinismo, “boludos”. (Perdón, queridas y queridos lectores, no quise decir Hue...). Dato freak: con el detenimiento de autos, oficinas y las cuarentenas , durante la pandemia disminuyó la temperatura del planeta. Piénselo.
Tal cual planteó el primer pensador postmoderno, Frederic Nietzsche en “Así habló Zaratustra”, libro que cuenta la historia de un profeta incomprendido y adelantado a su época (todos se ríen de sus predicas) En el texto aquel puede leerse : “El desierto crece, el desierto avanza”. Más allá de la metáfora existencial, lo cierto es esto: el desierto crece y avanza. El calentamiento global aumenta las temperaturas, lo que exacerba la aridez y promueve la desertificación. Mientras ha leído esta columna, el desierto ya ha crecido. El interior y el exterior.
O como cuando la banda chilena Ases Falsos, en el track uno de su álbum “Mala Fama”, canta: “Qué calor, cada vez hace más calor. Si tuve alguna duda, ahora no; ya sé, así es como termina”.
La canción estuvo inspirada en los incendios de Santa Olga, y su compositor, Cristobal Briceño, ya enojado con el tema, ofrece la siguiente solución: “Y la tierra una plegaria elevará , llena de anhelo, rabia y humildad. ¡Venerable sol, no demores más en aniquilar, fue suficiente! … Maldita gente. Para Briceño está claro que el problema siempre hemos sido nosotros. Y le pide al sol que haga su trabajo de una vez.
Y va por más, Ases Falsos; en ese “Así es como termina” deja entrever que la banda ve que el calentamiento global puede rápidamente convertirse en nuestro final como especie. Pero, ¿A quién le importa? Al final es solo una canción, ¿no?
La pregunta es: ¿Nos seguimos haciendo los desentendidos o comenzamos a cooperar desde usar menos electricidad en casa, tener horas de no uso de luces, dar flexibilidad laboral para ejercer el teletrabajo y evitar el movimiento excesivo de tráfico?
Yo tengo fe en que la ciencia dará con una gran solución. Además de comenzar a tomar medidas ahora ya, aquí mismo. Vamos usando más la bicicleta, menos el computador; apaguemos lo que no estamos usando: más libros, menos TV, disfrutar el silencio. Que en cada hogar del mundo se aporte a la disminución del uso de petróleo y electricidad.
Otra solución que suena fuerte son las energías renovables: el cambio de combustibles fósiles a fuentes de energía renovable como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica es crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Se deben plantar árboles y proteger los bosques existentes; ayuda a absorber CO2 de la atmósfera. Programas como REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques), buscan incentivar la conservación forestal.
Además, los gobiernos pueden implementar regulaciones más estrictas sobre emisiones y promover políticas que incentiven la sostenibilidad y la energía limpia.
Y cómo no comenzar con la adaptación al cambio climático, es decir, desarrollar infraestructuras y prácticas que permitan a las comunidades adaptarse a los impactos del cambio climático, como inundaciones y sequías. En 1995 , el grupo chileno La Ley en la
canción "Hombre" cantó. “ ¿A dónde vamos? Hacia un sin control en este mundo, hacia un gran temblor en las entrañas”. Profetas y chilenos.
Y es que la temperatura media mundial de los últimos meses (junio de 2023 a mayo de 2024) también es la más alta jamás registrada: 1,63 °C por encima del valor promedio del período preindustrial (1850-1900). ¿ Es cierto que el planeta registró temperaturas más altas en otras épocas? Claro que sí, un pequeño gran detalle. No había humanos presentes. Como dijo el filósofo alemán Martin Heidegger: "Sólo un Dios podrá salvarnos". Martin, cada vez más creo en que tu frase es cierta.
El físico Stephen Hawking advirtió sobre un futuro desalentador para nuestro planeta: en el documental «The Search for a New Earth», afirmó que para el año 2600, la Tierra podría
transformarse en una «enorme bola de fuego». Qué coincidencia la visión del científico con la planteado acá.
La temperatura media mundial de los últimos meses (junio de 2023 a mayo de 2024) también es la más alta jamás registrada: 1,63 °C por encima del valor promedio del período preindustrial (1850-1900). ¿ Es cierto que el planeta registró temperaturas más altas en otras épocas? Claro que sí, un pequeño gran detalle. No había humanos presentes. Quizás mañana tampoco los haya. Sólo los vestigios de una hoguera. Una humanidad que se durmió al calor de las masas.
Freddy Mora | Imprimir | 149