jueves 26 de diciembre del 2024
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 26-12-2024
El peso invisible de la plata que condiciona nuestras decisiones
Publicidad 12
Claudio Olmedo, director y cofundador de Acción Global

Hablar de dinero no es solo hablar de cifras. Es hablar de emociones, de historias, de ideales que nos han acompañado desde chicos y que moldean nuestra manera de relacionarnos con ella. Para los chilenos, esta relación no siempre es sana. La culpa, la vergüenza y otras emociones negativas se cuelan en nuestras decisiones financieras, especialmente en épocas de alto consumo como la Navidad, donde el gasto desmedido muchas veces se transforma en deuda y ansiedad.
Desde niños escuchamos frases que condicionan nuestra mentalidad financiera. “El dinero no da la felicidad”, “el que nace pobre, muere pobre” o “el dinero es sucio” no son simples dichos. Actúan como ideas inconscientes que seguimos repitiendo sin darnos cuenta. Estas barreras que nos auto imponemos no solo afectan la manera en que lo manejamos, sino también nuestra capacidad de generarlo. Según Dave Ramsey, experto mundialmente reconocido en temas de finanzas, “ganar en el campo del dinero es un 20% conocimiento y un 80% comportamiento”. Por otro lado Daniel Goleman, reconocido autor sobre temas de inteligencia emocional dice que “al menos un 80% del éxito en la edad adulta proviene de la Inteligencia Emocional”.
El problema entonces no es solo la falta de recursos. Es la carga emocional que acompaña al dinero. Nos cuesta cobrar, nos cuesta recibir y, muchas veces, gastamos más de lo que podemos para buscar aceptación o encajar. Estas emociones no resueltas terminan gobernando nuestras finanzas.
Transformar esta relación no es imposible, pero requiere un cambio de mentalidad. Cuestionar nuestras creencias financieras es el primer paso. Revisar frases como “el dinero no importa” y entender que sí es indispensable para cubrir nuestras necesidades básicas y vivir con dignidad. Aprender a recibir también es clave: aceptar gestos económicos sin sentir que estamos en deuda es una forma de abrirnos a la abundancia. Y, finalmente, practicar la gratitud. Agradecer cada ingreso, desde los montos pequeños hasta las grandes sumas, nos permite valorar lo que tenemos y explorarnos a más oportunidades.
En las fiestas de fin de año, el desafío no es solo ajustar el presupuesto. Es también entender las emociones que nos llevan a gastar. Muchas veces compramos por culpa, por vergüenza o por querer encajar. Sin un cambio de mentalidad, estas decisiones seguirán repitiéndose. Transformar nuestra relación con el dinero es posible, pero comienza por reconocer que el problema no siempre está en el bolsillo, sino en nuestra mente y nuestras emociones.
Freddy Mora | Imprimir | 142