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miércoles 20 de noviembre del 2024
Opinión 20-11-2024
El rol fundamental del profesor en educación
Yirda Romero, Directora Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial UDLA Sede Viña del Mar
Sacar la voz todos los días, en cualquier escenario educativo, es un desafío. Las razones son innumerables, porque como profesores nuestro rol siempre será movilizar a los estudiantes hacia el aprendizaje de un currículum al que han optado y al que tienen derecho en cualquier parte de la trayectoria educativa y, para ello, debemos asegurar que el ambiente para aprender sea el más favorable.
A veces nos demoramos en lograr ese equilibrio en el aula, transitamos desde las demandas emocionales hasta sus diversidades. Sin embargo, en algún minuto, logramos conectar al estudiante a través de la clase que hemos preparado y ese alumno aprende, y lo hace significativamente, es decir para toda su vida.
Este es el quid de la profesión docente, y no se trata de romantizar la labor de un profesor, muy por el contrario, porque para lograr que un estudiante aprenda en las condiciones culturales, sociales, económicas conocidas por todos, se debe estar muy bien formado y preparado. La vocación es mucho y muy necesaria, pero claramente, no es suficiente para “ser profesor”.
Por ello, la formación inicial docente se ha vuelto más exigente cada vez. La Ley 20.903 que crea el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, es una muestra de ello, junto con las condiciones de admisión a las universidades que imparten las carreras de pedagogía, donde las mismas casas de estudios deben enfrentar una acreditación compleja y de altos estándares de calidad.
Todo criterio de exigencia y de desempeño suma. A un estudiante de pedagogía que quiere ser profesor, y debe aprender de teorías de la educación, de psicologías, de neurociencias, de currículum, de evaluación, de planificación, y principalmente de las didácticas que le permitirán hacer “ese match” en las clases para que el estudiante aprenda.
El rol de un profesor es de una responsabilidad social muy grande, y en este momento de la historia con mayor fuerza debe ser un guía y facilitador del aprendizaje, inspirando a cada estudiante a descubrir su potencial para construir conocimiento de manera autónoma y significativa.
Avancemos profesores, en la construcción del bienestar social todos los días desde nuestros espacios y contextos educativos.
Sacar la voz todos los días, en cualquier escenario educativo, es un desafío. Las razones son innumerables, porque como profesores nuestro rol siempre será movilizar a los estudiantes hacia el aprendizaje de un currículum al que han optado y al que tienen derecho en cualquier parte de la trayectoria educativa y, para ello, debemos asegurar que el ambiente para aprender sea el más favorable.
A veces nos demoramos en lograr ese equilibrio en el aula, transitamos desde las demandas emocionales hasta sus diversidades. Sin embargo, en algún minuto, logramos conectar al estudiante a través de la clase que hemos preparado y ese alumno aprende, y lo hace significativamente, es decir para toda su vida.
Este es el quid de la profesión docente, y no se trata de romantizar la labor de un profesor, muy por el contrario, porque para lograr que un estudiante aprenda en las condiciones culturales, sociales, económicas conocidas por todos, se debe estar muy bien formado y preparado. La vocación es mucho y muy necesaria, pero claramente, no es suficiente para “ser profesor”.
Por ello, la formación inicial docente se ha vuelto más exigente cada vez. La Ley 20.903 que crea el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, es una muestra de ello, junto con las condiciones de admisión a las universidades que imparten las carreras de pedagogía, donde las mismas casas de estudios deben enfrentar una acreditación compleja y de altos estándares de calidad.
Todo criterio de exigencia y de desempeño suma. A un estudiante de pedagogía que quiere ser profesor, y debe aprender de teorías de la educación, de psicologías, de neurociencias, de currículum, de evaluación, de planificación, y principalmente de las didácticas que le permitirán hacer “ese match” en las clases para que el estudiante aprenda.
El rol de un profesor es de una responsabilidad social muy grande, y en este momento de la historia con mayor fuerza debe ser un guía y facilitador del aprendizaje, inspirando a cada estudiante a descubrir su potencial para construir conocimiento de manera autónoma y significativa.
Avancemos profesores, en la construcción del bienestar social todos los días desde nuestros espacios y contextos educativos.
Freddy Mora | Imprimir | 107