domingo 23 de febrero del 2025
El Diario del Maule Sur
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Social 23-02-2025
El temido regreso a clases
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Falta poco y ya se siente en el ambiente las preocupaciones por retomar este ritmo de vida

El despertador suena a las 6:00 a. m., pero la reacción es casi nula. Un leve movimiento, una queja ahogada y un intento fallido por ignorar la alarma. Han pasado semanas de descanso, de días sin prisas y noches sin preocupaciones. Pero hoy es distinto. Hoy es el temido regreso a clases.
Con los ojos entrecerrados y el alma aún pegada a la almohada, los estudiantes comienzan su ritual matutino. La lucha con la ropa, el desayuno apresurado y la mochila que parece más pesada que nunca. Para algunos, es un reencuentro con amigos; para otros, la continuación de una rutina que no extrañaban. La ciudad se llena de mochilas, de padres ansiosos y de conductores que maldicen el tráfico aumentado.
En la puerta del colegio, la escena es variada. Están los niños que llegan con emoción desbordante, ansiosos por contar sus anécdotas de vacaciones, y los que se aferran a la mano de sus padres como si fueran a ser exiliados a tierras desconocidas. Los adolescentes, con sus auriculares y miradas de resignación, avanzan con pasos lentos, convencidos de que el verano fue apenas un suspiro.
El primer día es una mezcla de caos y expectativa. Los profesores, algunos tan somnolientos como sus alumnos, hacen esfuerzos por parecer entusiastas. La lista de útiles escolares, la entrega de horarios y la clásica presentación del "cuéntanos sobre tus vacaciones" se repiten en cada aula. Hay quienes narran viajes emocionantes, y quienes se limitan a encogerse de hombros con un "no hice nada".
Las horas avanzan con lentitud. El sonido del timbre para el recreo es la primera bocanada de aire fresco. En el patio, los grupos se reforman, los chismes de verano circulan y las primeras promesas de "este año sí estudiaré desde el inicio" flotan en el aire, tan frágiles como la voluntad de cumplirlas.
Pero el verdadero impacto llega al final del día. Mochilas cargadas de tareas, listas de libros por comprar y la certeza de que, a partir de ahora, el ciclo se repite: despertadores implacables, lecciones interminables y la eterna lucha contra la pereza. El regreso a clases no es solo un cambio de rutina; es un choque contra la realidad, un recordatorio de que el tiempo avanza sin piedad.
Así, entre suspiros y resignaciones, el primer día llega a su fin. Y aunque muchos lamentan el fin de las vacaciones, hay algo reconfortante en el caos del aula, en el bullicio de los pasillos y en la certeza de que, al menos, no están solos en esta travesía.

Freddy Mora | Imprimir | 146