domingo 23 de febrero del 2025
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Social 23-02-2025
Emprender y darse el tiempo para planificar el año
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Emprender es un camino desafiante, lleno de altibajos, aprendizajes constantes y la necesidad de tomar decisiones estratégicas. Sin embargo, en la vorágine de la operación diaria, muchos emprendedores descuidan un aspecto fundamental para el éxito: la planificación. La falta de una hoja de ruta clara puede hacer que un negocio se convierta en una sucesión de urgencias, sin un norte definido. Es por ello que tomarse el tiempo para planificar el año es una inversión clave, tanto en términos de productividad como de bienestar personal.
El primer paso para una planificación efectiva es hacer un balance del año anterior. ¿Cuáles fueron los logros alcanzados? ¿Qué errores se cometieron? ¿Qué aspectos pueden mejorarse? Evaluar estos puntos permite comenzar el año con una visión clara de lo que se quiere mantener y lo que es necesario modificar. Muchos emprendedores se resisten a mirar atrás, ya sea por falta de tiempo o por temor a enfrentar los errores, pero este ejercicio es vital para construir una estrategia realista y alcanzable.
Luego, es importante establecer objetivos concretos y medibles. Muchas veces, los emprendedores se fijan metas demasiado generales, como “aumentar las ventas” o “mejorar la presencia en redes sociales”, sin especificar cómo o en qué plazo. Un buen objetivo debe ser SMART: específico, medible, alcanzable, relevante y con un tiempo definido. En lugar de “aumentar las ventas”, una meta más efectiva sería “incrementar un 20% las ventas en el primer semestre del año a través de estrategias de fidelización y nuevos canales de distribución”. De esta manera, es más fácil definir acciones concretas y medir los avances.
Una vez establecidos los objetivos, el siguiente paso es la planificación operativa. Aquí es donde el calendario se convierte en el mejor aliado del emprendedor. Dividir el año en trimestres, meses y semanas permite organizar las acciones de manera estratégica. No se trata solo de fijar fechas de lanzamientos o eventos importantes, sino de distribuir las tareas diarias de manera equilibrada para evitar el agotamiento y la improvisación. Es recomendable dedicar tiempo a la planificación semanal, revisando las prioridades y ajustando lo necesario.
En este proceso, la flexibilidad también juega un papel crucial. Si bien es fundamental tener una planificación estructurada, los imprevistos son parte del camino del emprendedor. Por ello, es necesario dejar espacio para adaptarse a los cambios sin perder el rumbo. Una mentalidad flexible permite afrontar desafíos con mayor creatividad y resiliencia, en lugar de ver los obstáculos como fracasos.
Por otro lado, no hay que olvidar la planificación personal. Un error frecuente es enfocarse exclusivamente en el negocio y descuidar el bienestar propio. Emprender no debería significar trabajar sin descanso ni sacrificar la vida personal. Incluir en la planificación momentos de descanso, ejercicio, formación y tiempo con la familia y amigos es clave para mantener un equilibrio saludable y evitar el síndrome de burnout.
Finalmente, la planificación no es un acto aislado que se realiza una vez al año y luego se deja de lado. Es un proceso continuo que requiere revisiones periódicas. Ajustar la estrategia cada trimestre o cada mes permite corregir el rumbo a tiempo y aprovechar oportunidades que surjan en el camino.
En conclusión, tomarse el tiempo para planificar el año es un acto de responsabilidad y visión a largo plazo. No solo ayuda a ordenar las ideas y definir una estrategia clara, sino que también permite trabajar con mayor tranquilidad y confianza. Emprender es un viaje desafiante, pero con una planificación adecuada, se convierte en una aventura con propósito y dirección.

Freddy Mora | Imprimir | 122