domingo 08 de septiembre del 2024
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 21-01-2024
ESTAR EN EL MUNDO SIN SER DEL MUNDO Domingo 21 enero 2024
Cuando Dios escoge... escoge. Eso lo han sabido muchos santos. Pero nadie lo supo mejor que Jonás, ese interesante y pintoresco personaje del Antiguo Testamento que, según nos cuenta el libro que lleva su nombre, pasó tres días dentro de una ballena.

1.- ¿Podrá ser verdad esto? Cuesta pensar en algo así. Pero lo desconcertante es que el mismo Jesús se refiere a la estadía forzada de Jonás dentro de una ballena para tratar algo tan trascendental como su futura Resurrección. ¿Iba el Hijo de Dios a citar un mito? ¿Y a citarlo con el sentido y la precisión que lo hizo? Así: Estos hombres de hoy son gente mala; piden una señal, pero no la tendrán. Solamente se les dará la señal de Jonás. Porque así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, así lo será el Hijo del Hombre para esta generación (Lc 11, 29-30). Sin embargo, de Jonás lo más importante no fue si realmente pasó o no tres días dentro de una ballena, sino que no quería hacer lo que Dios le pedía. Dios lo escogió para que se convirtiera él y para que -por la escogencia que Dios hizo de él- muchos también se convirtieran.

2.- El Señor escogió a Jonás y a este profeta no le valió de nada escapar en un barco para huir de Dios. El barco se vio metido dentro de una tormenta. Jonás es lanzado al agua al conocerse que la causa de la tormenta es la huida de Jonás. Y luego de ser tragado por una ballena, es lanzado por el animal cerca de las costas de Asia Menor para que de allí fuera a la ciudad de Nínive a predicar lo que el Señor le pedía. El Señor buscaba que la gran ciudad de Nínive se convirtiera de sus vicios y pecados. (Para dar una idea del tamaño de esta ciudad, baste con el dato que nos da la Escritura: se requerían 3 días para recorrerla a pie).

3.- Jonás predicó lo que el Señor le indicó: Dentro de cuarenta días Nínive será destruida. Sin embargo, sorprendentemente, los habitantes de Nínive se convirtieron y creyeron en Dios, e hicieron penitencia, todos. Dios, entonces, no destruyó la ciudad. Otros elegidos de Dios son más dóciles que Jonás. Tal es el caso de los primeros discípulos escogidos por Jesús. Nos cuenta el Evangelio de San Marcos (Mc. 1, 14-20) que cuando Jesús, viendo a Andrés y a su hermano Pedro echando las redes de pescar en el lago de Galilea, les llamó para hacerlos pescadores de hombres, ...y ellos dejaron las redes y lo siguieron. Respuesta inmediata y obediente a la escogencia del Señor.

4.- Los escogidos de Dios son instrumentos suyos para la conversión que Dios desea realizar en medio de su pueblo, es decir, en cada uno de nosotros. Y la conversión siempre exige un cambio de vida: incluye, primero que todo, dejar el pecado. Pero no basta esto. Es necesario pasar a una segunda fase: creer en el Evangelio. Y creer en el Evangelio significa vivir según el Evangelio. No basta conocer la teoría del Evangelio: es necesario vivirlo en la práctica.

5.- Es necesario cambiar la mentalidad terrena que nos vende el mundo, esa mentalidad a la que estamos muy acostumbrados. ¿Cuál es la mentalidad del mundo? Aquélla que nos lleva a quedarnos en lo temporal y a olvidarnos de lo eterno, a preferir lo terrenal y olvidarnos de lo celestial, a conformarnos con lo humano y a descartar lo divino, a creer en el mundo y a olvidarnos del Evangelio.

6.- Sin embargo, el Señor nos dice: El Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio. Ciertamente el Reino de Dios está cerca, pero sólo será una realidad cuando, arrepentidos y convertidos, creamos y vivamos según el Evangelio. Será una realidad cuando vivamos según la Voluntad Divina, cuando -como rezamos en el Salmo (#24)- el Señor nos descubra sus caminos. Y, una vez descubiertos los caminos del Señor, podamos seguirlos con docilidad.

7.- San Pablo nos recuerda en la Segunda Lectura (1 Cor. 7, 29-31) que este mundo que vemos es pasajero, y que la vida es corta. Y nos aconseja cómo conviene que vivamos desapegados de este mundo pasajero y de esta vida corta: los que sufren, como si no sufrieran; los que están alegres, como si no se alegraran; los que compran como si no compraran; los casados, como si no lo estuvieran. Es decir: estar en el mundo sin ser del mundo (cfr. Jn. 17, 14-15). Y cuando el Señor nos llame, no hay que seguir el ejemplo de Jonás: duro para responder. Hay que imitar a otros: a Pedro, Andrés, Santiago, Juan. Ellos, sin pensarlo mucho, dijeron sí enseguida y siguieron al Señor.

Conclusión: Citar un mito en la biblia no tiene el sentido de una mitología pagana. Es muy claro que estamos invitados a escuchar una enseñanza, es un evangelio universalista. Nínive, no era una ciudad que adorara ha Yahvé, era un poder pagano, enemigo del pueblo de Dios. Todos los pueblos son invitados a convertirse y a creer en el único Dios vivo y verdadero. Un cristiano, tiene que vivir estar en gracia de Dios. La fe no es una superficie racionalista de conceptos fríos y estáticos. El cristiano descubre día a día, que Dios está presente en su vida y en la vida de los demás. Los cristianos con la ayuda de Dios, aprenden a leer críticamente la mentalidad y realidad del mundo y el pecado, que destruye la vida y el amor. Ser misionero en todo momento y vivir en amistad con el prójimo, es un proyecto de dar testimonios sobre Jesucristo y es un signo de estos tiempos neo-paganos.

Mario Andrés
Díaz Molina
Freddy Mora | Imprimir | 328