jueves 24 de octubre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Hoy
Opinión 24-10-2024
HISPANIDAD

Carlos Cabezas Gálvez.
Escritor, poeta y ensayista chileno

Día de la Hispanidad
¿Debemos celebrarlo?
Quizás porque hablamos español como lengua que nos une con quienes también lo hablan en América.
Será porque llevamos mayormente sus nombres y apellidos de aquellos que llegaron de ultramar.
Sin embargo, vivo aquí en Chile y América, no en la península. No me identifico con sus paisajes ni con sus castillos.
Llevo en mi sangre genes hispanos, pero en porcentaje mayor mis genes pertenecen a los pueblos originarios.
En Chile, llevo genes de Michimalonco que fue decapitado, junto a sus doce más bravos guerreros y exhibidos sus cabezas para atemorizar a la población indígena picunche que vivía en el valle del Mapocho.
Llevo la sangre de Caupolicán que, por ser toqui y dirigir la defensa de los Wallmapu fue sentado en una picana que le penetró por el ano y destruyó sus entrañas.
Llevo la sangre de Galvarino que por defender sus tierras le cortaron sus dos manos.
Llego la sangre de Lautaro, que con sus bravos guerreros puso en jaque el sangriento dominio español de la época.
Llevo la sangre de los indígenas diaguitas, atacameños, changos, picunches, mapuches, lafkenches, huilliches, chonos, cuncos, alacalufes, selk’nam, yagán, tehuelches, pehuenches y tantos otros que fueron masacrados, asesinados, despojados, excluidos y de tantos otros que fueron esclavizados como peones en sus mismas tierras despojada, por las encomiendas de los nuevo feudos de los peninsulares.
Llevo la sangre de mis tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, y de mis padres que fueron excluidos de la educación, salud, futuro digno e incluso asesinados para mantener los privilegios de la nueva elite blanca que no reconoce su mestizaje.
Me pregunto: ¿Dónde está la civilización azteca, la cultura maya, el imperio Inca?
Todos destruidos, saqueados… pero han quedado sus maravillosas construcciones titánicas en piedra y obras de artes.
Destruidas en nombre de Dios y de tantos otros dioses que ni siquiera nos unen.
Quemados, descuartizados sus habitantes por no reconocerlos.
Pero hablamos su idioma.
En él desarrollamos nuestras culturas, nuestras creaciones literarias y tantas otras expresiones de comunicaciones, sin embargo, nos mantenemos desunidos y cuando queremos buscar nuestros destinos, cuál Sísifo, arrastrando nuestras pesadas culpas históricas y reivindicar dignidades y derechos, nos cae el castigo interno y externo de aquellos que aún gozan de privilegios de nuestra angustiosa hispanidad.
Hablo su idioma, lo hablo desde mi niñez, me lo enseñaron mis padres, es el idioma con el cual hablo, leo y escribo, eso no quiere decir que me olvide de los pueblos originarios con los cuales descendemos y deberíamos desarrollar una identidad propia y aceptar sus reivindicaciones.
Tengo mi piel y ojos claros, llevo con orgullo la sangre de mis pueblos originarios que vivían y viven en esta bella tierra, rincón romántico del mundo.
Freddy Mora | Imprimir | 79