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jueves 16 de enero del 2025
Social 16-01-2025
"Hoy vivimos una crisis de esperanza": Libro explora la relación entre el desarrollo y la realización personal
-"¿Es posible que las sociedades se transformen para mejor sin que los seres humanos también lo hagamos?" Esta pregunta, lejos de ser retórica, se convierte en el eje que sustenta la argumentación de la obra Un nuevo sentido de realidad, del académico de la Escuela de Sociología UCM, Dr. Francisco Letelier Troncoso.
En su libro Un nuevo sentido de realidad, Francisco Letelier Troncoso, escritor, sociólogo y académico de la Universidad Católica del Maule, invita a navegar entre los dilemas más profundos de nuestra existencia: cómo conciliar la transformación personal con la colectiva, cómo construir un sentido humano que no ignore la conexión con lo social, y cómo enfrentarnos a nuestras sombras sin perdernos en el intento frente a tantos “estímulos tramposos”.
ESTADO ACTUAL
A partir de lo anterior, Letelier habla de una "crisis de esperanza" que, según él, nos empuja a dos caminos principales: la resignación nihilista o la desconexión individualista, invitando a redescubrir el sentido de lo humano en un mundo lleno de incertidumbre y constante crisis.
“En las décadas de 1960 y 1970, existían grandes proyectos para transformar la sociedad, construir mundos distintos, con cierta esperanza en la acción colectiva. Hoy, esa esperanza parece haber desaparecido. No creemos que sea posible cambiar las cosas y, en lugar de eso, nos refugiamos en la búsqueda de placer o realización individual, muchas veces anteponiendo una mirada mercantilista”, desglosa Letelier.
En este contexto, el sociólogo observa cómo esta búsqueda, que, si bien es válida, muchas veces ignora la necesidad de un cambio estructural. “El modelo te empuja a buscar la salvación en solitario, de espaldas a los problemas sociales. Hay un concepto en psicología social llamado “desesperanza aprendida”, que describe esa sensación de que nada puede cambiar y, por ende, no vale la pena hacer esfuerzos. Hoy, esa desesperanza nos lleva al nihilismo, a una resignación pasiva, o al refugio en el pasado como hacen los conservadores”, menciona.
Asimismo, señala que también, “veo una conexión más fuerte con la naturaleza y el mundo animal, algo que parece una forma de huir de lo humano. Esto refleja una desesperanza hacia lo social”. Por este motivo, añade que, “si no enfrentamos lo humano para transformarlo, siempre estaremos huyendo. Esta idea de colonizar Marte, o de otras fantasías futuristas, pueden ser fascinantes, pero también reflejan un escapismo”.
HACIA UN CAMBIO DESDE LA LIBERTAD
En ese sentido, Letelier explica que transformarse implica, concretamente, “ser más libre para enfrentar una sociedad que nos moldea y, al mismo tiempo, releer nuestra biografía para liberarnos de ciertos traumas, marcas o ataduras que condicionan nuestra conducta, si logramos ser más libres, podríamos también construir una sociedad distinta”.
De ese modo, a lo largo del libro, el autor aboga por un regreso a “lo humano” para enfrentar dichas problemáticas, pero no desde el antropocentrismo que lo ubica en el centro del universo. Su propuesta de un "humanismo descentrado" nos invita a mirar al ser humano como parte de una red más amplia, conectada con la naturaleza y el entorno. “Una relación que asuma que lo humano es parte de un engranaje mayor: una red de la vida donde todo está conectado”, describe.
Esta visión, sin embargo, plantea una serie de preguntas que subrayan la tensión entre el desarrollo de lo personal y lo colectivo: Para construir una sociedad mejor, ¿debo necesariamente convertirme en un mejor ser humano? Y para ser un mejor ser humano, ¿puedo hacerlo sin comprometerme con lo social? Es decir, ¿puedo buscar mi realización interior o espiritual de espaldas a los problemas estructurales que necesita resolver la sociedad?
En su libro Un nuevo sentido de realidad, Francisco Letelier Troncoso, escritor, sociólogo y académico de la Universidad Católica del Maule, invita a navegar entre los dilemas más profundos de nuestra existencia: cómo conciliar la transformación personal con la colectiva, cómo construir un sentido humano que no ignore la conexión con lo social, y cómo enfrentarnos a nuestras sombras sin perdernos en el intento frente a tantos “estímulos tramposos”.
ESTADO ACTUAL
A partir de lo anterior, Letelier habla de una "crisis de esperanza" que, según él, nos empuja a dos caminos principales: la resignación nihilista o la desconexión individualista, invitando a redescubrir el sentido de lo humano en un mundo lleno de incertidumbre y constante crisis.
“En las décadas de 1960 y 1970, existían grandes proyectos para transformar la sociedad, construir mundos distintos, con cierta esperanza en la acción colectiva. Hoy, esa esperanza parece haber desaparecido. No creemos que sea posible cambiar las cosas y, en lugar de eso, nos refugiamos en la búsqueda de placer o realización individual, muchas veces anteponiendo una mirada mercantilista”, desglosa Letelier.
En este contexto, el sociólogo observa cómo esta búsqueda, que, si bien es válida, muchas veces ignora la necesidad de un cambio estructural. “El modelo te empuja a buscar la salvación en solitario, de espaldas a los problemas sociales. Hay un concepto en psicología social llamado “desesperanza aprendida”, que describe esa sensación de que nada puede cambiar y, por ende, no vale la pena hacer esfuerzos. Hoy, esa desesperanza nos lleva al nihilismo, a una resignación pasiva, o al refugio en el pasado como hacen los conservadores”, menciona.
Asimismo, señala que también, “veo una conexión más fuerte con la naturaleza y el mundo animal, algo que parece una forma de huir de lo humano. Esto refleja una desesperanza hacia lo social”. Por este motivo, añade que, “si no enfrentamos lo humano para transformarlo, siempre estaremos huyendo. Esta idea de colonizar Marte, o de otras fantasías futuristas, pueden ser fascinantes, pero también reflejan un escapismo”.
HACIA UN CAMBIO DESDE LA LIBERTAD
En ese sentido, Letelier explica que transformarse implica, concretamente, “ser más libre para enfrentar una sociedad que nos moldea y, al mismo tiempo, releer nuestra biografía para liberarnos de ciertos traumas, marcas o ataduras que condicionan nuestra conducta, si logramos ser más libres, podríamos también construir una sociedad distinta”.
De ese modo, a lo largo del libro, el autor aboga por un regreso a “lo humano” para enfrentar dichas problemáticas, pero no desde el antropocentrismo que lo ubica en el centro del universo. Su propuesta de un "humanismo descentrado" nos invita a mirar al ser humano como parte de una red más amplia, conectada con la naturaleza y el entorno. “Una relación que asuma que lo humano es parte de un engranaje mayor: una red de la vida donde todo está conectado”, describe.
Esta visión, sin embargo, plantea una serie de preguntas que subrayan la tensión entre el desarrollo de lo personal y lo colectivo: Para construir una sociedad mejor, ¿debo necesariamente convertirme en un mejor ser humano? Y para ser un mejor ser humano, ¿puedo hacerlo sin comprometerme con lo social? Es decir, ¿puedo buscar mi realización interior o espiritual de espaldas a los problemas estructurales que necesita resolver la sociedad?
Freddy Mora | Imprimir | 81
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