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domingo 24 de noviembre del 2024
Agricultura 31-10-2023
Investigadores de la PUC aplican modelo que reduce el uso de fungicidas en la producción de uva de mesa
- Se trata de un sistema que monitorea las condiciones de humedad y temperatura del racimo, para determinar los momentos en que existe riesgo para el desarrollo de la enfermedad producida por el hongo Botrytis cinerea y con ello reducir el uso de aplicaciones de fungicidas.
Una de las principales amenazas para la uva de exportación chilena se llama Botrytis cinerea, un hongo que se desarrolla en los huertos cuando las condiciones de humedad y temperatura se lo permiten. Debido al Cambio Climático, en los últimos años esas condiciones se han hecho más propicias para que la Botrytis, también conocida como la enfermedad ‘pudrición gris’, aparezca en los momentos más críticos del desarrollo de la fruta. Hasta ahora, para controlarla, los productores en Chile hacen frecuentes aplicaciones de productos, práctica que se contrapone a la tendencia mundial de menor uso de moléculas químicas como residual en la fruta.
“En este escenario el productor incurre en estrategias que lo alejan cada vez más de las tendencias de los mercados, a través del uso exagerado de fungicidas. La producción sostenible de la uva de mesa enfocada al mínimo uso de plaguicidas es un requerimiento de diferenciación en los mercados. Actualmente el productor no sólo debe cumplir los requerimientos de límite máximo de residuos, sino que, en muchos casos, la exigencia se extiende al número máximo de moléculas químicas detectadas en un informe de análisis de residuos de plaguicidas, lo que es difícil de cumplir”, explica Juan Pablo Zoffoli, académico de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
En dicha facultad detectaron el problema y desarrollaron una estrategia basada en un modelo propuesto anteriormente por investigadores de la Universidad de California y de la propia Universidad Católica. Esta estrategia monitorea las condiciones de humedad y temperatura del racimo, para determinar los momentos en que existe riesgo de aparición del hongo y con ello reducir las aplicaciones, explica el profesor de la cátedra de patología de la misma Facultad y co director del proyecto Héctor Valdés.
El proyecto, financiado por el Gobierno Regional de O´Higgins y su Consejo Regional a través del Fondo de innovación para la Competitividad, beneficia actualmente a distintos predios de un grupo de productores de la Región de O´Higgins, la que concentra el 30% de la producción total de uva de mesa de Chile.
Una de las principales amenazas para la uva de exportación chilena se llama Botrytis cinerea, un hongo que se desarrolla en los huertos cuando las condiciones de humedad y temperatura se lo permiten. Debido al Cambio Climático, en los últimos años esas condiciones se han hecho más propicias para que la Botrytis, también conocida como la enfermedad ‘pudrición gris’, aparezca en los momentos más críticos del desarrollo de la fruta. Hasta ahora, para controlarla, los productores en Chile hacen frecuentes aplicaciones de productos, práctica que se contrapone a la tendencia mundial de menor uso de moléculas químicas como residual en la fruta.
“En este escenario el productor incurre en estrategias que lo alejan cada vez más de las tendencias de los mercados, a través del uso exagerado de fungicidas. La producción sostenible de la uva de mesa enfocada al mínimo uso de plaguicidas es un requerimiento de diferenciación en los mercados. Actualmente el productor no sólo debe cumplir los requerimientos de límite máximo de residuos, sino que, en muchos casos, la exigencia se extiende al número máximo de moléculas químicas detectadas en un informe de análisis de residuos de plaguicidas, lo que es difícil de cumplir”, explica Juan Pablo Zoffoli, académico de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
En dicha facultad detectaron el problema y desarrollaron una estrategia basada en un modelo propuesto anteriormente por investigadores de la Universidad de California y de la propia Universidad Católica. Esta estrategia monitorea las condiciones de humedad y temperatura del racimo, para determinar los momentos en que existe riesgo de aparición del hongo y con ello reducir las aplicaciones, explica el profesor de la cátedra de patología de la misma Facultad y co director del proyecto Héctor Valdés.
El proyecto, financiado por el Gobierno Regional de O´Higgins y su Consejo Regional a través del Fondo de innovación para la Competitividad, beneficia actualmente a distintos predios de un grupo de productores de la Región de O´Higgins, la que concentra el 30% de la producción total de uva de mesa de Chile.
Freddy Mora | Imprimir | 608
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