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domingo 19 de enero del 2025
Opinión 11-10-2024
La bendita primavera
Tily Vergara
La llegada de esta hermosa estación del año, nos invita a apreciar el inmenso panorama salpicado de múltiples tonos coloridos y aromáticos, como una especie de retribución de la naturaleza para infundir las energías que el invierno consumió con su voraz apetito de heladas y lluvia.
Me detuve a contemplar algunas florecillas que con gran estoicismo resistieron la crudeza invernal y fueron, poco a poco mostrando su carita de pétalos jubilosos y tiernos desafiantes al viento que viene del sur. ¡Qué trabajo más perfecto es el de nuestra madre naturaleza, todo es preciso, todo terso, todo hermoso!, para luego dar paso a la semilla que va multiplicándose generosamente para que la especie no se pierda ni malogre porque su destino es servir, alegrar la vista, infundiendo optimismo y esperanza.
El Doctor Carlos Norambuena, hijo ilustre de Linares, escribió una incomparable elegía: El secreto de la rosa”, y me permito compartirla porque es una verdadera joya literaria:
“En medio del jardín – a través de los abiertos ventanales – siempre la admiré con recogido deleite. Era una rosa, joven, esplendorosa. De seda sus pétalos, turgentes y firmes. Con garbo se erguía su tallo. De verdad, muy bella y fue su propia hermosura la que despertó la codicia de su posesión y ultraje. Tal vez las espinas protectoras no fueron lo suficiente altivas en su misión de custodia”
“Manos codiciosas, prendada de sus encantos, la cortaron a hurtadillas. Un secuestro irracional y torpe, como todos los secuestros, y en aquel instante se inició su martirio. De nada le sirvió de que para sus últimos días, le fuera asignado un tallado y fino jarrón de cristal. “No le acomodaba su naturaleza de niña y de mujer”. El salón sombrío donde la acurrucaron, no era su mundo. Sentía nostalgia de abejas y pajarillos, que siempre la invitaban a bailar. Era una trasplantada, una secuestrada, una prisionera, lejos de su suelo, de sus raíces, de su entorno de aromas y susurros. ¡Ay de las rosas que languidecen y mueren lejos de su medio, de su jardín y de sus hermanas!”.
Esas hermosas palabras cambiaron para siempre mi perspectiva de las flores. y me hice el propósito de prolongar su vida. Desde ese entonces no mutilé planta alguna. He tejido flores a crochet para mis floreros pero las del jardín siempre estarán en su medio, rodeadas de “abejas y pajarillos”.
Siempre erguidas, bellas hasta el último pétalo, hasta el fin en su natural destino. Puede tomarse como una excentricidad de mi parte pero me entristece ver ramilletes, coronas ofrecidas para honrar o festejar. Hay gente que piensa lo mismo pero hay muchas más que opinan lo contrario. Es un medio de subsistencia el comercio de las flores, son argumentos razonables y necesarios, es algo que acepto porque no puedo alterar ese sistema, pero trato de no pensar en ello. Una persona cercana desea para su funeral, en lugar de flores usar ese dinero para comprar el equivalente de su valor, en alimentos para mascotas desprotegidas. Un anhelo altruista pero puede parecer como “raro”.
Cierta vez pregunté a un vegetariano el motivo de elegir esta opción alimentaria y me hizo sentido su respuesta: Los animales se sacrifican para ser parte de nuestra alimentación, no así los huevos, el queso, y mantequilla. La carne y sus derivados provienen del sufrimiento de un ser vivo. Respetable decisión que no practico pero que comparto en el buen sentido. Algo parecido a una pequeña desesperanza, siento al ver flores despojadas de la mata madre inmersas en un brillante envoltorio estilo buqué.
Alguien dijo, por ahí, que las opciones de vida son tan intrínsecas en el individuo que no se debe traspasar el límite de sus preferencias. Totalmente de acuerdo. Sólo expongo mi punto de vista influenciada por esta primavera que llegó a nosotros entre suave lluvia, sol escurridizo, temperatura variable, pero las hermosas flores que van apareciendo día a día, dentro de su cuna de verdes hojas nos alientan a sonreírle a la vida. A pesar de algunas adversidades y mucho más, BIENVENIDA BENDITA PRIMAVERA.
La llegada de esta hermosa estación del año, nos invita a apreciar el inmenso panorama salpicado de múltiples tonos coloridos y aromáticos, como una especie de retribución de la naturaleza para infundir las energías que el invierno consumió con su voraz apetito de heladas y lluvia.
Me detuve a contemplar algunas florecillas que con gran estoicismo resistieron la crudeza invernal y fueron, poco a poco mostrando su carita de pétalos jubilosos y tiernos desafiantes al viento que viene del sur. ¡Qué trabajo más perfecto es el de nuestra madre naturaleza, todo es preciso, todo terso, todo hermoso!, para luego dar paso a la semilla que va multiplicándose generosamente para que la especie no se pierda ni malogre porque su destino es servir, alegrar la vista, infundiendo optimismo y esperanza.
El Doctor Carlos Norambuena, hijo ilustre de Linares, escribió una incomparable elegía: El secreto de la rosa”, y me permito compartirla porque es una verdadera joya literaria:
“En medio del jardín – a través de los abiertos ventanales – siempre la admiré con recogido deleite. Era una rosa, joven, esplendorosa. De seda sus pétalos, turgentes y firmes. Con garbo se erguía su tallo. De verdad, muy bella y fue su propia hermosura la que despertó la codicia de su posesión y ultraje. Tal vez las espinas protectoras no fueron lo suficiente altivas en su misión de custodia”
“Manos codiciosas, prendada de sus encantos, la cortaron a hurtadillas. Un secuestro irracional y torpe, como todos los secuestros, y en aquel instante se inició su martirio. De nada le sirvió de que para sus últimos días, le fuera asignado un tallado y fino jarrón de cristal. “No le acomodaba su naturaleza de niña y de mujer”. El salón sombrío donde la acurrucaron, no era su mundo. Sentía nostalgia de abejas y pajarillos, que siempre la invitaban a bailar. Era una trasplantada, una secuestrada, una prisionera, lejos de su suelo, de sus raíces, de su entorno de aromas y susurros. ¡Ay de las rosas que languidecen y mueren lejos de su medio, de su jardín y de sus hermanas!”.
Esas hermosas palabras cambiaron para siempre mi perspectiva de las flores. y me hice el propósito de prolongar su vida. Desde ese entonces no mutilé planta alguna. He tejido flores a crochet para mis floreros pero las del jardín siempre estarán en su medio, rodeadas de “abejas y pajarillos”.
Siempre erguidas, bellas hasta el último pétalo, hasta el fin en su natural destino. Puede tomarse como una excentricidad de mi parte pero me entristece ver ramilletes, coronas ofrecidas para honrar o festejar. Hay gente que piensa lo mismo pero hay muchas más que opinan lo contrario. Es un medio de subsistencia el comercio de las flores, son argumentos razonables y necesarios, es algo que acepto porque no puedo alterar ese sistema, pero trato de no pensar en ello. Una persona cercana desea para su funeral, en lugar de flores usar ese dinero para comprar el equivalente de su valor, en alimentos para mascotas desprotegidas. Un anhelo altruista pero puede parecer como “raro”.
Cierta vez pregunté a un vegetariano el motivo de elegir esta opción alimentaria y me hizo sentido su respuesta: Los animales se sacrifican para ser parte de nuestra alimentación, no así los huevos, el queso, y mantequilla. La carne y sus derivados provienen del sufrimiento de un ser vivo. Respetable decisión que no practico pero que comparto en el buen sentido. Algo parecido a una pequeña desesperanza, siento al ver flores despojadas de la mata madre inmersas en un brillante envoltorio estilo buqué.
Alguien dijo, por ahí, que las opciones de vida son tan intrínsecas en el individuo que no se debe traspasar el límite de sus preferencias. Totalmente de acuerdo. Sólo expongo mi punto de vista influenciada por esta primavera que llegó a nosotros entre suave lluvia, sol escurridizo, temperatura variable, pero las hermosas flores que van apareciendo día a día, dentro de su cuna de verdes hojas nos alientan a sonreírle a la vida. A pesar de algunas adversidades y mucho más, BIENVENIDA BENDITA PRIMAVERA.
Freddy Mora | Imprimir | 382