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sábado 18 de enero del 2025
Opinión 18-01-2025
La formación de profesionales en el siglo XXI: desafíos y oportunidades
Paz Hormazábal
Vicerrectora de Sede Concepción
Universidad de Las Américas
En el siglo XXI, la formación de profesionales enfrenta desafíos significativos, impulsados por un mundo en constante cambio. Las competencias más valoradas actualmente incluyen el trabajo en equipo, empatía, proactividad y adaptabilidad, junto con habilidades técnicas esenciales vinculadas a la profesión, además de las herramientas digitales. Estas últimas abarcan el uso de software, redes sociales y un sin número de técnicas basadas en la transformación digital, que no solo optimizan procesos, sino que transforman la forma de interactuar y trabajar, y también nuestra cultura.
La integración de la tecnología, aunque ha traído grandes avances, también ha generado nuevos retos. La automatización y las nuevas modalidades laborales, como el trabajo remoto e híbrido, han cambiado las dinámicas tradicionales, pero han afectado las habilidades de comunicación interpersonal. La interacción cara a cara, esencial para la resolución de conflictos y la construcción de relaciones sólidas, se ve limitada en contextos digitales. Por ello, es fundamental encontrar un equilibrio que combine los beneficios tecnológicos con el fortalecimiento de las relaciones humanas.
La evolución del mercado laboral evidentemente ha reconfigurado las formas de trabajar y ha abierto nuevas oportunidades, lo que también plantea retos como la necesidad de espacios adecuados, el acceso a tecnología de calidad y el desarrollo de hábitos que favorezcan la productividad. En este contexto, es imprescindible formar profesionales capaces de adaptarse a entornos diversos, de gestionar su tiempo y recursos con eficiencia y sin descuidar su calidad de vida.
Otro aspecto crucial es la creciente necesidad de equipos multidisciplinarios. Las lecciones aprendidas en los últimos años han demostrado que los problemas complejos requieren soluciones colaborativas donde convergen distintas disciplinas. Este enfoque no solo enriquece los resultados, sino que fomenta la innovación y el aprendizaje mutuo.
El mercado laboral actual demanda profesionales comprometidos, entusiastas y con una visión colaborativa más que competitiva. Adaptarse al avance tecnológico y desarrollar habilidades, como la comunicación y el liderazgo, se han vuelto igual de relevantes que los conocimientos técnicos. La formación del profesional del futuro requiere un enfoque integral, que potencie tanto sus capacidades técnicas como humanas, preparándolo para un entorno laboral dinámico y en constante transformación.
Vicerrectora de Sede Concepción
Universidad de Las Américas
En el siglo XXI, la formación de profesionales enfrenta desafíos significativos, impulsados por un mundo en constante cambio. Las competencias más valoradas actualmente incluyen el trabajo en equipo, empatía, proactividad y adaptabilidad, junto con habilidades técnicas esenciales vinculadas a la profesión, además de las herramientas digitales. Estas últimas abarcan el uso de software, redes sociales y un sin número de técnicas basadas en la transformación digital, que no solo optimizan procesos, sino que transforman la forma de interactuar y trabajar, y también nuestra cultura.
La integración de la tecnología, aunque ha traído grandes avances, también ha generado nuevos retos. La automatización y las nuevas modalidades laborales, como el trabajo remoto e híbrido, han cambiado las dinámicas tradicionales, pero han afectado las habilidades de comunicación interpersonal. La interacción cara a cara, esencial para la resolución de conflictos y la construcción de relaciones sólidas, se ve limitada en contextos digitales. Por ello, es fundamental encontrar un equilibrio que combine los beneficios tecnológicos con el fortalecimiento de las relaciones humanas.
La evolución del mercado laboral evidentemente ha reconfigurado las formas de trabajar y ha abierto nuevas oportunidades, lo que también plantea retos como la necesidad de espacios adecuados, el acceso a tecnología de calidad y el desarrollo de hábitos que favorezcan la productividad. En este contexto, es imprescindible formar profesionales capaces de adaptarse a entornos diversos, de gestionar su tiempo y recursos con eficiencia y sin descuidar su calidad de vida.
Otro aspecto crucial es la creciente necesidad de equipos multidisciplinarios. Las lecciones aprendidas en los últimos años han demostrado que los problemas complejos requieren soluciones colaborativas donde convergen distintas disciplinas. Este enfoque no solo enriquece los resultados, sino que fomenta la innovación y el aprendizaje mutuo.
El mercado laboral actual demanda profesionales comprometidos, entusiastas y con una visión colaborativa más que competitiva. Adaptarse al avance tecnológico y desarrollar habilidades, como la comunicación y el liderazgo, se han vuelto igual de relevantes que los conocimientos técnicos. La formación del profesional del futuro requiere un enfoque integral, que potencie tanto sus capacidades técnicas como humanas, preparándolo para un entorno laboral dinámico y en constante transformación.
Freddy Mora | Imprimir | 80