martes 22 de octubre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Opinión 22-10-2024
La Música como Puerta a la Cuarta Dimensión (PRIMERA PARTE)
Autor: W.Elgueta, Músico

La música y la "cuarta dimensión" tienen una relación que, aunque no pueda ser explicada en términos científicos absolutos, puede explorarse desde una perspectiva emocional y filosófica. La idea de que la música puede conectarnos con un espacio más allá de lo ordinario, o expandir nuestra mente hacia una cuarta dimensión, es intrigante y, en muchos sentidos, plausible cuando analizamos cómo la música afecta nuestras emociones y percepciones.

¿Qué es la Cuarta Dimensión en este contexto?

En su forma más simple, la cuarta dimensión puede describirse como un espacio fuera de las tres dimensiones físicas que conocemos (largo, ancho y alto). Si tomamos la relatividad como base, la cuarta dimensión suele ser el tiempo, pero aquí, en un sentido más subjetivo y emocional, podría entenderse como una dimensión de la conciencia o percepción, un lugar donde las reglas del tiempo y el espacio físico ya no tienen el mismo peso. Es un espacio donde la mente trasciende lo cotidiano y se expande hacia nuevas formas de experimentar la realidad.

¿Cómo nos conecta la música con esta Cuarta Dimensión?

La música tiene un poder especial para conectar nuestras emociones con algo intangible. No es solo sonido; es una experiencia que puede afectar el estado mental, creando sensaciones que no siempre pueden explicarse con palabras. La música no solo se escucha, se siente. Al hacerlo, nos puede transportar a un espacio interno más profundo, que podríamos asociar con esa cuarta dimensión.
La Música como Puerta a una Experiencia Transcendental

No cualquier música genera esta experiencia. Algunas piezas musicales tienen una estructura y un impacto emocional que parecen resonar más profundamente con el ser humano. Esto ocurre cuando la música genera una conexión emocional intensa. No es solo cuestión de escuchar un ritmo pegajoso o una melodía agradable, sino de sentir cómo ciertos acordes, progresiones o disonancias penetran hasta lo más íntimo del ser. Este es el momento en que la mente comienza a "despegar" de la realidad física y cotidiana y entra en una especie de trance, donde las emociones nos llevan a otra dimensión de la experiencia.

Freddy Mora | Imprimir | 80