Tily Vergara

Tuve la suerte y honor de compartir gratas horas contigo, querida Carmencita. Encuentros y festejos donde supiste dejar esa alegre huella sujeta a esa gran simpatía que nos llegaba a todos.
Si pudiera comparar tu voz con una joya pensaría en una aleación de oro, plata, platino, preciosa amalgama cuyo destello iluminaba esos programas amenos, acortando la mañana de quehaceres del hogar o tardes entretenidas con tus comentarios siempre sujetos a ese gran espíritu solidario constantemente destacado en tanto años de trabajo radial.
Linares te debe mucho y desgraciadamente no supo reconocer tus méritos de gran mujer .Una pionera en las comunicaciones un ser valiente que no tuvo empacho en enfrentar con estoicismo la avalancha machista que reinaba en aquellos años y que, afortunadamente, poco a poco se ha ido desvaneciendo en el tiempo. Lo menos que mereces es que alguna avenida de nuestra ciudad lleve tu nombre. Quién no te conoce, quién no estuvo un momento escuchando tus programas.? Muchos linarenses te conocen y nos entristece que en vida no hayan evaluado tus cualidades como trabajadora, luchadora y valiente mujer.
He sabido de la ingratitud de algunas personas que nunca reconocieron tus grandes cualidades, pero los de aquellos lejanos años, donde no existía el celular que robotiza la mente, donde no todo estaba a mano ,como ahora, (donde la imaginación ya no se necesita), donde el cartero no causa la emoción de repartir cartas con estampilla que traían buenas o malas noticias, donde el periódico era de papel y sus titulares se destacaban en los kioscos, donde se compartía el almuerzo, once o comida con padres e hijos incluidos, donde se caminaba a la lejana escuela dos veces, ida y vuelta sin necesitar locomoción. Donde sucedía todo eso, los que vivimos esos tiempos, sí supimos disfrutar de jornadas radiales donde se destacaba tu ágil voz de alondra que amenizaba nuestros momentos y nos hacía tan grato el día a día.
Desde Radio Soberanía te ganaste la corona de Soberana de las comunicaciones, Icono radial que supiste ganar con esfuerzo, amor, espíritu social y gran humildad. Mereces que te recordemos siempre porque realmente eres inolvidable y te ganaste el corazón de Linares con gran merecimiento.
Me queda el consuelo que en el otro plano ya estás compartiendo con tus seres queridos que te antecedieron, te imagino charlando amenamente con tu comadre Olivia, don Sergio y tanta gente que te espera con los brazos abiertos para disfrutar de tu ser noble y generoso.
Sigue ese camino que siempre mereciste, sigue hacia la Dicha Eterna. Pero tu esencia de gran mujer siempre quedará en nuestros corazones.