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sábado 11 de enero del 2025
Opinión 11-01-2025
LAS PENAS SON DE NOSOTROS, LAS VAQUITAS SON AJENAS
Tily Vergara
Es una calurosa mañana de enero. Ya comienza a alejarse el jolgorio de las fiestas de fin de año. Así estamos iniciando uno nuevo que, a pesar de los buenos deseos expresado en los abrazos, el optimismo se desvanece como el agua que se evapora cuando rociamos el patio para refrescar el ambiente.
Mientras preparaba el almuerzo, llegaba a mis oídos la preciosa canción “El arriero va”, interpretada por Los Charchaleros. Me quedó dando vuelta el verso “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Esa canción expresa melodiosamente un sentimiento especial, como la resignación de aceptar ese destino de lejanías y ausencias, paisajes de soledad y belleza. “Es bandera de niebla, su poncho al viento, lo saludan las flautas del pajonal y guapeando en la senda por esos cerros, el arriero va, el arriero va.” Siempre está a cargo de un montón de ganado que custodia, que vigila “prendido a la magia de los caminos ”. “Las penas y las vaquitas se van por la misma senda”. Qué bella letra, qué bella melodía, qué entonadas voces. Esta canción lleva un mensaje: cuidamos el bien de otros y por ello recibimos un pequeño reconocimiento comparado al sacrificio del andar del arriero que se autoabastece con lo que le brinda la Madre Natura y que enfrenta los peligros, acompañado por su perro y caballo, recurriendo a su ingenio y a la protección Divina.
Esto no impide, de manera alguna, el disfrute de estar en contacto con la naturaleza; refrescarse bebiendo agua con harina tostada, desde las claras vertientes cordilleranas, servirse el pan del día bajo la sombra de un quillay . Y después de larga jornada de caminos y distancias, descansar bajo el inmenso cielo estrellado mientras el sueño llega lentamente cuando los grillos y aves nocturnas rompen el silencio de la noche, como una canción de cuna. Después de ese merecido descanso, saborear un mate al amanecer, hacer un cigarrito para seguir el camino en aquellas soledades donde el ambiente brinda esa paz de aire puro y cielo diáfano. Y la imagen del arriero se queda en la mente después de la canción y da vueltas como un carrusel de melodías con sentidos versos. Nada parecido a nuestro ajetreado acontecer.
Aunque deseamos muchas cosas buenas para este 2025, se nos aprieta el corazón al encontrarnos con la gran calamidad existente: muy ventilada en los medios, además de los errores y escándalos de todo género.. Y en el aire se expande esa morbosa satisfacción de los opositores al comentar cada desatino del gobierno,(como si degustaran lo negativo como un manjar especial) para incrementar sus puntos de vista y enaltecer su ego “altruista y equilibrado “ disfrutando al máximo la debilidad del contrario, satisfechos y compuestos, con un brillo especial en la mirada rebosante de indolencia, opinando desde la comodidad de sus sillas congresales, prescindiendo totalmente de aportar, de una vez por todas, voluntad y generosidad para que las leyes se aprueben, (excluyendo sus compromisos con los financistas de sus campañas).
“Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Como para hacer una parodia con cosas que suceden en la actualidad; las penas son de nosotros. Y por esas cosas de la vida, pienso en ese seis por ciento que las AFP, contra viento y marea quieren para sí, para incrementar sus desbordadas arcas. Dicen que es para los fondos individuales, y publican la frase de oro:“la plata es tuya”, no tienes por qué compartirla con el Estado ( Gracias al fondo estatal yo recibo mi pensión de vejez. Mis imposiciones, por ser de pocos años se perdieron entre mar y cordillera) Ese seis por ciento tiene que ir a mi cuenta individual, - dice la mayoría de las personas - pero no es tuya, y si en algo ayudara a tus fondos, lo verías al pasar varios años y de manera tan escuálida, ocasionando la decepción de siempre. Esa plata debiera ser tuya, pero hasta ahora se ha ido a engrosar una sola billetera. Ese dinero será para los que realmente se benefician con ella, porque aunque tú pierdas ellos siempre ganan y las pequeñas migajas van a para a tus bolsillos, cuando jubiles..
Desde un principio se publicó que las personas al jubilarse tendrían una renta parecida a su última remuneración; aparecía en grandes titulares de periódicos de la época. A la vista está que MENTÍAN. Y esa mentira se incrementa con la gran publicidad “la plata es tuya”. Lo que es realmente propio es nuestra ingenuidad para creer a los egoístas y ambiciosos que han disfrutado de tus aportes mensuales que se descuenta de tu sueldo.
Se habla de una posible consulta para que el pueblo decida; estoy casi segura que ganaría la AFP., con todas las maquinaciones para seguir convenciéndonos a través del gran y honorable congreso formado por personas que nos han defraudado miles de veces pero seguimos eligiéndolas y creyéndoles, a pesa de que siempre mienten. “El camino de la Verdad --decía Confucio- es fácil y ancho de hallar, el único inconveniente estriba en que las personas no lo buscan.”.
Queremos mucho a la patria pero somos intimidados por la gran publicidad que termina triunfando y convenciendo. Y este querido Chile, seguirá sufriendo por sus viejitos jubilados que no gozarán el beneficio de ese fondo común que podría mejorar, en parte, el complicado camino de la senectud.”las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas.”
Y las vaquitas seguirán la senda de sus verdaderos dueños que nunca piensan que la vida es corta y la tristeza es larga para esa gente que trabajó día a día con la esperanza de llegar al final con algo de holgura para estar tranquilos y sin sobresaltos.
No encuentro alguna lógica explicación de que esos señores; caballeros sonrientes y cara dura, ¿por qué siempre lo que aspiran llegan a buen puerto . ¿Qué genio los ilumina para hacer publicidad y así obtener sus propósitos? con “la buena intención” de incrementar los fondos individuales de las personas para una buena jubilación(¿¿¿???) en 10, 20 o 30 años más. ¿De qué se beneficiarán los que están próximos a jubilar?
Y las penas seguirán siendo nuestras y las vaquitas seguirán siendo ajenas.
Es una calurosa mañana de enero. Ya comienza a alejarse el jolgorio de las fiestas de fin de año. Así estamos iniciando uno nuevo que, a pesar de los buenos deseos expresado en los abrazos, el optimismo se desvanece como el agua que se evapora cuando rociamos el patio para refrescar el ambiente.
Mientras preparaba el almuerzo, llegaba a mis oídos la preciosa canción “El arriero va”, interpretada por Los Charchaleros. Me quedó dando vuelta el verso “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Esa canción expresa melodiosamente un sentimiento especial, como la resignación de aceptar ese destino de lejanías y ausencias, paisajes de soledad y belleza. “Es bandera de niebla, su poncho al viento, lo saludan las flautas del pajonal y guapeando en la senda por esos cerros, el arriero va, el arriero va.” Siempre está a cargo de un montón de ganado que custodia, que vigila “prendido a la magia de los caminos ”. “Las penas y las vaquitas se van por la misma senda”. Qué bella letra, qué bella melodía, qué entonadas voces. Esta canción lleva un mensaje: cuidamos el bien de otros y por ello recibimos un pequeño reconocimiento comparado al sacrificio del andar del arriero que se autoabastece con lo que le brinda la Madre Natura y que enfrenta los peligros, acompañado por su perro y caballo, recurriendo a su ingenio y a la protección Divina.
Esto no impide, de manera alguna, el disfrute de estar en contacto con la naturaleza; refrescarse bebiendo agua con harina tostada, desde las claras vertientes cordilleranas, servirse el pan del día bajo la sombra de un quillay . Y después de larga jornada de caminos y distancias, descansar bajo el inmenso cielo estrellado mientras el sueño llega lentamente cuando los grillos y aves nocturnas rompen el silencio de la noche, como una canción de cuna. Después de ese merecido descanso, saborear un mate al amanecer, hacer un cigarrito para seguir el camino en aquellas soledades donde el ambiente brinda esa paz de aire puro y cielo diáfano. Y la imagen del arriero se queda en la mente después de la canción y da vueltas como un carrusel de melodías con sentidos versos. Nada parecido a nuestro ajetreado acontecer.
Aunque deseamos muchas cosas buenas para este 2025, se nos aprieta el corazón al encontrarnos con la gran calamidad existente: muy ventilada en los medios, además de los errores y escándalos de todo género.. Y en el aire se expande esa morbosa satisfacción de los opositores al comentar cada desatino del gobierno,(como si degustaran lo negativo como un manjar especial) para incrementar sus puntos de vista y enaltecer su ego “altruista y equilibrado “ disfrutando al máximo la debilidad del contrario, satisfechos y compuestos, con un brillo especial en la mirada rebosante de indolencia, opinando desde la comodidad de sus sillas congresales, prescindiendo totalmente de aportar, de una vez por todas, voluntad y generosidad para que las leyes se aprueben, (excluyendo sus compromisos con los financistas de sus campañas).
“Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Como para hacer una parodia con cosas que suceden en la actualidad; las penas son de nosotros. Y por esas cosas de la vida, pienso en ese seis por ciento que las AFP, contra viento y marea quieren para sí, para incrementar sus desbordadas arcas. Dicen que es para los fondos individuales, y publican la frase de oro:“la plata es tuya”, no tienes por qué compartirla con el Estado ( Gracias al fondo estatal yo recibo mi pensión de vejez. Mis imposiciones, por ser de pocos años se perdieron entre mar y cordillera) Ese seis por ciento tiene que ir a mi cuenta individual, - dice la mayoría de las personas - pero no es tuya, y si en algo ayudara a tus fondos, lo verías al pasar varios años y de manera tan escuálida, ocasionando la decepción de siempre. Esa plata debiera ser tuya, pero hasta ahora se ha ido a engrosar una sola billetera. Ese dinero será para los que realmente se benefician con ella, porque aunque tú pierdas ellos siempre ganan y las pequeñas migajas van a para a tus bolsillos, cuando jubiles..
Desde un principio se publicó que las personas al jubilarse tendrían una renta parecida a su última remuneración; aparecía en grandes titulares de periódicos de la época. A la vista está que MENTÍAN. Y esa mentira se incrementa con la gran publicidad “la plata es tuya”. Lo que es realmente propio es nuestra ingenuidad para creer a los egoístas y ambiciosos que han disfrutado de tus aportes mensuales que se descuenta de tu sueldo.
Se habla de una posible consulta para que el pueblo decida; estoy casi segura que ganaría la AFP., con todas las maquinaciones para seguir convenciéndonos a través del gran y honorable congreso formado por personas que nos han defraudado miles de veces pero seguimos eligiéndolas y creyéndoles, a pesa de que siempre mienten. “El camino de la Verdad --decía Confucio- es fácil y ancho de hallar, el único inconveniente estriba en que las personas no lo buscan.”.
Queremos mucho a la patria pero somos intimidados por la gran publicidad que termina triunfando y convenciendo. Y este querido Chile, seguirá sufriendo por sus viejitos jubilados que no gozarán el beneficio de ese fondo común que podría mejorar, en parte, el complicado camino de la senectud.”las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas.”
Y las vaquitas seguirán la senda de sus verdaderos dueños que nunca piensan que la vida es corta y la tristeza es larga para esa gente que trabajó día a día con la esperanza de llegar al final con algo de holgura para estar tranquilos y sin sobresaltos.
No encuentro alguna lógica explicación de que esos señores; caballeros sonrientes y cara dura, ¿por qué siempre lo que aspiran llegan a buen puerto . ¿Qué genio los ilumina para hacer publicidad y así obtener sus propósitos? con “la buena intención” de incrementar los fondos individuales de las personas para una buena jubilación(¿¿¿???) en 10, 20 o 30 años más. ¿De qué se beneficiarán los que están próximos a jubilar?
Y las penas seguirán siendo nuestras y las vaquitas seguirán siendo ajenas.
Freddy Mora | Imprimir | 95