miércoles 18 de diciembre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Opinión 10-05-2023
Leonardo Sepúlveda, mente y manos que retratan nuestra identidad
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Cultura e identidad son conceptos que van cambiando y rehaciéndose continuamente en permanente construcción. En este escenario cambiante y dinámico, es fundamental no dejar desaparecer nuestras raíces, la enorme riqueza de lo que es profundamente nuestro, esa tierra de la que hemos nacido, esa amalgama de colores, sabores y olores que vienen de nuestros antepasados como recuerdos de nuestra infancia y que como conjunto complejo conforman un rostro, nuestra identidad. Esa faz está formada por todo lo que vivimos, nuestra historia: el antes y el hoy, creencias, costumbres, leyendas, el conocimiento y la sabiduría popular que son un todo que nos identifica como comunidad.
Permanentemente nuestra existencia se va sustentando y nutriendo en todo eso que forma nuestra identidad. Reconocer estas manifestaciones culturales es reforzar nuestra conciencia de lo que somos, avanzar en autenticidad. Olvidar eso es quedarnos vacíos y sin piso para poder desarrollarnos y crecer.
En este momento en que el impacto de la tecnología y redes sociales es tan importante es aún más valioso el rescate de esa identidad esencial que tiende a ser opacada pues la memoria es la semilla y el abono para un nuevo crecimiento, el piso desde donde se sustenta el futuro.
Estas palabras introductorias son necesarias para destacar el trabajo de un hombre que con formas colores y líneas ha ido dibujando esa raíz de nuestro rostro de pueblo sencillo de raigambre campesina. Cual espejo inquieto, en sus obras nos ha mostrado ese rostro verdadero y profundo; recordándonos y poniendo de relieve esos humildes orígenes de pueblo, las profundas raíces desde las que hemos crecido.
Con un reconocible y muy propio lenguaje estético sus imágenes reflejan su visión de lo que hemos sido y lo que somos, lo que tendemos a olvidar; nuestras raíces. Como infatigable buscador de tesoros, con la paciencia y amor del coleccionista, incansable, ha buscado y rebuscado, mirando hasta debajo del agua. Y pincel en mano nos muestra nuestra cara; nos pone frente a frente a esa realidad que tendemos a olvidar: los personajes del barrio, esos refranes que repetimos desde niños, esas nostálgicas costumbres de pueblo, el mate y la tortilla, el brasero y los huevos fritos, los chicharrones y la sopaipilla, para que nunca olvidemos lo que hemos sido y somos. Su propuesta entrega amor y alegría, cercanía, humor y respeto por nuestras costumbres, buscando el acceso a todos, tanto al ilustrado como al sencillo. Nos muestra en su obra una mirada contraria a la despectiva y subvalorada visión de algunos que aducen que no tenemos un color propio, los que han dicho que Linares es un pueblo sin una verdadera identidad.
Leonardo no es el viajero que retrata una exótica realidad para que la conozcan los extraños, es el amigo que con humor y contento nos comparte su mirada de los lados amables y a veces un poco amargos de lo que somos, que lamentablemente tiende a desaparecer si no lo cuidamos.
Trabaja para la memoria, rescatándonos del olvido y la despersonalización. Es el hermano, el vecino, el muchacho del barrio quien nos habla a través de esas representaciones llenas de vibrante colorido que nos recuerda que de aquí somos, luchando porfiadamente por mostrarnos nuestra identidad profunda, la que surge de nuestras raíces.
Sin adornar ni romantizar, su mirada es de profundo amor. Sus imágenes, colores, recuerdos y vivencias abren un espejo donde reconocemos nuestro verdadero rostro, nuestra historia de pueblo, lo que compartimos, la matria y patria donde todos hemos crecido. Honra a su tierra, a sus mayores, la vida y el sacrificio de los personajes comunes y anónimos de nuestra historia. En su obra destaca por igual al lechero, al amante, a las comidas amables del recuerdo, las historias, la mujer y al hombre que serían invisibles si el pincel o la escritura no reivindicaran el valor de su paso por la vida.
Queremos destacar, reconocer y agradecer su perseverante trabajo de rescate y creación pues este artista no se limita a ser un cronista impersonal de lo nuestro; nos lo muestra con su mirada y acento personal, contribuyendo a preservar, perfilar y afianzar nuestra identidad linarense. ¡Gracias Leonardo Sepúlveda Faundez!



Freddy Mora | Imprimir | 1017