miércoles 21 de agosto del 2024
El Diario del Maule Sur
FUNDADO EL 29 DE AGOSTO DE 1937
Hoy
Opinión 12-07-2024
Llueve, truena y relampaguea

(María de la Luz Reyes Parada)

Se acabó el Veranito de San Juan. De unos días soleados y medianamente tibios, nos sumergimos en la más profunda opacidad del sol oculto por tanta niebla con temperaturas de verdad, intensas. Los días de vacaciones de invierno ayudaron a juntar el último poquito de sol para hacer frente al invierno que, parece, será largo. Y hablando de vacaciones, claro que la fecha en que este año fueron proyectadas coincidió con esos bellos días sin embargo siempre fueron la segunda semana de julio pues ya se sabía que las condiciones climáticas eran adversas, por tanto un par de semanas de asueto hacían bien para cuidar la salud y pasar unos días en familia. Y no había esa casi obligatoriedad de salir a pasear a otros lugares. Ver en televisión series como Área 12, Los Magníficos, Kung Fu, Hulk o el Festival de la Una y eran novedad para quienes estudiábamos. Pero además, en casa se hacían varias cosas, junto a las clásicas copias para cada día. Había una relación estrecha entre tiempo y juego. Y con tiempo me refiero a las continuas lluvias. A que jugar bajo techo? Llámenme fome, pero entretenerse leyendo era una alternativa. Desde los Papelucho hasta el Icarito que salía el miércoles en el diario La Tercera, hasta la revistas Pillín, Pato Donald, Condorito, Barrabases. Sumamos edad y llegamos a Tu, Miss 17, Vanidades, Cosas, Buenhogar, Paula, Caras, Deporte Total o Don Balón, para estar al día la Que Pasa, Apsi y Ercilla. Punto personal para mí, menciono la revista Eva y Readers Digest, entretención asegurada. Que tiempo de más agrado que ese dedicado a hojear y leer, dos acciones distintas y sumamente enriquecedoras, tanto para la generación de diálogo interno como para acumular conocimiento que será útil para la vida entera. Y a que continuamos jugando? Con lápiz y papel, a Los Puntitos, Gato y Bachillerato, el Colgado o Batalla Naval. Y hay que reconocer que son tan entretenidos que sus réplicas a una escala industrial la vimos de manos de la fábrica de juguetes Hasbro y sus cajas con los aditamentos para jugar lo mismo que hacíamos con lápiz bicolor y hojas cuadriculadas. Y si de cajas de juguetes se trata, Damas, Ludo, la Gran Capital o Monopoly se llevan la delantera en los juegos de mesa (Y hace un tiempo tengo una duda, exacerbada por tanta teoría conspirativa: el personaje que sale en la portada del juego, tenía o no un monóculo, además del sombrero de copa?) podemos pasar horas jugando a vender y comprar propiedades. Mención aparte son esos juegos que sirven en cualquier momento, solo o acompañado: Palillos Chinos y un mazo de naipe inglés o español para variedad de juegos.
Y en todo lo que he mencionado, junto con resolver la cuestión del aburrimiento, persisten en estas acciones aprendizajes de habilidades necesarias para lo más cotidiano de nuestro vivir. Capacidades cognitivas, sociales, emocionales y lingüísticas tales como trabajar en equipo, escribir (más que obvio) operaciones matemáticas, estrategia, esperar turno, respeto, autoregulación, y un amplio etcétera que nos deja en vilo sobre la facilidad de pasar un teléfono o una pantalla a una persona en formación y dejarlo a la deriva. El acompañamiento es importante y, entendiendo que hoy todos trabajamos, no es poco darle un tiempo y acompañar esos procesos de desarrollo pintado de juego, en el que aprendimos tanto. Si bien todo tiempo pasado fue mejor, dicen, no es menor pensar que teníamos compañía en casa. Hoy los chicos crecen solos, con la llave de la puerta de casa colgada al cuello y la once solo, frente a la mentada pantalla.
Pensamos en vacaciones y hacemos grandes panoramas sin embargo, el mejor panorama debería ser acompañarnos. Estar allí. El invierno es frio y silencioso, o sea que más de lo mismo da pavor. Seamos fuegos que encienden otros fuegos, animémosnos, iniciemos una entretenida conversación, acompañemos a las infancias y pongamos optimismo al futuro de ellos, pues serán quienes sostengan nuestra mano en un tiempo.

Freddy Mora | Imprimir | 244