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martes 26 de noviembre del 2024
Agricultura 02-10-2022
Mujeres maulinas que lideran emprendimientos y fortalecen organizaciones de agua
Las agricultoras asumen nuevos roles en el riego y el cuidado del agua
- En un mundo tradicionalmente liderado por hombres como ocurre en la agricultura, las mujeres se incorporan a las directivas de sus comunidades de aguas asumiendo nuevos roles. Agricultoras y emprendedoras lideran la llegada femenina a las directivas de asociaciones de canalistas y Juntas de Vigilancia. En Maule estas mujeres, apoyadas por la Comisión Nacional de Riego, participan de cursos, talleres, giras tecnológicas, y comparten su experiencia.
Las mujeres han ocupado siempre un lugar relevante en la vida del campo y las actividades agrícolas a nivel familiar, pero su participación ha sido escasa en las organizaciones agrícolas en general y más aún en las organizaciones de usuarios de aguas, tradicionalmente espacios exclusivos de hombres.
Pero algo ha empezado a cambiar también en el campo. Las mujeres han ido incorporándose a las organizaciones de canalistas, Juntas de Vigilancia o cooperativas, y empiezan a ocupar cargos en sus directivas, muchas veces a partir de sus emprendimientos, y por la necesidad de hacerse cargo de la gestión del agua de sus predios.
Innovadoras
Es el caso de Gabriela Gatica, 43 años, ingeniero agrónoma, agricultora y emprendedora, que ha participado en las actividades del Programa de Transferencia Calidad de aguas y Buenas Prácticas, de la Comisión Nacional de Riego, junto a otras mujeres de Linares. Gabriela es usuaria del canal Letelier, y es una de las representantes de “las nuevas agricultoras, de las que estamos empoderadas”, dice.
Emprendedora con la marca “Infusiones de la abuela”, es el emprendimiento con el que acaba de recibir el premio “Cumple tu sueño”, de la Fundación Banigualdad, siendo una de las 7 seleccionadas entre 3.700 postulaciones por su innovación para producir té, yerba mate y otras infusiones, y convertirlo en producto final exitoso.
“Somos muchas, pero poco visibles todavía. Y somos innovadoras, la innovación en el mundo agrícola se relaciona con las mujeres, en procesos productivos, de capacitaciones, de ventas”, cuenta Gatica.
El cambio generacional
Gabriela cree que el cambio es lento en las directivas de las organizaciones porque la mayoría son personas muy mayores “que tienen una visión de la realidad agrícola distinta a la actual”.
Y también porque ve poco recambio en las organizaciones: “hay gente que lleva demasiados años en esos cargos. Eso es un problema, porque si es difícil entrar para cualquier persona, es mucho más difícil para las mujeres, que terminan siendo las secretarias muchas veces”, reflexiona.
Otra dificultad de las mujeres para incorporarse a sus organizaciones tiene que ver con el contexto legal: la mayoría de los derechos están inscritos a nombre de los hombres de sus familias, sean esposos, padres, hermanos o hijos.
“Si bien los dirigentes son varones muchas participantes son mujeres, pero en mi asociación las mujeres somos un 2.6%, según los papeles que pudimos localizar. Muy poco para la realidad que vivimos”, explica.
Una presidenta pionera
Brígida Trureo Garrido es presidenta de la comunidad El Pando Llancanao, que recibe agua de los ríos Ancoa y Melado. Es una de las pocas mujeres a cargo de una organización. Tenía 50 años cuando se decidió a entrar a la directiva, “por la necesidad del agua, que llegaba escasamente”, pero también “por el poco motivo que tenían las personas que eran regantes. Casi nadie se interesaba para ir a reuniones y en ver como se trabajaba para que nos llegara el agua. Me preocupé porque los canales no se mantenían bien y había muchas necesidades. Esa fue mi primera motivación para entrar a la comunidad de El Pando”.
Su mirada sobre la llegada de mujeres a la agricultura es sobre “una evolución que veo muy bien porque las mujeres han despertado y si tienen su campo están viendo cómo hacerlo producir”. Ahora se sienten valiosas en todo, “porque antiguamente las miraban como inútiles que no sabían hacer las cosas del campo”.
Brígida Trureo participa de cursos, capacitaciones y todas las actividades que enriquezcan su trabajo, que tiene entre sus preocupaciones cuidar la calidad del agua de riego. “Participar en programas como éste, sobre cuidado de la calidad de agua, me ha beneficiado mucho. Aprendemos bien lo saludable que debe ser el agua, que tenemos que limpiar la contaminación”, explica Brígida cuya gestión es ampliamente respetada y valorada por su comunidad.
El valor de los liderazgos femeninos
Claudio Cortés, ingeniero civil, Coordinador Regional de la Comisión Nacional de Riego en Maule, cuenta la mirada del Estado en este punto: “Las mujeres siempre han participado en el campo, la diferencia es que ahora están tomando un rol distinto. Están tomando liderazgos, presidencias, como la señora Brígida Trureo”.
Para Cortés estos liderazgos femeninos, contribuyen porque: “les da otra visión a las organizaciones de usuarios de agua, porque ellas se esfuerzan en desarrollar otras preocupaciones, como la de la calidad de agua, que es una preocupación nueva que tienen los agricultores y con la aparición del interés de la mujer por estos temas tan importantes, esto se une, se hermana. Y es importante que la mujer forme parte de ese desenlace”.
- En un mundo tradicionalmente liderado por hombres como ocurre en la agricultura, las mujeres se incorporan a las directivas de sus comunidades de aguas asumiendo nuevos roles. Agricultoras y emprendedoras lideran la llegada femenina a las directivas de asociaciones de canalistas y Juntas de Vigilancia. En Maule estas mujeres, apoyadas por la Comisión Nacional de Riego, participan de cursos, talleres, giras tecnológicas, y comparten su experiencia.
Las mujeres han ocupado siempre un lugar relevante en la vida del campo y las actividades agrícolas a nivel familiar, pero su participación ha sido escasa en las organizaciones agrícolas en general y más aún en las organizaciones de usuarios de aguas, tradicionalmente espacios exclusivos de hombres.
Pero algo ha empezado a cambiar también en el campo. Las mujeres han ido incorporándose a las organizaciones de canalistas, Juntas de Vigilancia o cooperativas, y empiezan a ocupar cargos en sus directivas, muchas veces a partir de sus emprendimientos, y por la necesidad de hacerse cargo de la gestión del agua de sus predios.
Innovadoras
Es el caso de Gabriela Gatica, 43 años, ingeniero agrónoma, agricultora y emprendedora, que ha participado en las actividades del Programa de Transferencia Calidad de aguas y Buenas Prácticas, de la Comisión Nacional de Riego, junto a otras mujeres de Linares. Gabriela es usuaria del canal Letelier, y es una de las representantes de “las nuevas agricultoras, de las que estamos empoderadas”, dice.
Emprendedora con la marca “Infusiones de la abuela”, es el emprendimiento con el que acaba de recibir el premio “Cumple tu sueño”, de la Fundación Banigualdad, siendo una de las 7 seleccionadas entre 3.700 postulaciones por su innovación para producir té, yerba mate y otras infusiones, y convertirlo en producto final exitoso.
“Somos muchas, pero poco visibles todavía. Y somos innovadoras, la innovación en el mundo agrícola se relaciona con las mujeres, en procesos productivos, de capacitaciones, de ventas”, cuenta Gatica.
El cambio generacional
Gabriela cree que el cambio es lento en las directivas de las organizaciones porque la mayoría son personas muy mayores “que tienen una visión de la realidad agrícola distinta a la actual”.
Y también porque ve poco recambio en las organizaciones: “hay gente que lleva demasiados años en esos cargos. Eso es un problema, porque si es difícil entrar para cualquier persona, es mucho más difícil para las mujeres, que terminan siendo las secretarias muchas veces”, reflexiona.
Otra dificultad de las mujeres para incorporarse a sus organizaciones tiene que ver con el contexto legal: la mayoría de los derechos están inscritos a nombre de los hombres de sus familias, sean esposos, padres, hermanos o hijos.
“Si bien los dirigentes son varones muchas participantes son mujeres, pero en mi asociación las mujeres somos un 2.6%, según los papeles que pudimos localizar. Muy poco para la realidad que vivimos”, explica.
Una presidenta pionera
Brígida Trureo Garrido es presidenta de la comunidad El Pando Llancanao, que recibe agua de los ríos Ancoa y Melado. Es una de las pocas mujeres a cargo de una organización. Tenía 50 años cuando se decidió a entrar a la directiva, “por la necesidad del agua, que llegaba escasamente”, pero también “por el poco motivo que tenían las personas que eran regantes. Casi nadie se interesaba para ir a reuniones y en ver como se trabajaba para que nos llegara el agua. Me preocupé porque los canales no se mantenían bien y había muchas necesidades. Esa fue mi primera motivación para entrar a la comunidad de El Pando”.
Su mirada sobre la llegada de mujeres a la agricultura es sobre “una evolución que veo muy bien porque las mujeres han despertado y si tienen su campo están viendo cómo hacerlo producir”. Ahora se sienten valiosas en todo, “porque antiguamente las miraban como inútiles que no sabían hacer las cosas del campo”.
Brígida Trureo participa de cursos, capacitaciones y todas las actividades que enriquezcan su trabajo, que tiene entre sus preocupaciones cuidar la calidad del agua de riego. “Participar en programas como éste, sobre cuidado de la calidad de agua, me ha beneficiado mucho. Aprendemos bien lo saludable que debe ser el agua, que tenemos que limpiar la contaminación”, explica Brígida cuya gestión es ampliamente respetada y valorada por su comunidad.
El valor de los liderazgos femeninos
Claudio Cortés, ingeniero civil, Coordinador Regional de la Comisión Nacional de Riego en Maule, cuenta la mirada del Estado en este punto: “Las mujeres siempre han participado en el campo, la diferencia es que ahora están tomando un rol distinto. Están tomando liderazgos, presidencias, como la señora Brígida Trureo”.
Para Cortés estos liderazgos femeninos, contribuyen porque: “les da otra visión a las organizaciones de usuarios de agua, porque ellas se esfuerzan en desarrollar otras preocupaciones, como la de la calidad de agua, que es una preocupación nueva que tienen los agricultores y con la aparición del interés de la mujer por estos temas tan importantes, esto se une, se hermana. Y es importante que la mujer forme parte de ese desenlace”.
Freddy Mora | Imprimir | 1007
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