jueves 26 de septiembre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Opinión 14-07-2024
Políticas públicas y adultos mayores

Alejandra Astete Belmar

En estos días, es imposible permanecer en silencio ante la preocupación y las conversaciones en nuestras comunidades sobre el aumento de los precios de la energía eléctrica. Cada vez más, vecinos y amigos expresan su angustia. Esta alza no solo afecta a las industrias y comercios, sino que también tiene un impacto profundo en los hogares, especialmente en aquellos donde viven los más vulnerables: nuestros adultos mayores.

Imaginen a la vecina o vecino, una persona de 70 años que vive sola desde que falleció su compañero hace algunos años. Esta persona depende de una pequeña pensión que apenas le alcanza para cubrir sus necesidades básicas. Con el reciente aumento en las tarifas de electricidad, se enfrenta a decisiones desgarradoras: ¿debería reducir el uso de la calefacción en pleno invierno, arriesgándose a enfermarse, o recortar su ya modesta lista de alimentos?

En Linares, muchas personas mayores enfrentan esta situación. De acuerdo con el censo de 2017, cerca del 14 % de la población tiene más de 65 años, y la mayoría vive con ingresos fijos o limitados, provenientes de pensiones o ahorros personales. Estos incrementos inesperados en las facturas de electricidad pueden ser devastadores. Además, muchos dependen de la energía eléctrica no solo para la iluminación y la calefacción, sino también para el funcionamiento de equipos médicos esenciales, como concentradores de oxígeno y otros dispositivos de asistencia.

La estrategia del gobierno para mitigar el impacto es la postulación en línea, del 1 al 14 de julio, a un subsidio destinado a quienes pertenezcan al tramo del 40% de mayor vulnerabilidad en el Registro Social de Hogares (RSH) del Ministerio de Desarrollo Social y Familia y tengan sus cuentas de energía eléctrica al día. Sin embargo, al conversar con varios posibles beneficiarios, me encuentro con que no tienen los medios para postular: no saben usar un computador, no tienen acceso a internet, no poseen su clave única, están atrasados en el pago de la cuenta de energía eléctrica, o debido a las bajas temperaturas no han salido de sus hogares y, por ende, no conocen el subsidio o no se han acercado a las diferentes instancias para solicitar ayuda en la postulación.

Definitivamente, las cosas con respecto al subsidio en cuanto al adulto mayor o a las personas mayores no son fáciles, ya que la tecnología no es amigable con ellos. Tenemos la obligación como municipio de llegar a ellos, a esa persona que vive sola y que no sabe cómo acceder a las plataformas digitales. ¿Cómo lo hacemos? Ocupando sus medios: la radio, fundamental y principal, de forma constante; letreros en almacenes del barrio; megáfonos; e instrucciones claras sobre dónde dirigirse de forma presencial, de fácil acceso para ellos.

En consideración a lo anterior, creo que las municipalidades, alcaldes, concejales y funcionarios municipales tienen un papel crucial que desempeñar en este momento. Es esencial estar más cerca de la comunidad e implementar soluciones efectivas a corto y mediano plazo que mitiguen el impacto del aumento de los precios de la energía eléctrica:

Programas de Subsidios y Ayuda Financiera: Implementar programas de subsidios específicos para cubrir parte de los costos de electricidad de los hogares más necesitados.

Mejora de la Eficiencia Energética en los Hogares: Ofrecer servicios gratuitos o subvencionados de auditorías energéticas para identificar oportunidades de ahorro en los hogares. Financiar o cofinanciar la mejora de la eficiencia energética en viviendas.

Educación y Concientización: Desarrollar campañas de concientización sobre el uso eficiente de la energía y medidas prácticas para reducir el consumo en el hogar. Organizar talleres y cursos para enseñar a los residentes, especialmente a los adultos mayores, cómo pueden ahorrar energía y reducir sus facturas
Apoyo a la Comunidad: Crear centros de asistencia comunitaria donde los residentes puedan obtener información, asesoramiento y ayuda para gestionar sus gastos de energía.

Este es un llamado a la acción. No podemos permitir que nuestras políticas públicas dejen atrás a los más vulnerables. Debemos trabajar juntos para garantizar que todos, especialmente nuestros mayores, puedan vivir con tranquilidad y seguridad.
Freddy Mora | Imprimir | 262