Estimados (as) señores (as):

Reciban un cordial saludo. El motivo del presente y por el cual me dirijo a ustedes, es contar la historia de un gran amigo, compañero y colega, por el cual solicito un minuto de su atención.
Hablo de Don Álvaro Vásquez Vergara (Q.E.P.D.), linarense oriundo de Palmilla nacido el 12 de julio de 1980. Su vida académica la realizó en la escuela del mismo sector, para luego continuar sus estudios en el colegio Amelia Troncoso y posteriormente completar su enseñanza media en el liceo Valentín Letelier. Constructor civil de profesión, desde su infancia lo más importante para él fue la vida en el campo y el club de fútbol de sus amores: Deportivo Juventud de Palmilla.
En el año 2004 conoció el amor de la mano de María Soledad Gutiérrez Albornoz, de cuya unión nació su hija adorada, Fernanda Beatriz Vásquez Gutiérrez. Sus padres, la señora Alicia del Carmen Vergara y don José Vásquez Sierra, junto a su hermano José Vásquez, fueron su núcleo familiar y base de vida.
Álvaro quien recientemente ha fallecido producto de una insuficiencia cardíaca, nos deja una tremenda enseñanza de vida con su humildad tan característica de la gente de campo. Siempre disfrutó lo simple de la vida y puso todo su empeño por mantener vivas las tradiciones, sobre todo de Palmilla, lugar que siempre mencionó con orgullo.
Su norte siempre fue la familia y su origen, creyendo que solo así su amada hija Fernandita entendería (basándose en su ejemplo), que se debe amar a los padres por sobre todas las cosas.
Nos ha dejado un gran ejemplo de humildad. Su partida inesperada no solo nos recuerda que debemos aferrarnos a la vida, sino también disfrutarla. Así lo han hecho saber sus colegas, que vieron y disfrutaron su visión terrenal con empatía, carisma y amor por el prójimo.
Álvaro, embajador natural de su zona, no solo de Linares sino de su amada Palmilla, llevaba ají de su sector a cada comida, reunión y terreno que le tocó como constructor civil en cada ciudad. Son estos pequeños actos los que nos llevan a descubrir la importancia de sentirse orgulloso de las tradiciones. ¿Por qué es importante reconocerlo? Porque Palmilla es una zona histórica y productiva, reconocida desde el año 1700 con las primeras exportaciones de trigo, ají y frutas a través de los faluchos. Álvaro amaba esta historia y la representaba fielmente cada vez que lo invitaban a otro sector.
Hoy, proponemos que quizás el parque que está a la entrada de Palmilla lleve como nombre Parque “Álvaro Vásquez Vergara”. Él fue un embajador natural de las tradiciones de nuestro campo, que no deben desaparecer, y logró representar estas tradiciones en cada instancia de su vida, en su último trabajo en la Dirección de Obras, en las constructoras donde participó, y así sucesivamente a lo largo de su historia de vida. Quienes lo conocimos, vimos cómo llevó la tradición de su tierra en cada instancia en la que se desempeñó.

Agradecido por su tiempo y esperando tener una buena acogida en honor a una gran persona, se despide atentamente.

John Sancho Bichet



Linares, julio de 2024.