jueves 16 de enero del 2025
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Opinión 08-12-2024
TURISMO AL DÍA La Cata de Berlín: Un Hito Chileno que Redefinió el Escenario del Vino Mundial
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Ricardo Álvarez V.
Director Ejecutivo de EMPROEX

En enero de 2004, una fría mañana en Berlín se convirtió en el telón de fondo de un evento que cambiaría para siempre la percepción del vino chileno: la legendaria Cata de Berlín. Este evento, concebido por Eduardo Chadwick, presidente de Viñedos Familia Chadwick, marcó un antes y un después para la industria vitivinícola de Chile, catapultándola al prestigioso círculo de los vinos finos en el escenario internacional.
La Gestación de la Cata:
Motivado por la frustración de que el vino chileno era percibido únicamente como "bueno, bonito y barato," Chadwick decidió enfrentar los prejuicios con una estrategia audaz. A través de una colaboración con importadores alemanes y críticos de prestigio, organizó un seminario que incluyó una clase magistral sobre las similitudes climáticas y geológicas entre los valles chilenos y las regiones icónicas de Burdeos y Toscana.

Sin embargo, la pieza central del evento fue una cata a ciegas de dieciocho vinos de tres orígenes: Francia, Italia y Chile. Bajo la conducción de Steven Spurrier, presidente de Decanter Wine Magazine, se buscaba una evaluación sin sesgos.
Los Resultados Sorpresivos:
Para sorpresa de todos, los vinos chilenos ocuparon el primer y segundo lugar, superando a las etiquetas más prestigiosas de Europa. Este resultado, inesperado y contundente, desarmó a los críticos y posicionó al vino chileno como un competidor serio en el mercado global.
La Reacción y el Legado:
Mientras los franceses e italianos reaccionaron con escepticismo, incluso incomodidad, el impacto en la industria fue innegable. La Cata de Berlín fue portada de revistas y diarios especializados, consolidando un prestigio que se replicó en los 22 eventos similares realizados en los años posteriores. En estas catas, los vinos chilenos consistentemente alcanzaron los primeros lugares, ganándose el respeto de más de 1,800 críticos alrededor del mundo.
La Trascendencia Internacional:
A dos décadas del evento, Eduardo Chadwick reflexiona sobre la importancia de lo logrado. La Cata de Berlín no solo elevó el estándar de la industria chilena, sino que cambió la narrativa: Chile dejó de ser un productor emergente para convertirse en un referente de calidad en el competitivo mercado de vinos finos.

Este hito es un recordatorio del poder de la innovación y el riesgo calculado para transformar una industria, demostrando que la calidad puede abrir las puertas del reconocimiento global, incluso frente a las tradiciones más arraigadas.

Freddy Mora | Imprimir | 515