lunes 16 de septiembre del 2024
El Diario del Maule Sur
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Crónica 08-09-2024
TURISMO AL DÍA Milagro de Los Andes: Entrevista a Juan Ulloa un gran expedicionario turístico argentino
Ricardo Álvarez V.
Director Ejecutivo de EMPROEX

El 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que transportaba a un equipo de rugby y sus acompañantes, se estrelló en plena cordillera de los Andes mientras se dirigía a Chile para disputar un partido amistoso. El accidente, que cobró la vida de parte de los pasajeros, rápidamente captó la atención mundial debido a las difíciles condiciones en las que los sobrevivientes debieron enfrentarse para ser rescatados. El suceso dejó una huella imborrable en la memoria colectiva, dando lugar a múltiples libros y a películas de gran repercusión, siendo la más reciente "La Sociedad de la Nieve", que ha vuelto a revivir esta historia de forma impactante.
Este hecho me ha marcado desde mi infancia, lo que me llevó a estudiar en profundidad el tema a lo largo de mi vida. Con el tiempo, mi trabajo en el turismo internacional me permitió conocer a Juan Ulloa, un destacado expedicionario y operador turístico argentino que, con reconocimiento mundial, organiza las únicas expediciones que los sobrevivientes de Los Andes y sus familias, así como turistas de todo el mundo contratan para regresar al lugar del accidente.
Juan Ulloa es hijo de padre argentino y madre chilena, lo que le otorgó una doble nacionalidad y un fuerte vínculo con ambos países. Estudió en la Escuela Superior Nº 3 de Talca, en Chile, y su vida ha estado marcada por la relación con ambos lados de la cordillera. Hoy en día, su agencia, Valle Verde Expediciones, es reconocida mundialmente por sus excursiones al Valle de Las Lágrimas, el santuario natural donde ocurrió el accidente, siendo el referente principal para quienes desean conectar con ese lugar tan emblemático.
- Don Juan, usted es conocido como uno de los mayores especialistas sobre el “Milagro de Los Andes” y ha organizado innumerables expediciones al lugar. ¿Cómo surgió su interés por este tema?
- “Mi interés comenzó en 1972, cuando escuché a mi padre hablar sobre una cabalgata al Atuel y Cerro Sosneado. Él y sus amigos, que ya conocían la zona por sus cruces a Chile, intentaron llegar al Valle de Las Lágrimas, aunque solo lograron avanzar hasta la Laguna del Sosneado. Esa experiencia despertó mi interés por el tema”.
- Me ha sorprendido que varios de los sobrevivientes de Los Andes han repetido la expedición con usted. ¿Cómo logró establecer esa confianza y relación con ellos?
- “Mi primera expedición al Valle fue independiente, ya que los grupos de cabalgata de ese entonces no me permitían acampar con ellos. Con el tiempo, desarrollé mi propio estilo, con campamentos y equipamientos exclusivos, además de realizar el primer cruce oficial a Maitenes y visitar la casa de don Sergio Catalán. Mi relación con los sobrevivientes se consolidó cuando “Rugby Sin Frontera” me contactó para organizar un partido de rugby en el Valle de Las Lágrimas, no cualquier partido, sino que aquel que no se había podido realizar por el accidente. Nos correspondió entonces organizar dicha expedición que incluyó un total de 154 cabalgantes. Esta actividad tuvo gran repercusión, inclusive fue filmada por Globo de Brasil. Esta experiencia marcó el inicio de una estrecha relación con ellos”.
- Don Sergio Catalán, conocido como "El Arriero", tuvo un vínculo especial con el accidente de Los Andes. ¿Llegó a conocerlo y ha sido testigo del afecto que él generó en los sobrevivientes?
- “Conocí a Don Sergio Catalán, y su sencillez y honorabilidad dejaron una profunda impresión en mí. Su presencia evocaba la de un padre fallecido, lo que hizo que nuestro encuentro fuera especialmente significativo. Establecimos una amistad cercana, y todas nuestras expediciones oficiales culminaron en su casa. Posteriormente, también visité su hogar con mi familia y recorrí el lugar del impacto con sus hijas, Daniela y Paula. La nobleza y calidez de Don Sergio, reflejada en sus hijos, sigue siendo un testimonio del afecto que generó en los sobrevivientes de Los Andes y sus respectivas familias”.
- Al dirigir expediciones al Valle de Las Lágrimas, habrá observado el efecto que el lugar tiene en los visitantes. ¿Podría compartir alguna de estas experiencias y decirnos cuál cree que es la causa? ¿Es posible que exista un efecto místico que el lugar irradie en quienes lo visitan?
- “El Valle de Las Lágrimas y su glaciar tienen un efecto suavizante y conmovedor en los corazones. Lo que se percibe allí puede sentirse de inmediato o manifestarse con el tiempo, lo que lleva a las personas a regresar; un 60% de los visitantes vuelven varias veces, algunos hasta quince. Ese misticismo y energía nos envuelve sin aviso y es difícil de describir. Requiere introspección y amor propio para comprender lo que sentimos, nos calma y nos invita a mirar en nuestro interior. Además, en el glaciar, a 3,650-3,700 metros de altura, en ese anfiteatro natural, se encuentran todas las preguntas que podemos hacernos como seres humanos”.
- Las expediciones al Valle de Las Lágrimas que organiza su agencia son desafiantes incluso en verano. ¿Cree que los sobrevivientes pudieron haber sido rescatados antes si hubiesen intentado salir hacia Argentina en lugar de Chile?
- “La decisión de don Nando Parrado y don Roberto Canessa de dirigirse hacia Chile fue la más acertada. Tras haber recorrido ambas rutas, puedo afirmar que el Valle de Las Lágrimas presenta un terreno más peligroso hacia Argentina, con grietas de hasta 40 metros cubiertas de nieve, lo que habría representado un riesgo fatal. En contraste, el valle hacia Chile es más plano y la nieve, más compacta, hace que sea más fácil avanzar. Además, en diciembre, arrieros como don Sergio Catalán ya estaban cerca de Maitenes en Chile, mientras que en Argentina aún no había nadie en los valles debido a la cantidad de nieve. Por todas estas razones, la decisión de ir hacia Chile fue la mejor opción para los sobrevivientes”.
- ¿Cuál es su visión sobre una mayor integración entre las operaciones turísticas de Malargüe y el Maule, considerando el Paso Pehuenche? ¿Cree que los operadores turísticos de ambos lados deberían unirse para lograr una mayor divulgación conjunta a nivel mundial?
- “Creo que aún no hemos comprendido el potencial turístico mundial que tenemos entre Argentina y Chile. Aunque ya no está el fuselaje del avión, hemos preservado parte de las ruedas del avión en el glaciar, lo que sigue siendo un símbolo importante. No soy un experto en gestión turística, pero como alguien con raíces tanto argentinas como chilenas, me encantaría que trabajáramos juntos. Nuestra cordillera guarda la historia de supervivencia más impactante del mundo, y quienes visitan el lugar se conmueven profundamente. La cooperación entre operadores en ambos lados, como ocurre en Maitenes, ya ha generado ingresos turísticos, y ojalá podamos continuar fortaleciendo esa relación para el futuro”.

Para finalizar, quisiera decir que no cabe duda que el Valle de Las Lágrimas es mucho más que un sitio donde ocurrió una tragedia; es un lugar que desafía nuestra comprensión del mundo natural y de la resistencia humana. Cada expedición al valle es una experiencia que trasciende lo físico, tocando las fibras más profundas del ser. Subir hasta donde se vivió una de las historias de supervivencia más conmovedoras del siglo XX nos enfrenta a un paisaje imponente y a un silencio que invita a la introspección. Es como si el valle y el glaciar conservaran una energía que sigue latiendo, una presencia intangible que deja una marca indeleble en quienes lo visitan.
Para quienes sientan el llamado de este lugar único en el mundo y deseen experimentar lo que allí sucede, pueden contactar a la agencia Valle Verde Expediciones, dirigida por Juan Ulloa, a través de su cuenta de Instagram: @valleverdeexpediciones.
Freddy Mora | Imprimir | 899