Hoy
jueves 12 de diciembre del 2024
Opinión 12-12-2024
"Un Dios Inmanente: La Visión Transformadora de Spinoza para el Mundo metamoderno".
Jaime G. Sanhueza, Periodista.
Jaimegonzalezs@gmail.com
En el corazón de la Ámsterdam del siglo XVII, entre las brumas de los canales y el bullicio de los mercaderes, emergió una figura cuyas luces y sombras proyectaron un sistema filosófico que ha perdurado a lo largo de los siglos: Baruch Spinoza. De la historia de la Filosofía, las ideas expuestas por Spinoza aun causan debate, estudios, tesis, incluso se pueden considerar totalmente intempestivas y acordes a superar el post modernismo.
Es difícil imaginar que un discreto pulidor de lentes (de oficio), que caminaba por las calles con serenidad, tuvo en mente una de las teorías más revolucionarias respecto a la idea de Dios, la cual hasta hoy es discutida si acaso no es la idea más “razonable” para justificar la existencia de una divinidad. Spinoza, quien transitaba con su capa oscilando al ritmo de sus pasos, fue un filósofo que desafió las interpretaciones más dogmáticas sobre la divinidad. Un artesano de pensamientos que habilito una nueva visión de lo divino con la misma precisión con la que trabajaba el vidrio. Su vida fue un reflejo de su obra: austera en apariencia, pero infinita en profundidad.
Vamos al grano querido lector. Intentaré no traicionar a Spinoza, ya que sus teorías son tan vislumbrantes como complejas para el lector no habituado a la literatura filosófica-teológica. Déjese llevar por las ideas cautivadoras de este pensador. Para Spinoza, Dios no es un ser que reside en un reino separado, emitiendo juicios desde un trono celestial. En su visión, Dios y la naturaleza son una y la misma cosa: una sustancia infinita que se despliega en un sinfín de formas, lo que él llamó "Deus sive Natura" (Dios osea la Naturaleza). Esta concepción elimina la dualidad entre lo divino y lo mundano, entre el creador y lo creado, entre mente y cuerpo. De alguna manera Spinoza desafió las ideas cartesianas del “Pienso luego existo”, para acabar con todo dualismo: pensar y existir son parte del mismo absoluto.
En su lugar Spinoza, establece una unidad inquebrantable donde todo lo que existe es una expresión de esa única realidad fundamental, absoluta. En este entramado metafísico, cada ser individual es una "modificación" o “modulación” de esa sustancia infinita. Es decir, si el todo es un gran océano, el absoluto en si mismo contiene a Dios y Dios a su vez contiene al absoluto. Dios es el océano, la corriente, las gotas, los peces, la arena, todo lo que contiene ese océano es Dios en si mismo, experimentándose a si mismo. Dios es el agua y también el océano, y a su vez es el océano siendo océano, el agua siendo agua y la negación de la misma también, es decir, si una gota se seca, también es parte del entramado de un Dios inmanente, experimentado su “sequía”. Con estas ideas, Spinoza habilita el lugar de que somos sustancia eterna, porque si somos modulaciones de un Dios infinito, absoluto, entonces siempre estaremos siendo/existiendo en sus distintas modulaciones. Morir, seria parte del absoluto, la muerte siendo la muerte, al incluir el verbo “siendo” la muerte cobra un sentido de vida dentro del absoluto.
No nos enredemos, vamos de nuevo. Cada pensamiento, cada emoción, este texto, usted, el perro que ladra desde lejos, una hormiga que pasa, cada átomo, un olor, es una manifestación de esta totalidad divina. La libertad, entonces, no residiría en el libre albedrío entendido como independencia absoluta, sino en comprender nuestra posición (modulación) dentro de este vasto sistema interconectado . Retomo , esta columna, este momento, este texto, este papel, esta pantalla de celular, el tiempo, la luz, el aire que ahora respiro, el auto que acaba de pasar, el final de esta oración, el punto que se aproxima , es para Spinoza, Dios en sus distintos modos.
Estas ideas generaron gran conmoción en la comunidad judía. Hay una escena que bordeó lo mítico, Spinoza mientras salía de un teatro fue atacado por un adversario que no compartía su visión del universo. En el forcejeo, su capa fue rasgada, y en un acto de resiliencia y simbolismo, el filósofo la volvió a cocer, dejando en ella la palabra "cautela". Este simple gesto encapsuló su enfoque ante el mundo: avanzó con prudencia pero sin titubeos, consciente de que poner en jaque a un mundo ortodoxo a menudo desgarraba las telas del confort y la tradición. Excomulgado de su comunidad Judia (Estaba prohibido acercarse, leerlo, mirarlo a Spinoza, se cuenta alguna vez fue escupido en público), las razones de su ostracismo se perdieron en el eco de acusaciones vagas: "herejías abominables" y "actos horribles". “El ateo virtuoso”.
Albert Einstein, aunque no fue un filósofo en el sentido tradicional, Einstein expresó admiración por la concepción de Dios de Spinoza. Se identificó con la idea de un Dios que se manifiesta en la armonía del orden natural , dentro de los pensadores estructuralistas , el Francés Gilles Deleuze consideró a Spinoza como un "príncipe de los filósofos" y sostuvo que su concepción de Dios como la única sustancia infinita que ofrecía un sistema de pensamiento que superaba las limitaciones de la dualidad cartesiana entre mente y cuerpo.
Por otro bando, el complejo Bertrand Russell, reconoció que la filosofía de Spinoza era una de las más grandiosas concepciones éticas. Apreciaba su rechazo al dualismo y su visión de un universo completamente interconectado. En efecto, la concepción panteísta de Spinoza desafió las nociones teístas tradicionales de un Dios personal y trascendente, su visión abrió un camino para pensar en lo divino de una manera que no dependiera de dogmas religiosos tradicionales.
El ser persiste en ser.
Hay otro aspecto que Spinoza profundizó, el cual puede orientarnos, por qué a pesar del nihilismo, el sin sentido de la existencia denunciado por la filosofía existencial o el famoso silencio de Dios que exhibe en sus películas el cineasta sueco Ingmar Bergman, el ser, persiste en el ser. Lo que Spinoza llamó el Conatus (Termino latino (del verbo conari, intentar), que significa esfuerzo) Lo que propone Spinoza, explicado de manera simple es qué a pesar de que la existencia pueda ser compleja, dolorosa, ambivalente, sin sentido, al final, el ser persiste por vivir, el árbol por crecer, la naturaleza por avanzar. Sin duda esta idea de la Persistencia del ser por ser influenció la idea de la Voluntad de Poder de Nietzsche.
Spinoza argumenta que este esfuerzo por perseverar no es simplemente una característica de los seres vivos, sino que es un principio universal de la naturaleza. Todo en la naturaleza, según Spinoza, actúa de acuerdo con su conatus. Este concepto también está relacionado con su idea del determinismo, donde todas las acciones y eventos son el resultado de esta fuerza interna combinada con las leyes de la naturaleza. En resumen, en la filosofía de Spinoza, el "conatus" representa el impulso básico de cada entidad para continuar existiendo y afirmar su propia esencia. Es un concepto que unifica la naturaleza bajo una misma ley de perseverancia y autoafirmación, reflejando su visión de un universo donde todo está interconectado y es parte de una única sustancia.
Este final es Dios siendo el final.
Freddy Mora | Imprimir | 123