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martes 17 de diciembre del 2024
Opinión 17-12-2024
UN ENCUENTRO EN LA PALABRA Taller Literario de la “AGRUPACIÓN CULTURAL GERMÁN MOURGUES BERNARD”
CON REFRANES SE CONVERSA
Gabriela Mourgues
Abuela- tía Dora - Segundo (sobrino y nieto)
Tía Dora: — ¿Adónde vas Segundo, tan temprano y tan peinado? Con esa sonrisita que se te sale por los ojos.
Segundo: —¿Al que madruga Dios le ayuda, no?
Abuela: —No por madrugar amanece más temprano. Allá donde los ojos se van, es donde los amores están. ¿A quién andas enamorando?
Segundo: —Voy pal camino del cerro. Tengo un pitutito. Se cuenta el milagro, pero no el santo.
Tía Dora: — Ten cuidado, chiquillo, que por acá cada gallina tiene su gallo. Y a veces sale más caro el caldo que los huevos.
Tía Dora (se dirige a la abuela): —Tiene ojos de cordero degollado. No come, no duerme, sale temprano y llega tarde. Y ahora tan sonriente… ¿Qué le pasa a este chiquillo?
Abuela: — Linda la cosa dijo la Juana rosa, ya se quién es, la niña de la casa grande, la casa de los corredores… ¡Tan linda la jaula, tan tierno el pichón! ¡Cuidado con el león que es fiero! El padre tiene fama de agrandado y mal genio.
Segundo: —El amor mueve montañas. El que no lucha por lo que quiere, no merece lo que desea.
Tía Dora: —Cuidado, que a ojo de pájaro veo, por la risa y el meneo, que esta niña es buena pal leseo. Mas encima negra, pati- larga y media fea.
Segundo: — Tía, no se meta en negocio ajeno, que cada gallo cuida su gallinero. ¿Quién le dio velas en este entierro? No le busque las cinco patas al gato ni el cuesco a la breva. Además, el gusto es mío. Y para gustos hay colores.
Abuela: —Cuidado mijito. Ojos que nunca han visto no saben ni lo que quieren ver, ojos de color no por eso ven mejor. Y los tropezones son fuertes.
Tía Dora: — No hay peor ciego que el que no quiere ver. No hay peor sordo que el que no quiere oír.
Abuela: —Mejor no te metas, Flora. No hay doctor que cure la enfermedad del amor y nadie escarmienta con cabeza ajena. La pasión le tapa los ojos a la razón.
Tía Dora: —Despacito por las piedras, Segundo. Más ven cuatro ojos que dos que por eso te advertimos. Mira que más vale prevenir que curar. Y ese romance me da mala espina. No puedes tapar el sol con un dedo. Porque el caballero tiene plata y no creo que vaya a entregar a su hija a un pobretón. Por muy trabajador que seas.
Segundo: —Yo tengo mucha esperanza, de las nubes más negras cae agua limpia y fecunda. dicen que las cosas buenas tardan, pero llegan.
Abuela: —Cuidado, mi niño querido, que dicen que la esperanza es la soga de los pobres. ¡Mata y aprieta fuerte!
Tía Dora: —Escúchame Segundo. Al pan, pan, y al vino, vino. Al hombre prudente, lo respeta la gente. Y se cosecha lo que se siembra. Si consigues que el viejo te autorice a casarte con la chiquilla. ¡Qué bonito! Qué felicidad para ti y para nosotras tus madres. Pero no te ilusiones tanto, que al mejor cazador se le escapa la liebre. Y en la puerta del horno a veces se quema el pan.
Abuela: —Vaya con Dios mijito y con la virgen bendita. Al que Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga.
Segundo: — Estoy como loro en el alambre. Pero el que no se arriesga no cruza el río, así que vamos andando, dijo el tullido. A cumplir mi sueño, contigo pan y cebolla y amor con amor se paga.
Abuela y tía (a coro): —Hijo, que Dios lo escuche y el diablo se haga el sordo.
Freddy Mora | Imprimir | 117