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El Diario del Maule Sur
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Opinión 23-12-2021
UN PUNTO AZUL PÁLIDO Y NOSOTROS (Pale blue dot and us)
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Un punto azul pálido es una fotografía de la Tierra tomada por la sonda espacial Voyager 1 desde una distancia de 6000 millones de kilómetros. La imagen muestra la Tierra como una mota o punto de luz casi imperceptible debido al fulgor del Sol. La foto fue tomada el 14 de febrero de 1990, junto al resto de las imágenes del mosaico fotográfico denominado Retrato de familia, que incluye a otros planetas del Sistema Solar
En 2001 fue seleccionada por Space.com como una de las diez mejores fotos científicas espaciales de la historia.
Carl Sagan tituló una de sus obras “Un punto azul pálido” inspirándose en esta fotografía; este libro llamado Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio, Carl relató sus pensamientos en un sentido más profundo:
“—Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros— En él, están todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... es desafiada por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una solitaria mancha en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Asentarnos, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una formadora de humildad y carácter. Tal vez no hay mejor demostración de la locura de los conceptos humanos que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos mejor los unos a los otros, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que siempre hemos conocido”. (Fuente: Wikipedia)
Carl Sagan, astrónomo y científico, conocido en todo el mundo, nos advierte lo ínfimo que somos en el concierto universal, cómo nos domina la soberbia de grupos de poder bélico, económico, político, religiosos y racista al resto de la humanidad, que nos pone en un peligro real la convivencia, la paz y la conservación del medio ambiente, a todos los seres vivos de nuestro modesto planeta.
Nuestra Tierra, es nuestro hogar y hay todo un sentido de organización natural vital de espacio y tiempo evolutiva para que nos amemos, nos desarrollemos como sociedad, para que realicemos nuestros proyectos de vida, vivamos con nuestra magnífica naturaleza, para que nos protejamos y proteger nuestro medio ambiente y soñemos, sin exclusión por un futuro mejor.
Nuestro hogar, es parte del Sistema Solar y por ende del Universo mismo, y todo está organizado para que haya una biodiversidad hermosa en la Tierra, nuestro hogar.
No nos damos cuenta que el aire, el agua y la tierra son bienes comunes. El viento no reconoce fronteras y lleva la lluvia más allá de ultramar, regando campos, valles y montañas, mojando el rostro de sus habitantes sin importarle su color, religión, cultura, etc.
El sol ilumina allende y aquende, con su hermosa misión de sembrar energía, para que esta maravillosa máquina planetaria continúe tejiendo vida con su luz nuestra de todos los días, para que todo lo anterior descrito, se haga una hermosa realidad de vida y se pueda efectuar la fotosíntesis, base primordial de nuestras vidas.
Sin embargo, el hombre, con el devenir de los tiempos, se ha transformado en un fenómeno aislado y sorprendente, que lo ha hecho trascendente y único, frente a la naturaleza.
Este hombre que, en la vida cotidiana y activa, en este modelo neoliberal de desarrollo, no ve en los objetos más que fines de lucro y al ser humano despreciado por el mismo sistema como un ente de consumo de despilfarros.
Enfrentamos como humanidad, aunque nos cuesta tomar conciencia de ello, cuatro de los mayores problemas ambientales que son: la crisis de energía el calentamiento global de la tierra, el agotamiento de los recursos naturales y la destrucción de las facultades recuperadoras de la naturaleza a los cuales debemos agregar el aumento desmedido de la población humana mundial y la contaminación del aire, agua y suelos por emisiones y residuos antrópicos.
No podemos crear ni destruir materia ni energía, pero sí transformarlas; de un estado utilizable a otro inutilizable, nunca al revés.
La evolución histórica se nos presenta como un proceso de “degradación” en el que cada vez cuesta más obtener los mismos resultados.
Nuestra actual sociedad, está acercándose a una nueva “divisoria energética” en la cual resultará imposible seguir sosteniendo este modelo neoliberal de consumo de energía. Contrariamente a lo que suele creerse, la solución no vendrá de las tecnologías actuales en la producción de energía basada en combustibles fósiles, para la productividad y el transporte, como petróleo y carbón, los que por su dominio y comercio ha causado numerosas y crueles guerras o energías de las hidroeléctricas; puesto que estas tecnologías son parte del problema.
La nueva sociedad humana tendrá que adaptarse a otro paradigma, otro modelo de desarrollo, otro sistema de obtención y aprovechamiento de la energía, basado en fuentes renovables, que tiendan a minimizar la transformación de la energía utilizable en inutilizable, como sucede actualmente, para contrarrestar el ya presente calentamiento global de la tierra y sus consecuencias.
De nosotros depende el comprometernos con lo planteado por Carl Sagan, que asegure el respeto a este pequeño pálido punto azul, nuestro maltratado y hermoso planeta Tierra en que vivimos y vivan en él, sin temores y felices nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Carlos Cabezas Gálvez
Escritor y ensayista
Freddy Mora | Imprimir | 1007