domingo 23 de febrero del 2025
El Diario del Maule Sur
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Social 23-02-2025
Volver al trabajo después de un merecido descanso
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El despertador suena más temprano de lo que uno quisiera. La luz de la mañana se cuela tímidamente por la ventana, recordando que las vacaciones han terminado y que la rutina laboral está a punto de comenzar de nuevo. Con un suspiro profundo, nos reincorporamos y sentimos el peso del primer día de regreso al trabajo.
Atrás quedaron los días de descanso, las largas horas sin prisas y la desconexión de correos electrónicos y reuniones. Ahora, el café matutino vuelve a ser un ritual imprescindible para encarar la jornada. La ropa de oficina, que durante días estuvo relegada al fondo del armario, recupera su protagonismo. Mientras nos preparamos, intentamos mentalizarnos: "No será tan malo, solo es cuestión de volver a tomar el ritmo".
El camino a la oficina, si bien familiar, se siente extraño después del paréntesis vacacional. La ciudad sigue su curso, los autos avanzan con la misma prisa de siempre y las calles parecen menos amigables que en los días de descanso. Sin embargo, una vez dentro del edificio, el reencuentro con los compañeros de trabajo trae un atisbo de alivio. Las conversaciones giran en torno a los recuerdos recientes de la playa, la montaña o simplemente el placer de haber dormido sin alarmas.
La bandeja de entrada del correo electrónico es un recordatorio brutal de que el mundo no se detuvo durante la ausencia. Responder mensajes, organizar pendientes y retomar proyectos se convierte en la tarea del día. Poco a poco, la mente se adapta nuevamente a los engranajes de la productividad, aunque el cuerpo aún anhele la comodidad de una hamaca o el sonido del mar.
A medida que transcurren las horas, la sensación de extrañeza se va disipando. La rutina, con su predecible cadencia, regresa y, de alguna manera, ofrece estabilidad. Entre correos, llamadas y reuniones, surge la certeza de que el descanso sirvió para recargar energías, aunque ya se empiece a contar los días para el próximo feriado.
Volver al trabajo después de un merecido descanso es un ejercicio de adaptación. Se extrañan los días de ocio, pero también se redescubre el valor de la rutina, del compañerismo y del desafío de cada jornada. Al final del día, al cerrar la computadora y encaminarse a casa, queda la satisfacción de haber superado el primer día, con la promesa de que cada jornada será un poco más fácil que la anterior.

Freddy Mora | Imprimir | 124