Ximena Aranda
Académica de Terapia Ocupacional U. Andrés Bello, sede Viña del Mar

Al llegar marzo, muchas familias ya se preparan para afrontar un nuevo año escolar, lo cual puede ser un desafío al tener que volver a adaptarse a las rutinas que esto trae.
Para niños y niñas, estos cambios repentinos pueden ser sumamente complejos, ya que su capacidad de autorregulación está aún en desarrollo.

Por esto es importante tener rutinas diarias establecidas. Por ejemplo, tener un horario de sueño regular, que ayuda a que los niños y niñas estén descansados y preparados para el día escolar. Sin embargo, siempre hay que tener un margen por si surge algún imprevisto.
Además, es importante formar hábitos para que los niños y niñas adquieran independencia y puedan mejorar su capacidad de autorregulación, por lo que permitirles asumir responsabilidades en su rutina diaria dentro de un marco estructurado es beneficioso para ellos.

Dentro de las rutinas también es esencial reservar momentos para el ocio y juego en familia. Finalmente, como adultos debemos crear expectativas realistas acerca de la vuelta a clases, por ejemplo: acerca de cómo les fue en el colegio y establecer promesas que podamos cumplir, como el tiempo que pasarán en la escuela, o quién los recogerá al finalizar la jornada, disminuyendo así la ansiedad que estos momentos causan.